El jueves Estados Unidos y México anunciaron una nueva política que impide a los cubanos, haitianos y nicaragüenses acceder al asilo en la frontera al expulsarlos de manera inmediata a México invocando la política de Título 42 de la era de Trump.
También anunciaron la ampliación de un programa que permitirá a algunos cubanos, haitianos y nicaragüenses pedir permiso para viajar a EE. UU. en avión siempre que puedan conseguir un patrocinador económico en Estados Unidos, tengan un pasaporte válido y cuenten con los fondos para comprar los vuelos. El gobierno estableció una política similar para los venezolanos en octubre de 2022.
Los gobiernos de Biden y López Obrador han presentado el programa de permisos humanitarios (parole) como una ampliación de las vías legales para quienes buscan viajar a EE. UU. Pero en realidad, el
el programa hará que sea más difícil acceder a protección para miles de personas que se han visto obligadas a huir de sus países. Esto es así porque quienes huyen de sus países en busca de protección a menudo no pueden obtener pasaportes o esperar mientras se procesan sus solicitudes, particularmente cuando se encuentran en contextos de persecución gubernamental. Dada la situación actual de Cuba, Haití y Nicaragua, es muy difícil cumplir con tales condiciones para muchas personas en estos países. El programa también contraviene el derecho internacional sobre refugiados y las normas internacionales de derechos humanos que prohíben la discriminación en el acceso al asilo, incluyendo las razones económicas.
El gobierno de Biden también anunció planes para restringir el acceso al asilo a las personas que viajen a través de otros países para llegar a Estados Unidos. Esta propuesta de “prohibición de tránsito” se asemeja a otras políticas de la era Trump que dieron como resultado violaciones de los derechos humanos de migrantes que fueron enviados de regreso a países como Guatemala, según lo documentó Human Rights Watch en 2020.
En lugar de ampliar y reactivar las políticas abusivas de la era Trump, el gobierno de Biden debería respetar el derecho de todas las personas y familias a solicitar asilo, y crear un proceso nuevo y ordenado para responder a los diversos motivos, fundamentados en derechos, que impulsan a las personas a migrar. Esto incluye a quienes solicitan asilo para protegerse de la persecución o para huir de los efectos del cambio climático y a quienes buscan reunificarse con sus familiares en EE. UU. o regresar a comunidades en EE. UU. donde se radicaron durante muchos años.
La cantidad de personas que procuran ingresar a Estados Unidos no ha disminuido pese a las políticas fronterizas cada vez más severas y punitivas enfocadas exclusivamente en el control fronterizo. Es hora de que el gobierno de Biden reúna el coraje para actuar de un modo diferente, estableciendo alianzas con las comunidades que reciben migrantes, a fin de asegurar una respuesta ordenada y humana ante la llegada de inmigrantes y solicitantes de asilo al país.