Senegal se dirige a las urnas el mes que viene, y las señales no son buenas.
El Presidente Macky Sall ha prometido que las elecciones del 25 de febrero serán libres y justas, pero es difícil ver cómo se podrá conseguir en el clima actual. Como destacamos en este boletín en agosto, la caída del país ha sido muy preocupante. La represión comenzó en 2021 a raíz de los casos judiciales relacionados con el destacado líder de la oposición Ousmane Sonko y la preocupación por la posibilidad de que Macky Sall se presentara a un tercer mandato como presidente que pondría en entredicho la Constitución. Continuó con la disolución forzosa del partido de la oposición de Sonko el año pasado.
Human Rights Watch ha documentado cómo las fuerzas de seguridad han hecho un uso excesivo de la fuerza, incluyendo el uso de munición real, para dispersar a miles de manifestantes en todo el país en 2021 y 2023.
Al menos 37 personas han muerto en enfrentamientos violentos desde marzo de 2021, y no ha habido rendición de cuentas.
Los perpetradores se están saliendo literalmente con la suya.
Aunque el presidente Macky Sall no se presenta de nuevo, las autoridades han continuado con la represión, y la crisis sólo parece acelerarse a medida que se acercan las elecciones.En los últimos meses se ha producido una oleada de detenciones de figuras de la oposición política y disidentes. Según grupos de la sociedad civil y partidos de la oposición, hasta 1.000 miembros y activistas de la oposición han sido detenidos en todo el país desde marzo de 2021.
Las restricciones sobre quién puede presentarse a las elecciones presidenciales han aumentado la preocupación y la indignación públicas. Setenta y nueve personas presentaron solicitudes al Consejo Constitucional para ser candidatos presidenciales, pero sólo 20 sobrevivieron al proceso de investigación del Consejo.
El sucesor de Macky Sall, el actual primer ministro de Senegal, Amadou Ba, pasó el corte. Ousmane Sonko, el líder opositor encarcelado del partido de la oposición disuelto por la fuerza, no lo consiguió.
"Nuestros dirigentes están en la cárcel, nuestros seguidores están en la cárcel, muchos de nosotros estamos en libertad provisional o vigilados electrónicamente, como yo", declaró un portavoz del partido de Sonko.Es difícil ver cómo pueden celebrarse unas elecciones libres y justas sin que las autoridades den marcha atrás rápidamente.
Deben investigar los actos de violencia cometidos por las fuerzas de seguridad, poner en libertad a las personas detenidas injustamente y garantizar los derechos a la libertad de expresión, asociación y reunión pacífica, que son esenciales para unas elecciones verdaderamente libres y justas.
Por supuesto, esperamos que las autoridades senegalesas den marcha atrás, pero queda poco tiempo antes de las elecciones.