Crece el ímpetu para un nuevo tratado mundial que asegure el derecho de cada niño y niña a la educación gratuita. Esta semana, en la sede de las Naciones Unidas en Ginebra, se reunieron diversos países para avanzar en las negociaciones de un protocolo facultativo de la Convención sobre los Derechos del Niño.
El tratado propuesto llenaría un vacío jurídico en el derecho internacional. La convención garantiza la educación primaria gratuita, pero no exige que los gobiernos impartan educación secundaria gratuita a todas las personas. Tampoco hace referencia alguna al derecho a la educación durante la primera infancia. El protocolo reconocería el derecho de todos los niños y las niñas a la educación en la primera infancia y aseguraría la educación pública gratuita desde el nivel preescolar hasta el fin de la escuela secundaria.
La concurrencia fue notable, con la participación de 92 países. La iniciativa está encabezada por Sierra Leona, Luxemburgo y la República Dominicana, con el respaldo de una coalición interregional. Otros seis nuevos países anunciaron su apoyo, lo que aumentó a 58 la cantidad de países que están públicamente a favor de que prospere la iniciativa. Al cierre del encuentro, se llevó a cabo una intensa ronda de consultas para analizar los principios clave y establecer las bases del nuevo tratado. Las consultas fueron impulsadas por el país que presidió la reunión, Sierra Leona, una nación de bajos ingresos que ya garantiza 13 años de educación gratuita. Está previsto que vuelvan a reunirse en 2026.
Varios países mostraron las reformas que habían introducido y que han cambiado la vida de niños y niñas. España y Francia destacaron el potencial transformador de la educación en la primera infancia. Ambos países establecieron tres años de educación preescolar gratuita. Ghana informó que se produjo un incremento drástico de la cantidad de alumnos después de que se extendió el número de años de enseñanza secundaria gratuita en 2017, sobre todo entre estudiantes de sectores de bajos ingresos. Zambia expuso sobre su adopción de la enseñanza secundaria gratuita en 2022, mientras que Ecuador resaltó su garantía constitucional de educación pública gratuita, que incluye a la universidad.
El factor que haría único este tratado es el papel central que han tenido los niños y las niñas en su desarrollo. Delegados infantiles de Croacia, Indonesia, Liberia, México y el Reino Unido hablaron con urgencia sobre la carga que las colegiaturas y cuotas escolares representan para las familias, y lo que podría lograrse en un mundo donde la educación preescolar y secundaria fueran realmente gratuitas. Como lo expresó Karen, de 16 años, procedente de México: “Este protocolo ayudaría a que millones de niños y niñas sigan en la escuela, y sería clave para que haya menos desigualdad”.
El derecho a la educación gratuita es posible y para los países debería ser un objetivo prioritario sentar las bases para este tratado. En palabras de Roberto, de 17 años, de Liberia: “Lo verdaderamente poderoso es que nosotros, como niños y niñas, fuimos parte del proceso; nuestras voces deberían influir en el resultado”.