(París, 21 de marzo de 2023) – Un periodista de investigación francés que reveló acusaciones de abuso sexual contra Yves Jean-Bart, expresidente de la Federación Haitiana de Fútbol, enfrenta ahora un juicio por difamación iniciado por Jean-Bart.
El periodista Romain Molina documentó abusos cometidos contra jugadoras menores de edad en la Federación Haitiana de Fútbol dirigida por Jean-Bart y apoyó a personas sobrevivientes en Haití y en todo el mundo. Los artículos del periodista se publicaron en el periódico The Guardian y en videos de YouTube. Se ha programado una audiencia sobre el caso para el 27 de marzo de 2023 en París.
“El objetivo de Romain Molina era alzar la voz por las personas indefensas frente a los poderosos”, comentó Minky Worden, directora de Iniciativas Globales de Human Rights Watch. “Es muy preocupante que los líderes de la Federación Haitiana de Fútbol utilicen los tribunales franceses para intentar sofocar la libertad de prensa y silenciar a sobrevivientes y periodistas”.
En mayo de 2020, Jean-Bart, que aún era presidente de la mencionada federación, presentó una demanda ante un tribunal de París, en la que acusaba a Molina de difamación.
En noviembre de 2020, la Federación Internacional de Fútbol Asociación (FIFA), el órgano rector del fútbol internacional, inhabilitó de por vida a Jean-Bart luego de realizar su propia investigación sobre abusos sexuales, y expresó que la explotación sexual durante su mandato en la federación fue “inexcusable, una vergüenza”.
En febrero de 2023, el Tribunal Arbitral del Deporte anuló incorrectamente la inhabilitación de por vida establecida por la FIFA así como otras sanciones que se habían aplicado a Jean-Bart. El 20 de marzo, la FIFA anunció que apelará la decisión debido a que existen “fallas muy graves de procedimiento y contenido.”
Human Rights Watch entrevistó de manera independiente a más de una decena de sobrevivientes varones y mujeres así como a testigos dentro de la federación, y recibió testimonios de víctimas a las que el presidente de la institución había agredido sexualmente y de jugadoras jóvenes a quienes había obligado a mantener relaciones sexuales con él.
Molina del medio The Guardian, el sindicato de jugadores de fútbol (la Federación Internacional de Futbolistas Profesionales, FIFPro) y Human Rights Watch presentaron a la FIFA gran cantidad de pruebas de violaciones sistemáticas de derechos humanos en el fútbol haitiano, como por ejemplo, la confiscación de pasaportes de jugadores —un indicador de la existencia de trata de personas—, abusos de derechos laborales, la preparación de atletas infantiles con fines de explotación sexual y amenazas de muerte contra testigos y sobrevivientes.
Luego del informe publicado en The Guardian, Jean-Bart criticó a Molina y a otros periodistas e investigadores de derechos humanos por revelar sus delitos. Los periodistas y testigos no solo se han enfrentado a amenazas de acciones legales. Human Rights Watch documentó que en agosto de 2020, hombres armados fueron a buscar a un testigo de abusos al lugar donde este trabajaba, y que luego su vivienda fue baleada y saqueada. Desde entonces ese organismo ha documentado múltiples amenazas contra testigos, víctimas de abuso y familiares.
Varios jugadores han contado a Human Rights Watch sobre abusos cometidos durante la dirigencia de Jean-Bart, como por ejemplo, que fomentaba un clima de explotación sexual para los jugadores jóvenes. Al menos otros tres vicepresidentes de la federación haitiana han sido suspendidos o inhabilitados de por vida por abusos sexuales. Una exjugadora nacional le contó a Human Rights Watch: “Mi oportunidad de jugar en el exterior dependía de que durmiera con el presidente”.
“Muchas víctimas de abuso sexual en Haití fueron exatletas infantiles y miembros del equipo juvenil nacional que vivirán con el trauma por el resto de sus vidas”, afirmó Worden. “La FIFA tiene la responsabilidad y la obligación de proteger a atletas y niños y niñas en todas sus operaciones, conforme a lo que se establece en su Política de Derechos Humanos y en el programa FIFA Guardians, que impone a los dirigentes de fútbol la responsabilidad de proteger a niños y niñas”.
Human Rights Watch ha informado sobre violaciones de derechos humanos en Haití, incluida violencia de género sistémica, durante más de tres décadas. En 2011, Human Rights Watch publicó el informe “Nobody Remembers Us”: Failure to Protect Women’s and Girls’ Right to Health and Security in Post-Earthquake Haiti (Nadie nos recuerda: Desprotección de mujeres y niñas en su derecho a la salud y la seguridad tras el terremoto de Haití), en el que se documentaron instancias de violencia sexual y las dificultades para acceder a atención luego de una violación. Human Rights Watch promueve desde hace tiempo que se proteja a las víctimas de violencia sexual y de género y ha trabajado directamente con organizaciones de derechos humanos y de derechos de las mujeres haitianas para que cesen los abusos y que se haga justicia para las personas sobrevivientes.
Human Rights Watch trabajó con la Red Nacional para la Defensa de Derechos Humanos (Réseau National de Défense des Droits Humains, RNDDH), un socio de larga data en Haití, que publicó su propio informe sobre presuntos abusos sexuales en la federación de fútbol de ese país. En el informe de la RNDDH sobre abusos sexuales en dicha federación se concluyó que, entre otros abusos, Yves Jean-Bart tuvo un hijo con una atleta.
Human Rights Watch también ha entrevistado a una víctima del ex ministro de Deportes de Haití, Evans Lescouflair, que fue arrestado por Interpol en julio de 2022 mientras intentaba eludir a la justicia de su país, y que había sido acusado de violar reiteradamente a una alumna de 11 años. Lescouflair también era un importante dirigente del fútbol haitiano y fue presidente de un club de fútbol juvenil.
“Desde hace tiempo, la impunidad por abusos sexuales se ha convertido en una norma inaceptable en la federación de fútbol de Haití”, afirmó Worden. “Ahora Jean-Bart intenta doblegar al sistema legal francés en un peligroso intento por sofocar la libertad de prensa y silenciar a sobrevivientes y periodistas”.