Todavía no se ha publicado oficialmente un nuevo informe de la ONU sobre Darfur, pero ya está haciendo sonar señales de alarma. Y con razón.
Los lectores habituales del Daily Brief estarán familiarizados con el deterioro de la situación en esta región occidental de Sudán. El año pasado, en numerosas ocasiones, pusimos de relieve la espiral descendente de Darfur, detallamos las matanzas étnicas y otras atrocidades, y pedimos una mayor acción internacional.
Ahora, un informe del Grupo de Expertos de Sudán del Consejo de Seguridad de la ONU se suma al conocimiento mundial de los horrores que tienen lugar allí. Aún no publicado, pero ampliamente difundido por los medios de comunicación, su lectura resulta inquietante.
El informe describe oleadas de ataques devastadores por parte de las Fuerzas de Apoyo Rápido (RSF) y sus milicias aliadas en la capital de Darfur Occidental, El Geneina. Según el informe de la ONU, las RSF mataron a entre 10.000 y 15.000 personas en la ciudad y sus alrededores el año pasado.
El informe confirma que la RSF y sus aliados han estado atacando a civiles de etnia massalit en ataques que "pueden constituir crímenes de guerra y crímenes contra la humanidad." HRW ha documentado asimismo cómo la RSF y las milicias aliadas perpetraron asesinatos selectivos por motivos étnicos, actos de violencia sexual y torturas contra civiles de etnia massalit.
Las nuevas atrocidades han obligado a más de medio millón de personas a huir a través de la frontera con Chad, parte de los 10,7 millones de personas que han sido desarraigadas de sus hogares en todo Sudán, la mayoría desde que estalló el conflicto en abril. El nivel de desplazamiento interno de Sudán -nueve millones de personas- es el más alto del mundo.
El informe del grupo de la ONU nombra a personas clave de la RSF y las milicias que supervisaron las atrocidades cometidas en Darfur.
También presenta acusaciones creíbles contra los Emiratos Árabes Unidos por el envío de armas y municiones a la RSF en Darfur, en violación del embargo de armas de la ONU.
El Consejo de Seguridad de la ONU debe actuar en consecuencia.
Hasta ahora, ha condenado los abusos en Darfur, pero el Consejo de Seguridad aún no ha tomado medidas para frenar a los responsables de las atrocidades ni ha condenado explícitamente las violaciones de su propio embargo de armas.
El Consejo de Seguridad debe actuar en ambos frentes. Debe añadir los nombres de los autores de delitos graves a su lista general de sanciones y hacer un seguimiento de todas las denuncias de transferencias ilícitas de armas. Otros gobiernos deben hacer lo mismo, utilizando las pruebas del nuevo informe de la ONU para tomar medidas en virtud de sus propios regímenes de sanciones.
Esta actualización de hoy es sombría, lo sé. Las atrocidades continúan en Darfur, y el mundo no está haciendo lo suficiente para detenerlas. Y es probable que lo primero no cambie hasta que lo segundo lo haga.