La pandemia de Covid-19 afectó de forma desproporcionada a personas vulnerables, como solicitantes de asilo, personas sin hogar y trabajadores inmigrantes. El extremismo de derechas, el antisemitismo y el racismo, incluidos los delitos de odio violentos, son una grave preocupación en Alemania. La libertad de los medios de comunicación se deterioró con las agresiones a periodistas durante las protestas y las nuevas leyes de vigilancia. Tras la toma del poder por parte de los talibanes en Afganistán, Alemania detuvo las repatriaciones de afganos, pero no logró evacuar a tiempo a los afganos en peligro. En el primer juicio conocido sobre la tortura patrocinada por el Estado en Siria, un tribunal de Coblenza condenó a dos ex agentes de inteligencia sirios aplicando las leyes de jurisdicción universal de Alemania.

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