Leer la versión en inglés del Daily Brief de Andrew Stroehlein.
Líderes europeos y latinoamericanos se reúnen hoy y mañana en Bruselas en un importante encuentro internacional entre ambas regiones.
La cumbre Unión Europea y la Comunidad de Estados de América Latina y el Caribe (UE-CELAC), es la primera reunión de alto nivel de este tipo que se realiza en ocho años. Se espera que en ella los jefes de Estado y de gobierno dialoguen sobre comercio, la lucha contra el cambio climático y la guerra de Rusia contra Ucrania.
En materia de derechos humanos, además de la invasión atroz del Kremlin, hay una serie de temas que merecen ser abordados en el contexto de la cumbre. Por ejemplo, sería positivo que los líderes latinoamericanos y del Caribe denunciaran al bloque europeo por su política de “dejar morir” en el mar Mediterráneo a personas migrantes y solicitantes de asilo.
En las Américas, tanto los gobiernos democráticos de la región como de Europa deberían priorizar la crisis de derechos humanos en Nicaragua. Un grupo de 160 nicaragüenses ha firmado una carta conjunta con 29 organizaciones de derechos humanos nacionales, regionales e internacionales, pidiendo a los líderes reunidos en Bruselas que acuerden un enfoque concertado frente a la crisis.
Desde la brutal represión de manifestantes en abril de 2018, el gobierno de Daniel Ortega ha perseguido a cualquiera que sea percibido como un crítico del gobierno. En marzo, un informe de expertos de la ONU denunció asesinatos, encarcelamientos, torturas, violencia sexual, deportaciones forzadas y persecución por motivos políticos, y concluyó que estos abusos podían constituir crímenes de lesa humanidad.
Entre los firmantes de esta iniciativa se encuentran decenas de nicaragüenses que durante años han sufrido graves abusos.
Varios gobiernos de América Latina, así como el Servicio Europeo de Acción Exterior (SEAE), han condenado públicamente los abusos del gobierno nicaragüense. Sin embargo, estos esfuerzos no han sido sostenidos en el tiempo y han carecido hasta ahora de la coordinación necesaria para contribuir a la liberación de los presos políticos y al restablecimiento de la democracia.
Esta carta urge a los líderes de las Américas que, junto con la UE y sus Estados miembros, establezcan un Grupo de Amigos del Pueblo Nicaragüense. Este mecanismo coordinaría la respuesta internacional hacia Nicaragua y ayudaría a impulsar una transición democrática.
El pueblo de Nicaragua continúa alzando su voz para pedir más apoyo. Esperemos que los líderes de la cumbre de esta semana los escuchen.