(Jerusalén, 6 de octubre de 2025) – El “Plan integral para poner fin al conflicto en Gaza” anunciado el 29 de septiembre de 2025 por el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, no sustituye la acción urgente que los gobiernos deben emprender para proteger a la población civil y garantizar justicia tras dos años de graves abusos en Israel y Palestina, señaló hoy Human Rights Watch.
El plan de 20 puntos no aborda directamente las violaciones de derechos humanos ni plantea mecanismos de rendición de cuentas por los crímenes graves cometidos desde el 7 de octubre de 2023. De conformidad con el derecho internacional, los Estados tienen la obligación de tomar medidas inmediatas —como imponer embargos de armas, aplicar sanciones selectivas y apoyar a la Corte Penal Internacional (CPI)— para prevenir y detener los abusos cometidos por todas las partes, independientemente de si el plan de Trump se implementa o no.
“Los dos años transcurridos desde el 7 de octubre de 2023 han estado marcados por una cadena interminable de atrocidades contra la población civil, sin que se haya puesto fin a la violencia ni se haya hecho justicia”, afirmó Omar Shakir, director para Israel y Palestina de Human Rights Watch. “Los gobiernos no pueden esperar a que se adopte el plan de Trump, ni ningún otro, para actuar. Deben tomar medidas urgentes para proteger a quienes corren mayor riesgo”.
Desde 2023, los crímenes atroces cometidos en Israel y Palestina han tenido un impacto devastador en la población civil: miles de personas han sido asesinadas, mutiladas, desplazadas por la fuerza, sometidas a hambruna o mantenidas como rehenes o en detención arbitraria; barrios y comunidades enteras han sido arrasadas; y millones de vidas han quedado marcadas de forma irreversible, señaló Human Rights Watch.
Durante los ataques del 7 de octubre de 2023, Hamás y otros grupos armados palestinos asesinaron a centenares de civiles en festivales y viviendas en más de veinte comunidades del sur de Israel. Decenas de personas fueron secuestradas y muchas continúan cautivas, algunas de ellas padeciendo hambre en túneles subterráneos. En su informe de julio de 2024, Human Rights Watch concluyó que estos grupos cometieron crímenes de guerra y crímenes de lesa humanidad, incluidos asesinatos y detenciones ilegales.
Los gobiernos que ejercen influencia sobre Hamás y otros grupos armados palestinos deben presionar por la liberación inmediata de todas las personas civiles tomadas como rehenes, ya que estos actos constituyen crímenes de guerra en curso, señaló la organización.
En Gaza, las fuerzas israelíes han matado a decenas de miles de personas palestinas —en su mayoría civiles—, han aniquilado familias enteras y, en promedio, han causado la muerte diaria del equivalente a una clase escolar de niñas y niños. Las operaciones militares han dejado gran parte del territorio en ruinas, con barrios y pueblos arrasados y la mayoría de los hogares, escuelas, hospitales e infraestructura civil gravemente dañados o destruidos. Las autoridades israelíes han provocado una hambruna al utilizar el hambre como arma de guerra, y han desplazado reiteradamente a casi toda la población.
Las Naciones Unidas, organizaciones de derechos humanos y medios de comunicación han documentado de forma reiterada actos de las autoridades israelíes en Gaza que constituyen graves violaciones del derecho internacional. Human Rights Watch ha identificado numerosas violaciones al derecho internacional humanitario que equivalen a crímenes de guerra, crímenes de lesa humanidad —incluido exterminio—, actos de genocidio y el incumplimiento de órdenes vinculantes de la Corte Internacional de Justicia.
En Cisjordania, centenares de personas palestinas han sido asesinadas o mutiladas, miles han sido detenidas —muchas sin cargos ni juicio— y decenas de miles desplazadas, en su mayoría por fuerzas israelíes, pero también por colonos.
La magnitud de la destrucción en Gaza y el patrón de los ataques demuestran el desprecio del gobierno israelí por sus obligaciones fundamentales conforme al derecho internacional. El incumplimiento de estas normas tiene repercusiones que trascienden el contexto de Israel y Palestina. Cuando los Estados poderosos o sus aliados violan el derecho internacional humanitario sin enfrentar consecuencias, socavan la credibilidad del sistema en su conjunto y se reducen las garantías de protección para la población civil en otros conflictos armados, advirtió Human Rights Watch.
Todos los gobiernos deben actuar para prevenir nuevas atrocidades y defender la universalidad de los derechos humanos. Deben adoptar medidas urgentes para frenar los abusos en curso y respaldar investigaciones creíbles y mecanismos significativos de rendición de cuentas contra las personas responsables. Estas medidas incluyen:
- Presionar a las autoridades israelíes para que levanten de inmediato y sin condiciones las restricciones ilegales al ingreso de ayuda humanitaria en Gaza.
- Exigir a Hamás y otros grupos armados palestinos la liberación inmediata e incondicional de todas las personas civiles retenidas como rehenes.
- Suspender toda asistencia militar y transferencia de armas tanto a Israel como a Hamás y otros grupos armados palestinos.
- Imponer sanciones selectivas, incluyendo prohibiciones de viaje y congelación de bienes, contra autoridades israelíes y otras personas implicadas de manera creíble en violaciones graves en curso.
- Suspender acuerdos comerciales preferenciales con Israel y prohibir el comercio con asentamientos ilegales.
- Expresar públicamente su apoyo a la CPI y condenar enérgicamente cualquier intento de intimidar a su personal, interferir en su labor o tomar represalias contra quienes colaboren con el tribunal; y comprometerse a respaldar la ejecución de sus órdenes de detención.
“La represión cada vez mayor sobre el terreno, tras décadas de ‘procesos de paz’, debería haber dejado claro que no se puede confiar únicamente en planes diplomáticos para abordar violaciones tan graves”, sostuvo Shakir. “Los gobiernos deben actuar de inmediato para proteger a más de dos millones de personas en Gaza y a los rehenes israelíes”.