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Protesta de la organización LGTB italiana Familias Arcoíris ante el Tribunal de Padua, Padua, Italia, 23 de junio de 2023. © 2023 Simone Piccirilli/LiveMedia/Shutterstock

Leer la versión en inglés del Daily Brief de Andrew Stroehlein.

Cuando un nuevo gobierno llega al poder, uno espera que haga cambios, pero no que borre la historia, sobre todo la historia de tu familia.

Y eso exactamente es lo que está ocurriendo hoy en día en Italia: El gobierno está eliminando a los padres de los registros de nacimiento de sus hijos.

Un fiscal del estado del norte de Italia ha ordenado la anulación y reexpedición de algunos certificados de nacimiento por la única razón de que no están en línea con la ideología del nuevo gobierno.

Las autoridades enviaron cartas a 33 personas, notificándoles que se les ha eliminado retroactivamente del registro más fundamental del nacimiento de su hijo. Literalmente, borran y reescriben el historial familiar.

Sólo el "gestante" figurará en el nuevo documento, es decir, si no llevaste al feto dentro de ti antes del nacimiento, no cuentas.

Sin embargo, esta radical reescritura de la historia no afecta por igual a todos los padres "no gestantes". Decenas de millones de hombres que nunca gestaron un hijo ni dieron a luz quedan a salvo.

La ideología intolerante del gobierno se centra en este caso en una pequeña minoría de progenitores: las lesbianas. En los certificados de nacimiento revisados sólo figura el nombre de uno de los progenitores del bebé, el gestante, no el de ambos.

Junto con lo Kafkiano, el trauma psicológico que supone que las autoridades decidan excluirte de la vida de tu hijo y la reexpedición de estos documentos tiene consecuencias sombrías y prácticas, que ponen en peligro el acceso a la atención médica y a la educación.

Además, el gobierno está incumpliendo las obligaciones internacionales de Italia. El derecho a crear una familia está consagrado en la Declaración Universal de Derechos Humanos, el Pacto Internacional de Derechos Civiles y Políticos, la Convención sobre los Derechos de las Personas con Discapacidad y el Convenio Europeo de Derechos Humanos. Italia los ha ratificado todos, pero ahora el gobierno los ignora.

La última medida del fiscal general del norte de Italia afectará "sólo" a 33 parejas, pero es claramente parte del rumbo general del gobierno. La medida se produce después de que el gobierno ordenara en enero a los organismos estatales que dejaran de registrar a los niños nacidos de parejas del mismo sexo.

Se trata de una minoría relativamente pequeña de personas, pero los movimientos políticos motivados por el odio siempre se centran en castigar a las pequeñas minorías como objetivos de odio. El programa político de este gobierno (y de otros en Europa) consiste en fomentar la ira contra las minorías -refugiados, migrantes, musulmanes, personas LGBT- y tratar de transformar esa ira artificialmente intensificada en éxito electoral.

Y no se puede provocar la ira de la población y luego no aplicar las políticas correspondientes. Inevitablemente, la política del odio exige que se sacrifique a los demás y se aplasten sus derechos.

Por supuesto, castigar a las minorías nunca resuelve ninguno de los problemas reales que tienen los votantes en su vida cotidiana. Así que, para distraer a los votantes de esa eterna verdad, los políticos golpean con más fuerza a estos grupos blancos del odio y encuentran otros nuevos contra los que arremeter. Los ataques a los derechos humanos aumentan.

Si sus partidarios se detuvieran un segundo a pensar en ello, tal vez se preguntarían por qué sus conciudadanos están siendo borrados de la historia. Y luego se preguntarían -simplemente por su propio interés y el de sus familias- ¿quién será el siguiente blanco?

Pero el tamborileo constante del odio político rara vez se detiene para permitir esa reflexión.

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