(Londres) – El ataque que se perpetró en Barcelona la tarde del 17 de agosto de 2017 fue un acto despreciable de violencia, dijo hoy Human Rights Watch.
Según el consejero de Interior de Cataluña, hubo 13 víctimas mortales y más de 50 personas resultaron heridas, algunas de gravedad, cuando una camioneta arrolló a múltiples peatones que se encontraban en la zona turística de La Rambla.
Human Rights Watch expresa sus más profundas condolencias a todos los afectados por el ataque y su solidaridad con el pueblo de Barcelona.
Se trata del ataque más mortífero de este tipo en España desde los atentados con bomba en 2004 en la estación de Atocha en Madrid. Tuvo lugar cuando la zona, popular tanto para turistas como para los residentes de la ciudad, estaba repleta de gente en la temporada alta de vacaciones.
La policía autonómica de Cataluña confirmó que tiene a dos sospechosos bajo custodia y está investigando sus antecedentes y móvil del ataque.
Después de otros ataques con múltiples víctimas en 2017 en numerosos países de todo el mundo, el ataque del 17 de agosto es un crudo recordatorio de la amenaza que representan las personas motivadas por el odio o por puntos de vista violentos o extremistas.
Frente a estas amenazas, la mejor respuesta es defender con firmeza los principios de una sociedad democrática, los derechos humanos, el Estado de derecho y la tolerancia.