(Nueva York) – La avalancha de propuestas legislativas antitransgénero en todo Estados Unidos en los últimos años también amenaza con socavar los derechos fundamentales de niños y niñas intersexuales, dijeron hoy Human Rights Watch, interACT: Advocates for Intersex Youth, y la Iniciativa de Derechos Humanos SOGIESC del Programa de Derecho de Derechos Humanos de la Universidad de Carolina del Norte.
En el Día de la Concienciación sobre la Intersexualidad, que se celebra anualmente el 26 de octubre, los grupos presentaron un mapa interactivo que destaca cómo los legisladores de todo EE.UU. han incluido en sus proyectos de ley cláusulas que permiten o fomentan las violaciones de los derechos humanos de niños y niñas nacidos con variaciones intersexuales. Se han propuesto decenas de proyectos de ley con excepciones intersexuales, y hasta ahora tres son leyes estatales.
“La legislación estatal en Estados Unidos que se dirige a la juventud transexual también está perjudicando a los y las jóvenes intersexuales”, dijo Erika Lorshbough, directora ejecutiva de interACT. “Cuando los legisladores proponen y aprueban excepciones explícitas para que los cirujanos operen cuerpos intersexuales antes de que los propios pacientes puedan dar su consentimiento, queda claro que estos proyectos de ley tratan de eliminar la diversidad corporal, no de proteger a nadie”.
La “intersexualidad” se refiere al 1,7 % de la población que se calcula que tiene rasgos corporales innatos que no se ajustan a las expectativas convencionales de los cuerpos femeninos o masculinos. También conocidos como variaciones en las características sexuales, los rasgos intersexuales hacen que los cromosomas, las gónadas u otros órganos reproductores internos, los genitales y/o la función hormonal de una persona difieran de las características que son “típicamente” masculinas o femeninas.
Los niños y niñas con variaciones intersexuales suelen ser sometidos a cirugías “normalizadoras” que son irreversibles, arriesgadas y médicamente innecesarias. Estas cirugías se realizan sin el consentimiento del paciente, y la mayoría de las veces tienen lugar en la infancia o en la niñez temprana. Las cirugías incluyen procedimientos para reducir el tamaño del clítoris, crear o ampliar una abertura vaginal, redirigir una uretra en funcionamiento o extirpar las gónadas. Estas cirugías son justificadas por los responsables de la toma de decisiones con el argumento de que reducirán el estigma y evitarán la disforia de género, pero a menudo tienen los efectos contrarios, y también conllevan riesgos de cicatrices, pérdida de sensibilidad, disfunción sexual de por vida, incontinencia urinaria, trauma psicológico y esterilización permanente.
El Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos, la Organización Mundial de la Salud y otras autoridades califican estas cirugías como una violación de los derechos humanos, pero en EE.UU. solo existe un modestos esfuerzos para regular estas operaciones. Las recientes propuestas legislativas que se dirigen principalmente a los y las jóvenes transexuales suelen incluir disposiciones que permiten expresamente y a veces fomentan las cirugías médicamente innecesarias en los y las jóvenes intersexuales.
En los últimos años, los gobiernos estatales de todo EE.UU. han atacado los derechos fundamentales de niños y niñas transexuales y sus familias. En las legislaturas estatales se han presentado decenas de proyectos de ley dirigidos a los/las jóvenes transexuales. Uno de estos proyectos de ley discriminatorios pretende prohibir o restringir su acceso a la atención de afirmación del género. Algunos proyectos de ley definen la atención de afirmación del género como una conducta no profesional, lo que puede afectar a las licencias de los médicos que ofrecen dicha atención, y otros establecen sanciones penales para los médicos, así como para los padres que apoyan a sus hijos e hijas en la búsqueda de la atención que necesitan.
Muchos de estos proyectos de ley incluyen una excepción explícita para los procedimientos realizados en niños y niñas intersexuales, normalmente descritos en estos textos legislativos como “niños con un trastorno del desarrollo sexual médicamente verificable” o “DSD”, que es una sigla en inglés para referirse a las variaciones intersexuales y es ampliamente considerada como peyorativa. Estas disposiciones pretenden garantizar que los médicos que realicen cirugías genitales y de otro tipo en bebés o niños y niñas pequeños con rasgos intersexuales sean inmunes a la persecución y a las sanciones civiles o profesionales. Estas cláusulas se encuentran en las mismas leyes que intentan penalizar la realización de exactamente los mismos procedimientos en jóvenes transexuales de más edad que solicitan activamente dicha atención.
“Este mapa muestra la cartografía de los ataques legales a los derechos de las personas intersexuales que se han incorporado a la legislación antitrans en todo Estados Unidos”, dijo Holning Lau, profesor de derecho Willie Person Mangum en la Facultad de Derecho de la Universidad de Carolina del Norte, en Chapel Hill. “Los derechos de los niños y niñas intersexuales a la salud, la integridad corporal y la dignidad humana están amenazados por esta legislación”.
Los grupos de defensa de la intersexualidad, así como una serie de organizaciones médicas y de derechos humanos, se han pronunciado en apoyo de los niños y niñas intersexuales. Cada vez hay más consenso en que estas cirugías intersexuales no consensuadas y médicamente innecesarias deben cesar, y algunos países las han prohibido. Sin embargo, algunos padres y madres en EE.UU. siguen siendo presionados por los cirujanos para que elijan estas operaciones cuando sus hijos e hijas son demasiado jóvenes para participar en la decisión.
“Combinar un ataque desmedido del acceso a la atención sanitaria de niños y niñas transexuales con las disposiciones que permiten cirugías médicamente innecesarias en menores intersexuales supone claramente dos violaciones de los derechos humanos por el precio de una”, dijo Kyle Knight, investigador principal sobre salud y derechos de las personas lesbianas, gays, bisexuales y transexuales en Human Rights Watch. “Los niños y niñas transexuales e intersexuales se ven perjudicados cuando los políticos utilizan sus cuerpos para defender ideas regresivas sobre el género y la sexualidad en lugar de proteger los derechos fundamentales de todos a la autonomía corporal”.