Las autoridades israelíes son responsables de crímenes de guerra y crímenes contra la humanidad por el desplazamiento forzoso masivo y deliberado de civiles palestinos en Gaza desde octubre del año pasado.
Esta es la conclusión del último informe de HRW. Para empezar, hablemos de lo que significa el término "crímenes contra la humanidad" en el derecho internacional.
Se trata de ciertos crímenes cometidos por miembros de fuerzas gubernamentales o de un grupo armado no estatal que se cometen a a conciencia como parte de un ataque generalizado o sistemático contra una población civil. Esto significa la perpetración de múltiples crímenes de este tipo cometidos en aplicación de una política estatal.
En este caso, estamos hablando del desplazamiento masivo por parte de Israel de casi toda la población de Gaza, a menudo en múltiples ocasiones, así como de impedir su regreso a casa.
Las leyes de los conflictos armados aplicables en territorio ocupado sólo permiten el desplazamiento de civiles por razones militares imperativas o por la seguridad de la población. Exigen salvaguardias y un alojamiento adecuado para acoger a los civiles desplazados.
Los funcionarios israelíes afirman que, debido a que los grupos armados palestinos están luchando entre la población civil, el ejército ha evacuado legalmente a los civiles para atacar a los grupos, limitando al mismo tiempo los daños a los civiles. La investigación de Human Rights Watch muestra que esta afirmación es en gran medida falsa.
No existe ninguna razón militar plausible e imperativa que justifique estas acciones es más, las insustanciales "órdenes de evacuación" de los militares no han garantizado la seguridad de los civiles. De hecho, han causado graves daños.
Como dice mi colega experta, Nadia Hardman: "El gobierno israelí no puede afirmar que mantiene a salvo a los palestinos cuando los mata a lo largo de las rutas de escape, bombardea las llamadas zonas seguras y les corta los alimentos, el agua y el saneamiento".
Las fuerzas israelíes también han llevado a cabo demoliciones deliberadas y controladas de viviendas e infraestructuras civiles. Esto incluye zonas en las que aparentemente pretenden crear "zonas tampón" y "corredores" de seguridad, de los que es probable que los palestinos se vean desplazados permanentemente.
Han arrasado sistemáticamente huertos, campos, invernaderos y otras infraestructuras civiles, incumpliendo su obligación de garantizar que los palestinos puedan regresar a sus hogares.
Estas acciones no cumplen las leyes de la guerra.
El mundo ha permitido durante demasiado tiempo que el gobierno de Israel se salga con la suya en sus crímenes de guerra y contra la humanidad. Los gobiernos deben cambiar los planteamientos de los dirigentes israelíes, adoptando sanciones concretas y otras medidas. También deben detener la venta de armas a Israel.
Además, el fiscal de la Corte Penal Internacional debe investigar los desplazamientos forzosos de Israel y la prevención del derecho al retorno como crímenes de lesa humanidad.
El informe es nuevo, los detalles son espantosos y el análisis jurídico sobre los crímenes contra la humanidad se suma al conocimiento mundial de los horrores de Gaza.
Pero el mundo sabe desde hace tiempo que las autoridades israelíes están cometiendo atrocidades generalizadas en Gaza. Y la pregunta sigue siendo: ¿cuándo dirán por fin los gobiernos basta?