Deberíamos hablar de " debería ", ¿no es así?
Usamos esta palabra todo el tiempo en el trabajo de derechos humanos. Puede parecer nuestro término favorito, y lo encontrarás en casi todas las páginas de nuestro sitio web.
Rusia debería dejar de obligar a los ucranianos de las regiones ocupadas a incorporarse a su ejército.
Los peligros del acuerdo de detención de refugiados entre Italia y Albania "deberían impulsar la acción de la UE".
Los fabricantes de automóviles de todo el mundo "deberían trazar un mapa de sus cadenas de suministro" y prescindir de los proveedores que adquieran piezas en Xinjiang, China, para evitar el trabajo forzado.
Sé que algunos dirán que a veces es demasiado. Esto debería ocurrir, aquello debería ocurrir, las autoridades deberían hacer estas cosas... Para algunos, puede parecer una ilusión, especialmente cuando estamos hablando de un gobierno que comete atrocidades a diestro y siniestro. ¿Acaso los regímenes abusivos se plantean alguna vez lo que "deberían" hacer?
Pero a lo largo de los años, me ha llegado a gustar la palabra "deberían": no la utilizamos en el sentido de que es una utopía. No es un " sería estupendo si" que escapa a la realidad, sino algo totalmente distinto.
Cada vez que decimos "debería", viene después de una larga descripción de hechos y abusos que hemos documentado y analizado. Lejos de eludir la realidad, la describimos con todo lujo de detalles. Luego, nos fijamos en las leyes internacionales y nacionales para ver dónde se quedan cortas las autoridades.
La palabra "debería" se refiere a las expectativas. Esperamos que las autoridades sigan las normas, que obedezcan la ley. Señalamos cuando no lo hacen y decimos lo que deberían hacer en su lugar.
A veces se piensa que los que trabajan en derechos humanos son idealistas de mirada perdida, pero se lo dice alguien de dentro: nada más lejos de la realidad. Sabemos cómo es el mundo en realidad, quizá mejor que mucha gente. Sabemos que la inhumanidad se impone con demasiada frecuencia a la dignidad humana. Lo documentamos y lo describimos cada día. No hay engaño que valga.
Pero exigimos algo mejor.
Porque, ¿qué otra cosa se puede hacer? ¿Aceptar que todo es horrible por los siglos de los siglos?
Y sí, todos sabemos que es como la carrera de la Reina Roja en "A través del espejo" de Lewis Carroll. Como Alicia, seguimos corriendo y corriendo sólo para mantenernos en nuestro sitio. Pero si todos dejáramos de correr, si todos dejáramos de luchar por los derechos humanos universales, si todos dejáramos de esperar que se reconocieran, todos retrocederíamos rápidamente.
Así que vamos a seguir recordando a la gente cómo deberían ser las cosas, cómo se deberían respetar los derechos de las personas y cómo deberíamos trabajar todos para conseguir ese objetivo.