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Senate Intelligence Committee Chairwoman Dianne Feinstein (D-CA) (L) discusses a newly released Intelligence Committee report on the CIA's anti-terrorism tactics, in a speech on the floor of the U.S. Senate, in this still image taken from video, on Capitol Hill in Washington December 9, 2014. © 2014 Reuters

La reciente divulgación de documentos referentes al programa de detención e interrogatorios de la Agencia Central de Inteligencia de EE. UU. aporta nuevos datos estremecedores sobre torturas practicadas por la CIA, señaló hoy Human Rights Watch. El 16 de junio de 2016, Human Rights Watch envió una carta al presidente Barack Obama, exhortándolo a garantizar una mayor rendición de cuentas por abusos de la CIA antes de que concluya su mandato.

“Los documentos que acaban de salir a la luz dejan al descubierto la brutalidad e ilegalidad del programa de la CIA”, expresó Laura Pitter, asesora sénior en seguridad nacional de Human Rights Watch. “La falta de medidas concretas del presidente Obama para abordar estos delitos empañará el legado de su mandato, debilitará el estado de derecho y restará eficacia a las acciones de EE. UU. contra la tortura en el plano global”.

Se sabe que un detenido de origen afgano, Gul Rahman, murió de hipotermia en su celda luego de haber sido torturado por miembros de la CIA, abandonado semidesnudo en un piso de cemento a muy baja temperatura y privado de alimentos. Sin embargo, un documento interno que investigaba las circunstancias de su muerte y que fue divulgado recientemente, intenta atribuirle a Rahman la culpa de lo que le sucedió, y pone así al descubierto la perversidad del programa: “Las acciones de Rahman contribuyeron a su propia muerte. Al desechar su propia comida, su cuerpo no tuvo una fuente calórica para mantenerse caliente”.

También se había informado sobre el uso de pañales por la CIA en el marco del programa, pero un nuevo documento reconoce abiertamente que el “único objeto” de esta medida era humillar a los detenidos. El documento indica además: “cuando los prisioneros ensucian el pañal, son cambiados por los guardias. A veces los guardias ya no tienen pañales y los prisioneros son enviados de vuelta a sus celdas con un pañal improvisado asegurado con cinta adhesiva. Si los guardias ya no tiene pañales, entonces son regresados a las celdas desnudos”.

Some detainees were chained to two iron rings that came out of a wall, about one metre above the ground, in various different positions. One former detainee said he spent two weeks in Position 3, only being unchained for 30 minutes per day.

Los nuevos documentos se basan en el resumen ejecutivo de la Comisión de Inteligencia del Senado, difundido en 2014, y en otras fuentes de información. La manera más efectiva de esclarecer la ilegalidad del uso de la tortura por la CIA sería reiniciar las investigaciones penales, opinó Human Rights Watch.

Si bien las razones que motivaron el cierre de las investigaciones anteriores aún no son claras, el informe de Human Rights Watch de diciembre de 2015, “No More Excuses: A Roadmap to Justice for CIA Torture” [Basta de excusas: hoja de ruta para asegurar justicia por las torturas de la CIA], aportó abundantes materiales y análisis que cuestionan los señalamientos de que la persecución penal de estos hechos por el Departamento de Justicia no era jurídicamente posible.

Incluso si el Departamento de Justicia no tiene previsto iniciar nuevas investigaciones, debería, como mínimo, explicar detenidamente por qué se cerraron los procedimientos de investigación anteriores, y trabajar con otros departamentos ejecutivos para ofrecer resarcimiento y rehabilitación a las víctimas. Estados Unidos debería además ser mucho más proactivo en la divulgación de información sobre el programa de lo que ha sido hasta el momento.

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