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Un grupo de migrantes y solicitantes de asilo negros de múltiples nacionalidades africanas, entre ellos una mujer y su bebé, abandonados en el desierto durante días tras ser expulsados de Túnez, permanecen en la zona de seguridad de la frontera entre Túnez y Libia frente a un equipo de noticias de Al Jazeera y soldados libios, 11 de julio de 2023.  © 2023 Privado

Leer la versión en inglés del Daily Brief de Andrew Stroehlein.

La semana pasada, en este boletín, destacamos cómo las fuerzas de seguridad tunecinas acorralaban a migrantes y solicitantes de asilo africanos negros, incluidos niños y mujeres embarazadas, y cómo los abandonaban en el desierto. Y al mismo tiempo vimos cómo la UE estaba intensificando su cooperación antimigratoria con Túnez.

Una nueva investigación revela hoy detalles inquietantes tanto de los abusos tunecinos como del apoyo de la UE.

El informe documenta delitos cometidos por las fuerzas de seguridad tunecinas -es decir, la policía, el ejército, la guardia nacional y la guardia costera- contra africanos negros, como detenciones ilegales, encarcelamientos, golpizas y tortura. También destaca expulsiones colectivas, acciones peligrosas en el mar, desalojos forzosos y robo de dinero y pertenencias.

Las fuerzas de seguridad también ignoran los delitos y abusos cometidos por civiles tunecinos contra africanos negros, incluidos robos y agresiones, así como desalojos injustificados de sus hogares.

Este aumento del terror se ha visto alimentado por las actitudes abiertamente racistas de las autoridades tunecinas hacia los africanos negros, entre las que destaca un horrible discurso del presidente Kais Saied en febrero.

Saied vinculó a los inmigrantes africanos con la delincuencia y habló de una "conspiración" para cambiar la demografía de Túnez. El discurso racista fue seguido de una oleada de discursos de odio, discriminación y ataques contra los negros africanos.

Más de una docena de altos funcionarios europeos han realizado visitas oficiales al país desde el discurso del presidente y la propagación de la represión y los abusos. Entre las más destacadas están las dos visitas conjuntas en las últimas semanas de la presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, con la primera ministra italiana, Giorgia Meloni, y el primer ministro holandés, Mark Rutte.

El trío de representantes ha sido denominado "Equipo Europa" y se ha reunido con Saied para ofrecerle su apoyo tanto con palabras como con hechos. Y con "hechos" me refiero a dinero.

En junio, anunciaron que Bruselas entregaría al gobierno tunecino 100 millones de euros "para la gestión de las fronteras". El "Equipo" realizó una segunda visita hace unos días para consolidar el acuerdo.

Quien tenga un poco de conocimiento de historia, se dará cuenta de que todo esto se parece mucho a los tratos sucios que los países europeos hacían con el dictador libio Muamar Gadafi. Éste también utilizó lenguaje ofensivo contra los africanos negros, sobre todo cuando quiso cortejar al lado político racista de Europa: "Mañana Europa podría dejar de ser europea, e incluso negra, pues hay millones que quieren entrar", dijo una vez.

Los políticos de hoy intentan disfrazar estos actos con un lenguaje de "exteriorización de fronteras" o de "subcontratación", pero el mensaje de los socios autoritarios de Europa es tan claro como siempre: págame para que me ocupe de estos negros indeseados por ti.

Era repugnante antes y es repugnante ahora.

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