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Para poder lograr su objetivo, la futura misión internacional en Kosovo, liderada por la Unión Europea, debe contar con un escrutinio y un rendimiento con respecto a su conducta en materia de derechos humanos mayores que su predecesor de las Naciones Unidas, señaló Human Rights Watch en un documento informativo hecho público hoy. Es probable que los ministros de relaciones exteriores de la Unión Europea debatan la futura misión con motivo de la reunión del Consejo de Asuntos Generales, que se celebrará los días 18 y 19 de junio en Luxemburgo.

El Consejo de Seguridad de la ONU está debatiendo la futura situación de Kosovo—actualmente bajo el protectorado de la ONU—sobre la base de un acuerdo propuesto por el enviado especial de las ONU Martti Ahtisaari. De acuerdo con la propuesta de Ahtisaari, una misión internacional liderada por la UE, que incluirá una operación policial y judicial de la UE con autoridad ejecutiva, sustituirá a la misión civil de la ONU que gobierna efectivamente Kosovo. La misión prevista es la más ambiciosa en la historia de la Unión Europea. La OTAN continuará con su función de mantenimiento de la paz. Está previsto que los ministros de defensa de la OTAN debatan la futura presencia de esta institución los días 14 y 15 de junio.

“La falta de rendimiento de cuentas de la ONU en Kosovo ha empañado su reputación y debilitado su legitimidad”, señaló Holly Cartner, director de Europa y Asia Central para Human Rights Watch. “La UE debe aprender de estos errores y permitir un escrutinio real de su conducta en materia de derechos humanos desde el primer día. La OTAN tiene mucho que hacer para mejorar su rendimiento de cuentas”, agregó.

El documento informativo de 44 páginas, “Better Late than Never: Enhancing the Accountability of International Institutions in Kosovo” (Mejor tarde que nunca: Mejora del rendimiento de cuentas de las instituciones internacionales en Kosovo), examina la falta de recursos efectivos para las violaciones de los derechos humanos cometidas por la administración internacional liderada por la ONU (UNMIK) y la fuerza de pacificación liderada por la OTAN en Kosovo (KFOR). El documento analiza los mecanismos de rendimientos de cuentas dentro del acuerdo propuesto, lo que incluye el papel de la Institución del Defensor del Pueblo y el futuro Tribunal Constitucional.

A primera vista, parece que existen numerosos mecanismos de rendimiento de cuentas en Kosovo. La provincia cuenta con una Institución del Defensor del Pueblo, una Comisión Consultiva de Derechos Humanos, y la supervisión de la misión en Kosovo de la Organización para la Seguridad y la Cooperación en Europa (OSCE), la Oficina del Alto Comisionado de la ONU para los Derechos Humanos, las organizaciones no gubernamentales y los medios de comunicación. También hay una variedad de mecanismos dentro de la UNMIK y la KFOR. Sin embargo, la realidad es que estos mecanismos son débiles, y no pueden investigar a las instituciones internacionales o tienen un impacto limitado.

En 2006, le arrebataron a la Institución del Defensor del Pueblo su autoridad para investigar denuncias contra la UNMIK y la KFOR. La Comisión Consultiva de Derechos Humanos, que se creó para superar esta falta de rendimiento de cuentas en la parte civil, todavía no se ha puesto en marcha. Actualmente no existe ningún mecanismo para investigar a la KFOR.

“En lugar de recibir positivamente la verificación de su conducta de derechos humanos, la ONU y la OTAN han intentado protegerse de ella”, señaló Cartner. “La comunidad internacional no puede esperar lograr el desarrollo de instituciones democráticas en Kosovo si no está dispuesta a someter su propia conducta al escrutinio independiente”, agregó.

Tanto la misión de la OSCE, como el Consejo de Europa y el Consejo de Derechos Humanos de la ONU han criticado la limitación de recursos con que cuentan los que denuncian el abuso por parte de los policías de la ONU o las fuerzas de pacificación de la OTAN.

El vacío de responsabilidad en Kosovo quedó en claro este año cuando los policías de la UNMIK respondieron con fuerza letal a una protesta violenta, el 10 de febrero, que se saldó con la muerte de dos manifestantes. El muy criticado manejo de la situación posterior por parte de la misión de la ONU subrayó la falta de mecanismos independientes para el rendimiento de cuentas y la supervisión de la policía de la ONU, que exigió el empleo de soluciones improvisadas, y la posibilidad de dañar durante mucho tiempo la reputación de las instituciones internacionales ante la ausencia de un rendimiento de cuentas efectivo.

El documento informativo de Human Rights Watch contiene recomendaciones para medidas concretas destinadas a mejorar el rendimiento de cuentas y el escrutinio de la conducta en materia de derechos humanos en las operaciones internacionales en Kosovo, que incluyen:

  • Por ser una autoridad pública, la futura Oficina Civil Internacional debe estar sometida a la jurisdicción del futuro Tribunal Constitucional y la Institución del Defensor del Pueblo;

  • La Unión Europea debe someter a la Misión Policial y Judicial, por ser una autoridad pública, a la jurisdicción del futuro Tribunal Constitucional y la Institución del Defensor del Pueblo;

  • Los miembros de la OTAN y otros gobiernos que contribuyan a la futura Presencia Militar Internacional (PMI) deben adoptar acuerdos bilaterales con el gobierno de Kosovo, en los que acepten la jurisdicción del futuro Tribunal Constitucional sobre sus fuerzas desplegadas en Kosovo;

  • Los miembros de la OTAN y otros gobiernos de la PMI deben adoptar acuerdos bilaterales con el gobierno de Kosovo, en los que acepten la jurisdicción de la Institución del Defensor del Pueblo sobre sus fuerzas desplegadas en Kosovo; y,

  • La OTAN debe establecer mecanismos estandarizados junto con la PMI para responder a denuncias individuales, y una base de datos centralizada para dichas denuncias.

El documento informativo también insta al futuro gobierno de Kosovo a que apoye la reinstauración de la autoridad de la Institución del Defensor del Pueblo para investigar las denuncias contra las instituciones internacionales civiles y militares, y pida que la jurisdicción del Tribunal Constitucional incluya las denuncias relacionadas con las acciones de las instituciones internacionales.

“Cuando se trata de los derechos humanos en Kosovo, la UE y la OTAN deben liderar con el ejemplo”, señaló Cartner. “Un serio escrutinio independiente de sus operaciones en Kosovo aumentaría considerablemente las posibilidades de éxito y podría servir de modelo para futuras operaciones de paz en todo el mundo”, agregó.

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