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Inmigrantes en buscan asilo esperan con toda la documentación de sus casos, el 5 de octubre de 2019, durante un viaje semanal de voluntarios, abogados, asistentes legales e intérpretes al campamento de inmigrantes en las afueras de El Puente Nuevo en Matamoros, México. © 2019 Denise Cathey / The Brownsville Herald vía AP © 2019 Denise Cathey/The Brownsville Herald via AP

Por Warren Binford y Michael Garcia Bochenek.

La protección de los Protocolos de Protección de Migrantes del gobierno de Trump es insuficiente. En los últimos meses hemos entrevistado a niños y  familias de este programa y lo que encontramos es alarmante.

La política, más conocido como “Permanecer en México” (Remain in Mexico), fue implementada el año pasado y obliga a muchas personas que buscan asilo, niños incluidos, a esperar en México mientras sus casos son procesados en los tribunales de inmigración de Estados Unidos.

Muchos de los entrevistados dijeron que ellos o sus familiares sufrieron violaciones, abusos sexuales, secuestros, robos y otros actos de violencia reales o amenazados después de que los funcionarios de inmigración de EE.UU. los enviaran a México.

El gobierno de Trump afirma que diseñó esta política para proteger a los niños y las familias de la trata de personas. Este argumento es falso. México es uno de los principales países de origen de víctimas de tráfico de personas identificadas en EE.UU. y tiene un reconocido problema con la trata de menores en particular. Es especialmente inquietante que enviar a niños a México los ponga en riesgo de violación, asalto y otros abusos: riesgos similares a los peligros de los vendrían huyendo en primer lugar. El verdadero objetivo de la política parece ser restringir el derecho a solicitar asilo en EE.UU.

Muchas de estas familias tendrían lugares seguros para vivir en EE.UU. con familiares o amigos, mientras esperan su cita para las audiencias de asilo. En cambio, el gobierno estadounidense los está enviando sistemáticamente a un lugar que sabe que no es seguro para ellos.

De hecho, los riesgos para los niños y sus familias son tan grandes que algunos padres nos dijeron que estaban pensando en enviar a sus hijos solos a EE.UU. Decían esto visiblemente angustiados ante la idea de no volver a ver a sus hijos, pero habían llegado al punto de pensar que este drástico paso era la mejor manera de proteger a sus hijos.

Desde que el gobierno de Trump lanzó el programa “Permanecer en México”, al menos 350 niños han cruzado la frontera en solitario después de que sus familias fueran enviadas a ciudades fronterizas mexicanas, según un informe de CNN. “Como madre, supe que era la mejor decisión para ellos”, dijo una mujer hondureña de 29 años al Washington Post en noviembre.

Al mismo tiempo que el gobierno de EE.UU. está enviando a niños de todas las edades, incluidos niños pequeños y bebés, a condiciones en las que son vulnerables a sufrir agresiones sexuales y de otro tipo, el gobierno de Trump está argumentando en un tribunal federal que debería ser relevado de sus obligaciones legales para cumplir con los estándares mínimos de atención para niños en el sistema de detención de inmigrantes en EE.UU.

El gobierno argumentó en una presentación judicial el mes pasado que no debería estar sujeto a licencias estatales ni a supervisión externa porque su sistema de atención es adecuado. “Confíe en nosotros”, parece decir el gobierno de EE.UU., cuando una y otra vez, ha violado tanto esa confianza como los derechos de los menores a su cargo.

Sabemos que la mayoría de los niños están mejor cuando son atendidos por miembros de la familia, y también sabemos que la detención tiene repercusiones terribles en los niños. Teniendo esto presente, los menores inmigrantes que se encuentran actualmente bajo custodia federal y que tienen familia en EE.UU. deberían ser colocados con sus familias de manera expedita. En caso de no tener familia en EE.UU., deberían ser ubicados con personas confiables y elegidas por sus padres en lugar del gobierno, para cuidar de sus hijos.

Hasta entonces, los gobiernos estatales deben continuar ejerciendo su autoridad de licencias para garantizar que los niños que están bajo cuidado federal por cualquier período de tiempo sean ubicados de acuerdo con el interés superior del menor en hogares de acogida apropiados o pequeñas instalaciones sin fines de lucro que sean seguras y apropiadas para el desarrollo individual de cada niño.

Todos los niños, independientemente de su ubicación, deberían tener acceso regular a un asesor legal competente y capacitado para salvaguardar sus derechos. Los menores no deberían ser enviados a México, solos ni con sus familias, mientras sus solicitudes legales de asilo siguen siendo procesadas en tribunales de EE.UU. En cambio, estos niños deberían recibir la protección que necesitan.

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