El Gobierno de Corea del Sur castiga a los trabajadores por envejecer.
Esa es la cruda conclusión de un nuevo informe de Human Rights Watch que examina cómo las leyes y políticas de empleo basadas en la edad de Corea del Sur discriminan a los trabajadores de mayor edad.
El sistema está manipulado en perjuicio de las personas mayores de tres maneras fundamentales.
En primer lugar, existe la jubilación obligatoria. La legislación surcoreana permite a los empleadores del sector público y privado adoptar una edad de jubilación obligatoria de 60 años o más. El uso de la edad de jubilación obligatoria está muy extendido en el sector público y en las grandes empresas. No importa cuáles sean tus habilidades y experiencia, si tu empleador dice que has terminado, entonces has terminado.
En segundo lugar, Corea del Sur tiene algo llamado el sistema de "salario máximo". Este permite a los empleadores reducir los salarios de los trabajadores de más edad durante los tres a cinco años anteriores a su jubilación obligatoria.
Por ejemplo, el empleador de un hombre de 59 años que entrevistamos le informó que debe jubilarse en un año. Cuando se jubile a los 60 años, ganará solo el 52 % de lo que ganaba a los 55.
Esto no solo afecta a los ingresos inmediatos de la persona, sino que también puede tener un impacto negativo en otros derechos económicos, como las cotizaciones a la pensión, la indemnización por despido y las prestaciones por desempleo.
En tercer lugar, las políticas de reinserción laboral empeoran aún más la situación. Los trabajadores que han vuelto a trabajar se concentran en ocupaciones mal remuneradas que los jóvenes no quieren, como guardias de seguridad y cuidadores. Esta "segregación ocupacional" basada en la edad es una forma de discriminación.
Por si fuera poco, el sistema de seguridad social es inadecuado y no cumple las normas de derechos humanos.
Las personas obligadas a jubilarse a los 60 años solo tienen derecho a una prestación por desempleo durante un máximo de 270 días. Sin embargo, pueden esperar hasta cinco años antes de tener derecho, a los 65 años, a la pensión nacional de vejez o a la pensión básica. En 2023, solo el 40 % de las personas de 60 años o más recibían una pensión nacional de vejez.
Las leyes y políticas de Corea del Sur niegan a los trabajadores mayores la oportunidad de seguir desempeñando sus trabajos principales. Se les paga menos y se les empuja a trabajos precarios y peor remunerados, todo ello por su edad.
El Gobierno debe dejar de castigar a los trabajadores por envejecer.