No solemos tener la oportunidad de destacar las buenas noticias aquí en el Boletín Informativo, así que cuando se producen tres noticias positivas a la vez, es más que bienvenido.
El Consejo de Derechos Humanos de las Naciones Unidas que se celebró la semana pasada en Ginebra nos dio tres razones para estar animados.
En primer lugar, recordemos qué es el Consejo de Derechos Humanos de las Naciones Unidas: un órgano del sistema de la ONU que promueve los derechos humanos y aborda situaciones de violación de los mismos en todo el mundo. Funciona desde 2006 y está compuesto por 47 "Estados miembro", es decir, gobiernos, que son elegidos periódicamente entre los 193 países miembros de la ONU.
El Consejo puede hacer cosas como establecer investigaciones sobre violaciones de derechos humanos en un país concreto. Encarga a expertos independientes en derechos humanos que recopilen información y comuniquen sus conclusiones al Consejo. Esto ayuda a mantener la atención mundial sobre estos casos y, con un poco de suerte, contribuye a que los autores de violaciones de los derechos humanos enfrenten algún día a la justicia.
Las tres buenas noticias del Consejo de Derechos Humanos de la ONU reunido en Ginebra la semana pasada se refieren a las situaciones de Sudán, Venezuela y Rusia.
En cuanto a Sudán, los miembros del Consejo votaron a favor de renovar el trabajo de la Misión Internacional Independiente de Investigación para Sudán. Esta misión investiga los crímenes cometidos por las partes beligerantes de Sudán (véase el Boletín Informativo. 29 de agosto). Recoge pruebas y las conserva para identificar a los responsables y poder enjuiciarlos en un futuro.
En cuanto a Venezuela, el Consejo de Derechos Humanos de la ONU, también amplió su sondeo, la Misión Internacional Independiente de Investigación sobre Venezuela. Esta misión fue uno de los primeros organismos internacionales en afirmar que las autoridades venezolanas han cometido graves violaciones de derechos humanos que podrían constituir crímenes de lesa humanidad.
En cuanto a Rusia, el Consejo de Derechos Humanos de la ONU renovó la semana pasada el trabajo del relator especial sobre la situación de los derechos humanos en el país. Mientras la atroz invasión rusa sobre Ucrania está siendo investigada por otros organismos -entre ellos el Tribunal Penal Internacional-, el relator se ocupa de la feroz represión de la disidencia por parte del Kremlin en su propio país.
Así pues, la semana pasada hubo tres aciertos de tres en Ginebra, y quienes apoyamos los derechos humanos en todo el mundo podemos sentirnos animados.
No exageremos. Los éxitos en el Consejo de Derechos Humanos de la ONU no significan que las cosas mejoren instantáneamente para la gente que vive en estos países. Las atrocidades y la represión extrema no cesan por arte de magia con una votación en Ginebra.
Pero estas medidas del Consejo -impulsadas por activistas de los derechos humanos en Ginebra y en todo el mundo- son una señal de la preocupación internacional al más alto nivel y de un seguimiento continuo. Esto es fundamental para alumbrar los rincones oscuros que los autores de los abusos no quieren que nadie vea. También es una señal para las víctimas de que no han sido olvidadas, de que el mundo se preocupa y de que aún es posible hacer justicia.