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México: Los mexicanos necesitan información veraz sobre el COVID-19

López Obrador confunde al público sobre los riesgos para la salud de la pandemia

El presidente mexicano, Andrés Manuel López Obrador, durante su visita al Hospital Rural del municipio de Tlaxiaco, el viernes 20 de marzo de 2020. © 2020 EL UNIVERSAL/EVZ (GDA via AP Images)
(Nueva York) – El presidente mexicano Andrés Manuel López Obrador, con su desinterés temerario en brindar información veraz sobre la pandemia del COVID-19, expone a graves peligros a la población de México, expresó hoy Human Rights Watch.

Hasta la fecha, en México hay 475 casos confirmados de coronavirus y se han producido 6 muertes. A pesar de la rápida propagación del virus en el país, el presidente López Obrador se niega a seguir las recomendaciones de salud pública y no está brindando información precisa al público sobre la gravedad del problema. Ha contradicho abiertamente las recomendaciones de las autoridades sanitarias, al alentar a los mexicanos a que sigan saliendo a espacios públicos mientras los funcionarios de salud piden a la población que se quede en casa. También ha seguido organizando actos y asistiendo a eventos en todo el país, en los cuales abraza, besa y le estrecha la mano a sus seguidores, desoyendo las recomendaciones de evitar multitudes.

“El comportamiento del presidente López Obrador de cara a la crisis del COVID-19 es un ejemplo sumamente peligroso que amenaza la salud de los mexicanos”, indicó José Miguel Vivanco, director para las Américas de Human Rights Watch. “Ha mostrado una renuencia indignante a brindar información precisa y comprobada sobre los riesgos de un virus que ya ha matado a miles de personas en todo el mundo. Es necesario que aborde este problema con seriedad, a fin de proteger la salud y la vida de la población mexicana”.

A finales de febrero, cuando el gobierno mexicano confirmó el primer caso de COVID-19, y el riesgo del virus ya se apreciaba claramente, el Presidente López Obrador, sin ningún reparo, transmitió información errónea al público mexicano al decir que “no es, según la información que se tiene, algo terrible, fatal. Ni siquiera es equivalente a la influenza”.

La semana siguiente, cuando funcionarios de salud habían empezado a advertir a los mexicanos que tomaran precauciones para protegerse del virus, el presidente López Obrador los contradijo abiertamente al manifestar que “Hay quien dice que, por lo del coronavirus, no hay que abrazarse. Pero hay que abrazarse. No pasa nada”.

Apenas el lunes, cuando muchos gobiernos estatales y locales habían empezado a implementar medidas de cierre de espacios de encuentro como bares, restaurantes y cines, e instado a los residentes a quedarse en casa siempre que fuera posible, el Presidente López Obrador publicó en Twitter un video alentando a los mexicanos a salir a comer a restaurantes, al decir “si tienen posibilidad económica, sigan llevando a la familia a comer, a los restaurantes, a las fondas. Porque eso es fortalecer la economía”.

Debido a la actuación del Presidente López Obrador, el gobierno federal mexicano ha tardado en adoptar medidas o formular recomendaciones adecuadas para detectar el virus o prevenir su propagación. La semana pasada, trabajadores del Instituto Nacional de Enfermedades Respiratorias, la institución pública que se ocupa de las pruebas de coronavirus y del tratamiento de los afectados, protestó por la “falta de protocolos” para responder al virus, y comentó que el secretario de Salud “llegó tarde a la fiesta del coronavirus”. A su vez, según señalan distintos médicos, la negativa del gobierno a reconocer que el virus había empezado a propagarse en el país durante las últimas semanas ha limitado el acceso a pruebas y ha impedido saber cuál es la verdadera cantidad de casos, que casi seguro es muy superior a la estadística oficial.

Al ser interrogado sobre sus acciones o los temores de los médicos u otros trabajadores de la salud, el Presidente López Obrador ha contestado a la defensiva, y ha dicho que los periodistas “aprovechan esto del coronavirus ” con el fin de “distorsion[ar] y alarm[ar] y cuestion[ar] al gobierno” en apoyo a la oposición, y que “los conservadores quisieran [que nos infectemos], para echarnos la culpa de todo”.

Durante la última semana, varias ONG y activistas mexicanos han conseguido tres sentencias judiciales que concluyen que el gobierno no ha adoptado medidas básicas para detectar el COVID-19 ni responder a esta pandemia y conminan a las autoridades a hacerlo. Fue recién después de estas sentencias, y de un anuncio de Organización Mundial de la Salud (OMS) el lunes 23 de marzo, que el gobierno de López Obrador admitió el martes 24 de marzo que el virus había empezado a propagarse dentro de México.

La OMS identifica como personas más expuestas a riesgos a quienes tienen más de 60 años y a aquellos que presentan enfermedades cardiovasculares, diabetes, enfermedad respiratoria crónica y cáncer. Se cree que también las personas inmunodeprimidas y obesas enfrentan un riesgo alto. En México se registran algunos de los índices más altos de obesidad y diabetes del mundo. La Organización Panamericana de la Salud ha proyectado que podría haber nada menos que 700 mil casos graves y posiblemente fatales de Covid-19 en México de pacientes que requieran asistencia respiratoria. La mayoría de los mexicanos dependen del sistema de salud pública del país, que cuenta con menos de 2 mil 500 camas de terapia intensiva y poco más de 5 mil 500 respiradores, según surge de las cifras más recientes difundidas por el gobierno. Los migrantes que están detenidos o se encuentran en las fronteras norte y sur del país también se exponen a un riesgo significativo de contagio, al igual que las personas en cárceles y centros de detención de México.

“Ante una pandemia sin precedentes como la que supone el COVID, los líderes deberían cumplir rigurosamente su deber de asegurar que la población acceda a información precisa y comprobada que es vital para proteger su salud”, opinó Vivanco. “De no hacerlo, no sólo se violará el derecho a la salud sino que, además, habrá numerosas muertes evitables”.

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