(Ámsterdam, 30 de septiembre de 2025) – La decisión del Comité Olímpico Internacional (COI) de establecer un nuevo grupo de trabajo para la “protección de la categoría femenina” sin revelar quiénes son sus miembros ni cuál es su proceso plantea un riesgo alarmante para todas las atletas mujeres, señaló hoy Sports & Righs Alliance (SRA).
La medida, que implica un alejamiento de la transparencia de otros tres grupos de trabajo nuevos, sugiere un retroceso peligroso en los compromisos sobre derechos humanos del COI, incluido el Marco sobre Equidad, Inclusión y No Discriminación por Motivos de Identidad de Género y Variaciones de Sexo de 2021. Allana el camino para que se reinstauren prácticas que, durante mucho tiempo, han puesto en jaque la protección y los derechos de las mujeres.
“Este proceso poco claro contrasta drásticamente con la consulta integral, transparente y multilateral que dio lugar al desarrollo del Marco de Equidad del COI”, el cual goza de amplio respeto, dijo Andrea Florence, directora ejecutiva de Sport & Rights Alliance. “Como resultado de una investigación profunda y de la interacción con atletas, especialistas en derechos humanos, profesionales de la medicina y otros grupos afectados, este documento paradigmático reconoció la complejidad de esta cuestión y rechazó que se adoptara una solución única e invariable para todos los casos. El COI pareciera estar dejando de lado este valioso acervo de investigaciones y políticas a favor de un proceso que carece de la rigurosidad y la inclusión de su predecesor”.
La alianza reconoce el carácter sensible del tema, que a menudo se ve afectado por información errónea, desinformación y retórica de odio. Sin embargo, la creación de este grupo de trabajo parece desentenderse de los estándares de derechos humanos con los que previamente se comprometió el COI, y menoscaba así la legitimidad del proceso y la fiabilidad de las políticas que recomendará.
Para elaborar recomendaciones legítimas, es fundamental que haya transparencia y que la comunicación sea clara. A diferencia de los otros tres grupos de trabajo —sobre los Juegos Olímpicos de la Juventud, el programa de deportes olímpicos y las colaboraciones comerciales y de marketing—, la membresía y el plan de trabajo del grupo para la “categoría femenina” no se han publicado, explicó el COI, con el fin de “proteger la integridad del grupo y del trabajo que realiza”.
“Si el COI realmente tiene interés en proteger a las mujeres y las niñas y promover la equidad con un enfoque basado en evidencias, debe dar espacio a todas las perspectivas y asegurar que sus procesos sean claros y públicos”, declaró Steve Cockburn, director de la división de empresas y derechos humanos de Amnistía Internacional. “El mayor riesgo no es que el grupo de trabajo pueda ser blanco de escrutinio público, sino que las mujeres y las niñas de todo el mundo, y sobre todo del Sur Global, puedan ser objeto de más odio y discriminación y se las excluya del deporte. Este es un tema fundamental de seguridad e igualdad que no se puede decidir en secreto”.
La alianza también expresó su consternación por el hecho de que las políticas de exclusión puedan tener un efecto multiplicador que perjudique a todas las mujeres y niñas en el deporte.
“El Marco de Equidad del COI logró avances significativos para proteger a las mujeres y las niñas en el deporte”, expresó Minky Worden, directora de iniciativas globales de Human Rights Watch. “El COI sentó un precedente importante al dejar atrás la vigilancia, la invasión de la privacidad y las prácticas dañinas de pruebas de sexo que generaron décadas de trauma y discriminación. Es frustrante ver que el líder mundial de los deportes ahora podría estar generando las condiciones para que esto vuelva a instalarse”.
El COI debe trabajar con la sociedad civil y establecer un proceso transparente para formar este grupo de trabajo, a fin de velar por su legitimidad y diversidad, tanto con respecto a sus miembros como al enfoque, destacó la alianza. El COI debe confirmar que tiene el mandato de seguir profundizando los principios de su anterior marco inclusivo y basado en evidencias. La consulta genuina con todas las atletas afectadas no debe ser algo opcional; es una condición esencial y necesaria para que haya un proceso legítimo.
“El COI y este grupo de trabajo deberían asumir el compromiso de adoptar un proceso que sea transparente, inclusivo y basado en los principios de derechos humanos”, apuntó Joanna Maranhão, coordinadora de redes de Sport & Rights Alliance. “El mandato del grupo de trabajo debería ser tomar como base y seguir ampliando el Marco de 2021, en vez de descartarlo. El futuro del deporte justo e inclusivo depende de que haya un diálogo abierto y honesto con todas las partes interesadas, y de que se conceda a las y los atletas afectados un lugar central en el proceso”.