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Una mujer recoge alimentos de un banco de alimentos gestionado por Tafel en Berlín, Alemania, mientras niños en cochecitos observan, 3 de julio de 2023. © 2023 Carsten Koall/picture-alliance/dpa/AP Images

Alemania. La potencia industrial de Europa. La tercera economía más rica del mundo.

Alemania tiene un problema de pobreza.

A pesar de su enorme riqueza, el sistema de seguridad social alemán le falla a mucha gente.

¿A cuántos? Veamos algunas cifras.

Según las últimas estadísticas oficiales, el 14,4% de la población alemana vive en la pobreza. Es decir, más de 12 millones de personas.

Las familias monoparentales y las mujeres mayores constituyen una proporción desproporcionada de los pobres. El gobierno considera que el 40 por ciento de los hogares alemanes con un progenitor solo a cargo de los niños están "en riesgo de pobreza o exclusión social".

Las ayudas de la seguridad social a menudo no llegan a situar a una familia por encima del umbral de pobreza. Hay un desfase.

Por ejemplo, una familia monoparental con dos hijos recibe 1.198 euros de prestaciones de la seguridad social. Pero el umbral de pobreza es de 1.626 euros. Es una brecha del 26%. La brecha para un adulto soltero que vive solo es del 51%.

Entre las personas de 65 años o más, más del 18% están en riesgo de pobreza o exclusión social, las mujeres mayores aún más.

Ello se debe, en parte, a que las mujeres no son tenidas en cuenta en el plan de pensiones. Los años de crianza no son remunerados y no se contabilizan como trabajo. En general, existe una importante diferencia salarial entre hombres y mujeres. Las mujeres representan dos tercios de las personas con empleos marginales y poco remunerados.

Estas cosas reducen sus cotizaciones a la pensión a lo largo de los años y, por tanto, en el sistema alemán, los pagos de la pensión más adelante en la vida.

Existen complementos a la pensión básica, pero a menudo no son suficientes para superar el umbral de la pobreza.

Números... Cálculos... Umbrales... Son una parte de la historia.

Para comprender el panorama completo, hay que escuchar a las personas afectadas. Eso es lo que ha hecho Human Rights Watch en un nuevo informe que ha llevado más de dos años de elaboración.

La gente describió las dificultades para permitirse una alimentación adecuada, pagar el alquiler, los servicios públicos y los gastos de sanidad y educación.

Una mujer de 42 años, madre soltera de tres hijos y trabajadora, que vive en una zona rural de Sajonia, dijo: "No puedo permitirme alimentar adecuadamente a mis hijos. Es una sensación amarga cuando todo lo que tenemos a final de mes es pan y mantequilla...".

Una jubilada de 71 años que vive sola en una ciudad de la cuenca del Ruhr dijo: "...la ayuda del gobierno simplemente no es suficiente. La vida es cara. En casa me quedo bajo una manta y bebo té, café o sopa para mantenerme caliente. No hay mucho más que hacer".

Sin duda, la tercera economía más rica del mundo puede hacerlo mejor.

De hecho, el gobierno alemán está legalmente obligado a hacerlo mejor. Alemania ha firmado tratados internacionales en los que se compromete a defender los derechos humanos a la seguridad social y a un nivel de vida adecuado.

Los partidos políticos están ahora en conversaciones de coalición para formar un nuevo gobierno. Deberían tomar nota y comprometerse a mejorar el deficiente sistema de seguridad social alemán.

 

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