Al parecer, Washington ha enviado una advertencia al gobierno de Israel: que permita la entrada de más ayuda humanitaria en Gaza o se enfrentará a un posible cese de las transferencias de armas estadounidenses. Una carta filtrada revela que la administración Biden ha dado a Israel 30 días para cumplir.
La situación humanitaria en Gaza es más que desastrosa. Además de los bombardeos y los desplazamientos durante el "año de atrocidades", los palestinos de Gaza sufren hambruna porque las autoridades israelíes restringen la entrada en la zona de ayuda humanitaria, incluidos alimentos y medicinas. Innumerables civiles, sobre todo niños, han pagado el precio.
En resumen, el gobierno israelí está utilizando el hambre como arma de guerra. Se trata de un crimen de guerra.
El Tribunal Internacional de Justicia ha emitido órdenes jurídicamente vinculantes que exigen a Israel que permita la prestación de servicios básicos y asistencia humanitaria. El gobierno de Israel ha ignorado estas órdenes jurídicamente vinculantes.
La situación sobre el terreno no ha hecho más que empeorar. Según la Oficina de Coordinación de Asuntos Humanitarios de la ONU, cerca de 1,4 millones de personas -alrededor del 70% de la población de Gaza- no recibieron sus raciones mensuales de alimentos en septiembre. “La ayuda que entra en Gaza está en su nivel más bajo en meses”, justo cuando se acerca el invierno.
Y lo que podría empeorar aún más las cosas, los legisladores y funcionarios israelíes están intentando desmantelar la agencia de ayuda más importante de la ONU para los refugiados palestinos en Gaza y otros lugares. Una propuesta de ley israelí pretende impedir que el Organismo de Obras Públicas y Socorro de la ONU opere en Gaza y Cisjordania, incluido Jerusalén Oriental.
Es de esperar que la nueva advertencia de Estados Unidos convenza a Israel de que ponga fin a su bloqueo ilegal, pero llega demasiado tarde y no es suficiente.
Todos los aliados clave de Israel -incluidos Estados Unidos, Reino Unido y Alemania- deben suspender inmediatamente toda asistencia militar y venta de armas a Israel. Del mismo modo, Irán debería dejar de armar a Hamás y a la Yihad Islámica.
Todos estos gobiernos son conscientes del riesgo real de que un mayor número de armas solo servirá para cometer más atrocidades e incluso podría convertirlos en cómplices de crímenes de guerra.