Se calcula que aproximadamente 244 millones de niñas y niños están sin escolarizar en todo el mundo, incluidos casi 180 millones que deberían cursar enseñanza secundaria. Además, casi la mitad de las niñas y los niños en edad preescolar –más de 175 millones— no están matriculados en un programa de educación preescolar. La discriminación de grupos marginados por parte de profesores y otros alumnos, las largas distancias hasta la escuela, las tasas escolares formales e informales y la ausencia de una educación integradora son algunas de las principales causas. Millones dejan de ir a la escuela para trabajar largas jornadas, a menudo en condiciones peligrosas. Otras y otros sufren violencia o abusos por parte de profesores o compañeros, o sus escuelas son blanco de ataques armados. A algunas niñas se les niega la educación cuando se quedan embarazadas o se ven obligadas a abandonar la escuela para casarse. Incluso cuando van a la escuela, millones de niñas y niños reciben una educación de mala calidad que les deja sin habilidades y conocimientos esenciales, incluidos los relativos a su salud y sus derechos sexuales y reproductivos. Las y los jóvenes que están en instituciones o prisiones a menudo reciben una educación de calidad inferior o ninguna en absoluto. A medida que las niñas y los niños dependen cada vez más de la tecnología para aprender, los gobiernos han tardado en proporcionarles la misma protección de la que disfrutan en las aulas físicas, lo que ha permitido el uso indebido o la explotación de sus datos personales, recopilados en entornos educativos en línea.

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Left: Illustration of young mother studying while breastfeeding. Right: Illustration of the same mother sitting in class.

Empowering pregnant girls and adolescent mothers to stay in school.

A Human Rights Watch index