Leer la versión en inglés del Daily Brief de Andrew Stroehlein.
El nivel del mar está subiendo y la población de Gardi Sugdub sabe que se acerca el desastre.
La pequeña isla de baja altitud situada frente a la costa norte de Panamá no tiene ninguna posibilidad frente al paso veloz del cambio climático. Las casi 1.300 personas amontonadas en ella tendrán que mudarse.
Y la comunidad quiere mudarse. De hecho, empezaron a planear su traslado a tierra firme en 2010. Pero hasta ahora nadie ha podido abandonar la isla que se está hundiendo, porque las promesas del gobierno de apoyar el traslado siguen incumpliéndose. La fecha de reubicación se retrasa una y otra vez.
Las promesas incumplidas del gobierno para la nueva ubicación incluyen un hospital parcialmente construido -un proyecto ahora abandonado- y un nuevo edificio escolar que está tardando una eternidad en terminarse. La gente de la comunidad pregunta por los retrasos, pero las autoridades no dan explicaciones completas.
Por supuesto, el cambio climático no espera a los gobiernos, y la gente no puede vivir de promesas. Con el traslado de Gardi Sugdub paralizado, la comunidad se encuentra en el limbo, con el mar subiendo implacablemente a su alrededor. Las inundaciones ya están dificultando la vida de los habitantes de la isla, afectando a la salud, la educación y la cultura.
Y Gardi Sugdub, hogar del pueblo indígena guna desde hace más de un siglo, no está sola. En Panamá, 38 comunidades podrían tener que ser reubicadas debido a la superpoblación y a la subida del nivel del mar. Cientos de comunidades de todo el mundo se encuentran en una situación similar, o pronto lo estarán.
Es difícil no ver a Gardi Sugdub como una metáfora del fracaso de la humanidad ante el cambio climático. La gente mira a su alrededor y ve los impactos: temperaturas más altas y otros fenómenos extremos más frecuentes, inundaciones, sequías, incendios forestales y más. Piden a los gobiernos que hagan algo y éstos responden con retrasos y promesas incumplidas en lugar de actuar.
Pero ser una metáfora o una advertencia para el resto del mundo no ayuda a los habitantes de Gardi Sugdub. Necesitan que las autoridades de Panamá actúen para que puedan salir de la isla con dignidad y reconstruir sus vidas en un terreno más seguro.
