El gigante tabacalero Philip Morris International ha adoptado un cambio de política que podría proteger a numerosos menores que trabajan en la cosecha del tabaco en Estados Unidos de los peligros presentes en las plantaciones, señaló hoy Human Rights Watch.
Philip Morris International, que comercializa Marlboro y otras marcas de cigarrillos líderes, anunció el 5 de noviembre de 2014 que comenzará a comprar tabaco cultivado en EE. UU. exclusivamente a través de terceras empresas proveedoras de hojas de tabaco, y no directamente a agricultores. Este cambio exigirá que los principales proveedores de hojas de tabaco del mundo —Alliance One International y Universal Corporation— implementen la política detallada sobre trabajo infantil de Philip Morris International en todas las haciendas estadounidenses a las cuales compren tabaco. De las 10 principales compañías tabacaleras, Philip Morris International cuenta con los estándares más rigurosos, que prohíben que menores de 18 años lleven a cabo muchas de las tareas más riesgosas en plantaciones tabacaleras.
“La nueva política de compras de Philip Morris International significa que miles de haciendas tabacaleras estadounidenses deberán ahora cumplir con estándares más exigentes sobre trabajo infantil, que deberían proteger a los menores de las labores más peligrosas en el cultivo del tabaco”, observó Margaret Wurth, investigadora sobre derechos del niño de Human Rights Watch. “Philip Morris International debería supervisar cuidadosamente a los proveedores para asegurar que estén familiarizados con las normas y las cumplan”.
En un informe de mayo de 2014, Human Rights Watch comprobó que los menores que trabajan en haciendas tabacaleras en Estados Unidos están expuestos a nicotina, plaguicidas tóxicos, calor extremo y otros peligros. La mayoría de los menores entrevistados informaron haber padecido náuseas, vómitos, jaquecas o mareos mientras trabajaban, que son síntomas coincidentes con intoxicación aguda por nicotina.
Las garantías insuficientes previstas en la legislación estadounidense permiten que menores de apenas 12 años trabajen una cantidad ilimitada de horas fuera del horario escolar en haciendas de cualquier tamaño, y no hay edad mínima para que los niños trabajen en haciendas pequeñas. A pesar de los riesgos conocidos de la intoxicación por nicotina, las leyes y reglamentaciones estadounidenses no prevén disposiciones especiales para proteger a menores de los riesgos singulares del trabajo en el sector del tabaco.
Universal Corporation es la empresa más grande del mundo de comercialización de hojas de tabaco, y gestiona entre el 25 y el 35 por ciento del tabaco producido en América del Norte. Alliance One International, la otra gran empresa que comercializa hojas de tabaco y opera en EE.UU., estableció contratos con 1.074 productores de tabaco en 2013.
Conforme a la nueva política de compras de Philip Morris International, ambas empresas no permitirán que menores de 18 años realicen algunas de las tareas más riesgosas, como cosechar tabaco, el capado de plantas de tabaco, trabajar en altura, manipular plaguicidas o trabajar con herramientas cortantes o en temperaturas extremas. Philip Morris International debería llevar a cabo un monitoreo interno y por terceros de manera periódica y rigurosa, a fin de asegurar que sus proveedores respeten los estándares sobre trabajo infantil de la empresa.
Además de Philip Morris International, ambas empresas proveen hojas de tabaco estadounidenses a otros fabricantes de productos con tabaco, como British American Tobacco, China National Tobacco, Imperial Tobacco Group, Japan Tobacco y Lorillard.
Otras de las principales tabacaleras, incluidas Altria Group y Reynolds American, compran tabaco estadounidense directamente a productores individuales. Reynolds American es la segunda compañía tabacalera más grande de EE. UU., pero no cuenta con una política sobre trabajo infantil.
Human Rights Watch ha instado a compañías tabacaleras a prohibir que menores de 18 años realicen trabajos peligrosos en haciendas en sus cadenas globales de suministro, incluidas tareas que impliquen contacto directo con cualquier forma de tabaco. El gobierno de Obama debería adoptar reglamentaciones que prohíban que menores realicen tareas peligrosas en plantaciones de tabaco, y el Congreso debería sancionar leyes para reconocer a menores que se desempeñan en agricultura las mismas protecciones de las que gozan otros menores que trabajan, señaló Human Rights Watch.
“Todas las compañías tabacaleras deberían intensificar sus esfuerzos por proteger a menores de los riesgos del cultivo de tabaco”, observó Wurth. “Cada compañía debería adoptar políticas para prohibir que menores de 18 realicen tareas riesgosas, incluidas aquellas que suponen el contacto directo con el tabaco”.