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Guinea Ecuatorial: Debe cesar la tortura de personas en prisión

El presidente Obama debería exigir al presidente Obiang que ponga fin a los abusos

(Washington, DC) – El presidente Barack Obama y otros líderes que la semana próxima mantendrán un encuentro programado con el presidente Teodoro Obiang Nguema Mbasogo de Guinea Ecuatorial deberían denunciar la tortura, la corrupción y otras graves violaciones de derechos humanos que ocurren en el país, señalaron hoy EG Justice y Human Rights Watch. Obiang participará en la Cumbre de Líderes de Estados Unidos y África organizada por Obama, que tendrá lugar en Washington, DC, del 4 al 6 de agosto de 2014.

Human Rights Watch publicó un informe donde se exponen tres ejemplos actuales o recientes de graves violaciones de derechos humanos en Guinea Ecuatorial.
 
“El presidente Obiang intenta deshacerse de su imagen de jefe de un gobierno corrupto y abusivo”, observó Lisa Misol, investigadora sénior del programa de empresas y derechos humanos de Human Rights Watch. “En vez de generar oportunidades de propaganda para Obiang, el presidente Obama debería exigir que cesen las torturas, la corrupción y otros abusos que abundan en Guinea Ecuatorial”.

Obiang, involucrado en fuertes controversias desde hace tiempo, será el invitado de honor durante una cena en la cual participarán solo asistentes expresamente invitados el 7 de agosto, organizada por el Consejo Corporativo sobre África (Corporate Council on Africa), que también será uno de los copatrocinadores de un “Foro Económico de Guinea Ecuatorial” el 8 de agosto.

Obiang gobierna el país desde el 3 de agosto de 1979, y ha permanecido en el poder más que cualquier otro jefe de Estado africano o líder no monárquico del mundo. Debido a la implacable represión de opositores políticos, organizaciones independientes y medios de comunicación que lleva a cabo su gobierno, a la cual se suman altos índices de corrupción, su reputación internacional se ha visto fuertemente erosionada.

Guinea Ecuatorial es uno de los principales países productores de petróleo del África Subsahariana y presenta una población poco numerosa, datos que convierten a esta nación en la de mayor riqueza per cápita del continente. La corrupción y la distorsión de las prioridades gubernamentales son algunas de las causas que explican por qué una elite de personas cercanas al Presidente han podido enriquecerse con los recursos naturales del país, mientras que las condiciones socioeconómicas de la mayoría de la población son peores que las de cantidad de países africanos con muchos menos recursos.

El Departamento de Estado de EE. UU., en su informe de derechos humanos más reciente, identifica entre las violaciones de derechos humanos más graves registradas en el país “el desprecio por el estado de derecho y el debido proceso, incluido el uso policial de la tortura y la fuerza excesiva; la negación de la libertad de expresión, prensa, reunión y asociación; y la corrupción oficial extendida”.

Un caso que fue citado por Human Rights Watch es el del empresario italiano Roberto Berardi, quien ha sido encarcelado injustamente durante más de 18 meses, en una maniobra destinada presuntamente a proteger al hijo mayor de Obiang, Teodoro (“Teodorín”) Nguema Obiang Mangue, quien ocupa el cargo de Vicepresidente Segundo para la defensa y seguridad, ante la divulgación de hechos de corrupción en los cuales supuestamente estaría implicado. Berardi ha sido torturado y se le ha negado asistencia médica, afirmó la organización.

Fue detenido en enero de 2013 y posteriormente juzgado y condenado a más de dos años de prisión, en un proceso que, según señaló su abogado, ha estado orientado a impedir que brinde su testimonio al Departamento de Justicia de Estados Unidos y a otros investigadores internacionales con respecto a presuntos hechos de corrupción con los cuales estaría vinculado Teodorín. Junto con Berardi, Teodorín es propietario de una empresa constructora en Guinea Ecuatorial.

Agustín Esono Nsogo, un maestro que estuvo encarcelado sin ningún tipo de acusación formal durante más de un año, hasta febrero de 2014, fue torturado en tres oportunidades, durante las cuales fue colgado de manos y pies y golpeado violentamente hasta el punto de perder la audición en un oído, conforme contó su abogado a Human Rights Watch.

Cipriano Nguema Mba, un ex militar que recibió estatus de refugiado en Bélgica en 2013, fue secuestrado durante una visita a Nigeria a fines de 2013 y enviado ilegalmente de regreso a Guinea Ecuatorial, donde permaneció detenido clandestinamente por autoridades gubernamentales y sufrió torturas. Aún continúa detenido y supuestamente habría sido transferido a un régimen de aislamiento el 26 de julio de 2014. Esta es la segunda vez que Nguema resulta secuestrado mientras se encuentra exiliado en el extranjero. Su abogado dijo a Human Rights Watch que no se le ha permitido visitarlo.

El gobierno de Obiang ha negado reiteradamente que se practique la tortura en el país. En 2013, cuando Guinea Ecuatorial fue objeto de examen por el Comité de Derechos Económicos, Sociales y Culturales de la ONU, la delegación del país destacó “la inexistencia de torturas en las cárceles del país y las convenidas atenciones que reciben los presos”. El presidente Obiang también ha declarado que “no hay tortura” en Guinea Ecuatorial.

En una presentación realizada en febrero de 2014 ante el Consejo de Derechos Humanos de las Naciones Unidas, su gobierno indicó que ha adoptado una política estricta de “no tolerar en el ámbito nacional la práctica de torturas y detenciones arbitrarias so pena de drásticas medidas coercitivas”.

Obiang mantiene una injerencia exorbitante sobre el poder judicial, que carece de independencia. Diversos abogados afirman que es común que los jueces indiquen que deben consultar a la presidencia con respecto a decisiones en casos delicados. El Presidente ha sido designado “Primer Magistrado” del país. Entre otras facultades, preside el organismo que controla a los jueces y nombra a sus restantes miembros.

Los procesos judiciales se utilizan para intimidar o castigar a personas que se perciben como desleales a quienes ocupan el poder. Por ejemplo, Florentino Manguire, otro ex socio comercial de Teodorín, pasó más de dos años en prisión por denuncias de robo que fueron planteadas sin la debida fundamentación por Teodorín, quien entonces era Ministro de Bosques. Manguire recibió el indulto presidencial en junio de 2012. En agosto de 2012, fue detenido nuevamente de manera arbitraria y permaneció bajo custodia de las autoridades durante 10 días, para luego ser liberado sin que se formularan cargos tras recibir una severa advertencia de que no debía revelar información sobre Teodorín.

Obama invitó a todos los líderes africanos “que estén en buenos términos con Estados Unidos y la Unión Africana” a que asistan a la Cumbre de Líderes de Estados Unidos y África.

Para el gobierno de Obiang, la designación de que su gobierno se encuentra “en buenos términos” y la oportunidad de participar junto a Obama y otros jefes de Estado en la cumbre, representa un logro diplomático y de relaciones públicas sustancial.

Obiang ha contratado a empresas de relaciones públicas, efectuado ingentes donaciones a organizaciones internacionales y viajado extensamente para visitar a líderes de otros países, además de construir fastuosos centros de conferencias destinados a auspiciar eventos internacionales que atraigan a figuras prominentes a Guinea Ecuatorial, todo con el propósito de mejorar su imagen.

“Resulta escandaloso que el presidente Obiang sea recibido con alfombra roja en Washington mientras que, en Guinea Ecuatorial, quienes son percibidos como opositores sean enviados a prisión para ser azotados”, observó el abogado Tutu Alicante, originario de Guinea Ecuatorial, quien desde el exilio fundó la organización EG Justice. “Esperamos que el presidente Obama exhorte sin rodeos al presidente Obiang a poner fin al encarcelamiento injustificado, la tortura y la corrupción asociada con la riqueza petrolera”.

Tortura en Guinea Ecuatorial
Es común que en Guinea Ecuatorial no se respeten las garantías de debido proceso y que los detenidos sufran maltratos. Numerosas personas permanecen detenidas por un tiempo indefinido, algunas de manera clandestina, sin que se conozcan cuáles son las acusaciones que pesan en su contra. Diversos abogados y otras personas que han visitado cárceles y centros de detención indican que continúan ocurriendo graves abusos, incluidas golpizas de detenidos que constituyen tortura.

El maestro torturado
Agustín Esono Nsogo, un maestro que fundó y dirige una escuela privada en Bata, fue liberado en febrero de 2014 en respuesta a las presiones internacionales, tras permanecer más de un año en prisión. Había sido detenido sin la correspondiente orden judicial en su vivienda el 17 de octubre de 2012, y fue posteriormente transferido a la prisión de Black Beach en Malabo, sin ningún tipo de acusación formal o juicio.

Su abogado, Fabián Nsue Nguema, dijo a Human Rights Watch que Esono permaneció incomunicado durante al menos una semana, y que fue torturado para conseguir que confesara haber participado en una supuesta conspiración para desestabilizar al país. Nsue indicó que los guardias ataron a Esono de pies y manos y lo colgaron “como un animal”, para luego golpearlo con bastones. La mayoría de los golpes se asestaron en sus muñecas y pies, señaló el abogado, pero su cliente también recibió golpes en la cabeza que le provocaron la pérdida de audición en un oído. También se le negó atención médica. Nsue indicó que las golpizas ocurrieron en tres ocasiones y que, en el momento de su liberación, presentaba marcas visibles de tortura en las muñecas.

Según informó Amnistía Internacional, Esono es sobrino de uno de los fundadores del partido político de oposición Unión Popular. Su tío falleció en 1993 debido a torturas sufridas mientras se encontraba bajo detención policial.

También Nsue, su abogado, fue víctima de desaparición forzada luego de que intentó visitar a Esono en prisión. Nsue fue arrestado ilegalmente y permaneció clandestinamente detenido e incomunicado durante ocho días, luego de los cuales, y ante a la presión internacional, fue finalmente liberado sin que se formularan cargos.

El coronel secuestrado
El ex coronel del Ejército Cipriano Nguema Mba permanece privado de su libertad en Malabo desde el 3 de diciembre de 2013, fecha en que habría sido presuntamente secuestrado en Nigeria y repatriado ilegalmente a Guinea Ecuatorial. Durante los meses siguientes, el gobierno de Guinea Ecuatorial se negó a revelar su paradero, y esto derivó en especulaciones sobre la posibilidad de que estuviera muerto.

Esta es la segunda oportunidad en que Nguema sufre desaparición forzada: en 2008, fue detenido ilegalmente en Camerún, donde se le había reconocido la condición de refugiado, y recluido en condiciones de incomunicación en Guinea Ecuatorial. Nguema había sido condenado en ausencia en 2005, durante un juicio militar secreto que no cumplió con estándares internacionales sobre juicio justo y que involucró a cerca de 70 personas, las cuales expresaron denuncias creíbles de que habían sido torturadas. Fue condenado a 30 años de prisión por haber presuntamente planificado un golpe de Estado y por malversación de fondos gubernamentales.

Escapó de prisión en octubre de 2010, y finalmente se estableció con su familia en Bélgica, donde había recibido asilo político.

En cada uno de los casos, las autoridades han reconocido tardíamente que Nguema se encontraba bajo su custodia y aseveraron que fue descubierto en el país y encarcelado para cumplir una condena anterior.

Al menos otras tres personas que fueron detenidas con él en diciembre de 2013, y una cuarta persona arrestada separadamente, también continúan detenidas, sin que medie acusación ni se haya celebrado un juicio. Entre ellas se encuentran el ciudadano español, Ticiano Obama Ncogo, y Timoteo Asumu, Mercedes Obono Nkoni y otra mujer cuya identidad se desconoce, según ha trascendido en informes de los medios. El 3 de junio de 2014, fueron liberados otros cinco hombres que habían sido detenidos en diciembre de 2013: Florencio Ela Bibang, Antimo Edu Nchama, Felipe Obama Ondo Nchama, Feliciano Ela Monsuy y Acacio Mañe Nguema.

Los abogados de algunos de estos detenidos dijeron a Human Rights Watch que sus clientes le habían contado que el ex coronel ha sido torturado desde que está a disposición de las autoridades.

El “preso personal” del hijo del Presidente
Human Rights Watch realizó una investigación independiente del caso de Roberto Berardi. Información aportada por fuentes confidenciales y obtenida a través de entrevistas con sus familiares y su abogado indican que Berardi ha sido encarcelado injustamente y que ha sufrido tortura y otros graves maltratos durante la detención, en violación de las obligaciones internacionales en materia de derechos humanos asumidas por Guinea Ecuatorial.

Ha padecido violentas golpizas y azotes por parte de guardias, ha permanecido en régimen de aislamiento en condiciones inhumanas y se le ha negado reiteradamente tratamiento médico y acceso a su abogado o a representantes diplomáticos, señaló Human Rights Watch.

Las únicas oportunidades en que se permitió a Berardi salir de su celda de aislamiento desde diciembre de 2013 fueron dos breves internaciones hospitalarias a comienzos de julio, que se autorizaron debido a presiones internacionales, cuando se creyó que corría riesgo inminente de muerte.

Su abogado, Ponciano Mbomio Nvó, dijo que Berardi fue detenido poco después de que consultara a su socio, el hijo mayor del presidente Obiang, Teodoro (“Teodorín”) Nguema Obiang Mangue, sobre una demanda civil planteada por el Departamento de Justicia de EE. UU., en la cual se aducía, entre otras cosas, que había utilizado la sociedad, Eloba Construcción, para blanquear fondos presuntamente generados mediante corrupción.

La denuncia del gobierno de Estados Unidos sostiene que Teodorín utilizó una cuenta de Eloba para desviar casi US$ 1 millón a ese país. Una transferencia bancaria, por US$ 872.112, se destinó al pago de objetos que habían pertenecido a Michael Jackson y que fueron adquiridos por Teodorín en una subasta, incluido un “guante blanco cubierto de cristales utilizado por el artista en la ‘Gira Bad’”.

Las transacciones de Eloba figuran en la lista confeccionada por el Departamento de Justicia de adquisiciones ostentosas efectuadas por Teodorín por valor superior a US$ 300 millones entre 2000 y 2011, presuntamente solventadas con fondos obtenidos en forma ilícita, y que incluyen una flota entera de automóviles de lujo, obras de grandes maestros de la pintura y mansiones en cuatro continentes.

Según ha trascendido, Teodorín estaría próximo a concluir un acuerdo extrajudicial con el Departamento de Justicia. Y también ha sido foco de una importante investigación sobre corrupción en Francia.

A través de sus abogados, Teodorín ha rechazado reiteradamente los señalamientos de corrupción y lavado de dinero. También Obiang y su gobierno defienden enérgicamente a Teodorín frente a estas acusaciones. Sostienen asimismo que Teodorín goza de inmunidad, debido a los altos cargos otorgados por su padre.

El abogado de Berardi indicó que este desconocía la reputación de Teodorín cuando acordó formar una sociedad con él. Según dijo, se conocieron en una ocasión en que Teodorín contemplaba un edificio que Berardi había construido en Camerún. Para su nuevo emprendimiento, del cual Teodorín poseía el 60 por ciento, Berardi se trasladó a Guinea Ecuatorial y contribuyó capital y equipos. Teodorín no efectuó aportes de capital, pero en cambio ofreció garantizar la seguridad y conseguir contratos.

Berardi se ocupaba de administrar la sociedad y comenzó a alarmarse cuando algunos contratos gestionados por Teodorín no fueron pagados. Al tomar conocimiento de los señalamientos del Departamento de Justicia de EE. UU. acerca de que se habían desviado fondos de una cuenta de Eloba, indagó a Teodorín al respecto.

El abogado contó que mantuvieron una fuerte discusión, y que Berardi criticó duramente las prácticas comerciales de su socio. El abogado presume que Teodorín hizo que Berardi fuera encarcelado para impedir que revelara información que pudiera ser usada en causas iniciadas en el extranjero con Teodorín por corrupción y lavado de dinero. Cree que la causa de Teodorín contra Berardi le permitiría además apropiarse de la totalidad de la sociedad que comparten.

Berardi fue detenido arbitrariamente en la noche del 18 de enero de 2013 en su vivienda en Bata, según indicó su abogado. Fue llevado a la dependencia policial de Bata, sin que se exhibiera ninguna orden judicial ni se ofreciera explicación alguna. Permaneció allí incomunicado 21 días, durante los cuales fue sometido a golpizas.

El 11 de febrero de 2013, Berardi fue trasladado a arresto domiciliario, y estuvo bajo vigilancia hasta el 27 de febrero. En esa fecha, se enteró de que Teodorín lo había acusado de robo y fue llevado a la prisión de Bata.

Berardi fue acusado, juzgado y condenado por supuesto robo de bienes de la sociedad y fraude, en el marco de un proceso judicial sin garantías en el cual, conforme afirma el abogado de Berardi, la parte acusadora no estuvo presente y no se presentaron pruebas. El 26 de agosto, fue condenado a 2 años y 4 meses de prisión.

Berardi ha sido mantenido en régimen de aislamiento durante largos períodos. A mediados de diciembre de 2013, fue transferido de una celda que compartía con otros siete internos a una celda de aislamiento. Salvo las dos breves internaciones, no se ha permitido a Berardi salir de la celda de aislamiento, indicó el abogado. Una vez por día, los guardias abren la puerta de su celda para dejar alimentos y agua.

El derecho internacional considera los períodos prolongados de reclusión en régimen de aislamiento como una forma de tortura.

En muchas ocasiones las autoridades han impedido que Berardi reciba visitas consulares. A pesar de los numerosos pedidos efectuados, Berardi permaneció 10 meses en una prisión de Bata hasta que se permitió que recibiera una primera visita de un representante de la embajada italiana, el 13 de diciembre de 2013, dijo su abogado. Varios guardias estuvieron presentes durante la entrevista. El abogado cree que fue transferido a régimen de aislamiento en represalia por haber pedido asistencia a la embajada italiana. También se reunió en prisión con representantes de la embajada en marzo y junio de 2014, nuevamente en presencia de funcionarios de seguridad y tras reiterados pedidos, así como en julio, durante su internación hospitalaria.

Durante casi un año no se permitió que Berardi tuviera acceso a un abogado. Mbomio se reunió con su cliente por primera vez el 10 de julio de 2014, durante los 3 días en que Berardi estuvo internado en el centro médico La Paz en Bata. La última vez que Berardi se reunió con su anterior abogado fue en agosto de 2013.

Mbomio, un reconocido abogado de Guinea Ecuatorial que ha intervenido en casos delicados, asumió la representación de Berardi cuando recuperó su matrícula profesional. Esta había sido suspendida por dos años en represalia por haber criticado al gobierno durante la defensa de una figura de oposición que había sido encarcelada.

No se ha permitido a Berardi recibir visitas personales en prisión al menos desde diciembre de 2013. Pudo ver a algunas amistades mientras estuvo en el centro médico La Paz, pero poco después fue asignado nuevamente a la celda de aislamiento.

Es sabido que en los centros de detención de Guinea Ecuatorial se practica la tortura, y se encuentran disponibles en Internet grabaciones que fueron efectuadas en la cárcel de Bata y sacadas extraoficialmente de allí en 2014. Human Rights Watch ha dialogado con un abogado familiarizado con las grabaciones, que ha corroborado su origen.

Una de las grabaciones consiste en cinco minutos y medio de gemidos, gritos y fuertes sonidos de golpes, seguidos por comentarios de una persona que dice “Esto es lo que escuchamos todos los días, las sesiones de tortura que se extienden de la mañana hasta la tarde y la noche”.

El abogado dijo a Human Rights Watch: “No hay dudas de que se están practicando torturas. Esto incluso sucede abiertamente. Las grabaciones... confirman de una vez por todas que sigue habiendo tortura en Guinea Ecuatorial”.

En el caso de Berardi, su abogado, Ponciano Mbomio Nvó, y varios familiares proporcionaron a Human Rights Watch evidencias contundentes de que ha sido torturado. Human Rights Watch pudo corroborar parte de esta información de manera independiente.

Indicaron que había sufrido violencia en la dependencia policial de Bata luego de ser arrestado inicialmente, y que estos abusos se agravaron considerablemente ya en la prisión de esa misma ciudad. El abogado de Berardi aseveró que este fue torturado el 12 de junio de 2013, en julio de 2013 y el 31 de enero de 2014, y que los tormentos consistieron en ser colgado y azotado con un látigo por guardias. En muchas otras ocasiones, dijo el abogado, fue aporreado violentamente. Berardi también contó a Mbomio que los guardias lo amenazaban de muerte.

Familiares de Berardi proporcionaron fotografías donde se ven marcas de azotes en la espalda, y que fueron tomadas luego de uno de esos episodios. Mbomio señaló a Human Rights Watch que observó numerosas cicatrices en la espalda y las manos de Berardi, que coinciden con su descripción de las torturas. Mbomio también dijo que había hablado con su cliente sobre un episodio y luego constatado separadamente el testimonio que este le había transmitido, entrevistando para ello a una segunda persona que había estado presente en ese momento.

Mbomio dijo que el aislamiento y los maltratos habían afectado psicológicamente a su cliente.

El abogado contó a Human Rights Watch que las condiciones carcelarias en que se encontraban Berardi y otros internos en Guinea Ecuatorial eran sumamente deficientes.

Berardi recibe escasos alimentos, de muy mala calidad. Dijo a su abogado que los fines de semana o durante los principales días de feria no recibe comida. Berardi ha perdido mucho peso desde que está detenido, lo cual se observa en fotografías tomadas antes y después de los sucesos, y que fueron difundidas por miembros de su familia.

Sus familiares indicaron que su prolongado encarcelamiento ha tenido un fuerte impacto emocional y los ha “dejado en la ruina económica”. Han intentado ayudarlo a través de un perfil de Facebook creado para pedir su liberación y recaudar fondos destinados a solventar los costos legales.

También publicaron fotografías de su pequeña celda. En esta, las temperaturas llegan habitualmente a los 104 grados Fahrenheit (40 grados Celsius), informó su abogado. Las condiciones de saneamiento y ventilación son inadecuadas. Añadió que, debido a que no hay protección alguna contra mosquitos, Berardi ha contraído el paludismo varias veces.

La descripción aportada por familiares de Berardi y su abogado coinciden con la de un preso político ecuatoguineano, el Dr. Wenceslao Mansogo Alo, quien estuvo en la prisión de Bata entre febrero y junio de 2012 y permaneció varias semanas en celda de aislamiento. Durante ese lapso, el Dr. Mansogo fue recluido en una celda cerrada, sin contacto con otros presos, y no se le permitió salir de esta para tomar aire fresco o hacer ejercicio físico. Su pequeña celda tenía apenas una ventana diminuta que no permitía que ingresara suficiente luz natural ni una adecuada ventilación para paliar el agobiante calor tropical. Las condiciones de higiene eran sumamente deficientes.

El informe de derechos humanos más reciente emitido por el Departamento de Estado de EE. UU. sobre Guinea Ecuatorial, correspondiente a 2013, expresa que las “[c]ondiciones en las tres cárceles del país, los 12 centros de detención y numerosas celdas en dependencias policiales eran severas y ponían en riesgo la vida de los detenidos… No había estadísticas sobre la proporción de muertes ocurridas en prisión o centros de detención... Abundaban diversas enfermedades, como el paludismo y el VIH/SIDA. El gobierno brindaba atención médica esporádica a una cantidad limitada de presos y personas detenidas. […] Las condiciones de saneamiento, ventilación, iluminación y acceso a agua potable eran inadecuadas”.

Hasta su examen médico el 30 de junio de 2014, y las breves internaciones a comienzos de julio de 2014, se había negado a Berardi atención médica durante más de un año. Su abogado dijo que, a pesar de insistentes pedidos para que fuera tratado por malaria y otras enfermedades, la única consulta médica anterior había sido en junio de 2013.

Padeció reiteradamente de paludismo y disentería, y sufría una tos severa y episodios de fiebre alta, informó el abogado. Se ha señalado que otros internos en Bata habrían muerto debido a falta de tratamiento médico, entre ellos un hombre cuya muerte debido a malaria se informó como ocurrida el 13 de julio de 2014.

En junio de 2014, familiares de Berardi y su abogado, sumamente consternados ante el acelerado deterioro de su salud, que incluía fiebre persistente y tos severa, temieron que pudiera morir en prisión si no recibía atención médica. Tras la presión internacional, Berardi pudo recibir una visita médica en prisión el 30 de junio.

El informe médico que se elaboró a partir de la visita, y que fue consultado por Human Rights Watch, indica que Berardi manifestaba una serie de condiciones que incluían enfisema y bronquitis aguda. Si bien el médico indicó que debía tomar antibióticos, el abogado de Berardi dijo a Human Rights Watch que las autoridades penitenciarias no le permitieron obtenerlos, presuntamente sin ofrecer ninguna explicación.

Tras la presión internacionales, el 2 de julio se permitió que Berardi asistiera brevemente al hospital central de Bata. Fue enviado nuevamente a prisión al día siguiente, y se confiscaron sus medicamentos.

El 8 de julio, ante nuevas presiones internacionales, se autorizó que fuera llevado al centro médico La Paz, un establecimiento en Bata con equipamiento más sofisticado. El informe médico del 12 de julio, al cual tuvo acceso Human Rights Watch, confirmó el diagnóstico anterior de bronquitis. Se indicó a Berardi, según contó su abogado, que los episodios de fiebre alta se debían a un cuadro particularmente grave de malaria.

El informe médico añade que ingresó al hospital con fiebre, tos, diarrea y lesiones en el rostro y una pierna debido a una infección cutánea, pero que la mayoría de los síntomas habían mejorado. El médico autorizó que fuera dado de alta, pero recomendó una “convalecencia de tres semanas”. En vez de ello, Beradi fue enviado a prisión ese mismo día y asignado a una celda de aislamiento, y nuevamente las autoridades penitenciarias confiscaron sus medicamentos.

Ante la atención internacional suscitada por el caso de Berardi y la consternación con respecto a su estado de salud y su seguridad, en abril el presidente Obiang se comprometió públicamente a disponer en breve su liberación por motivos humanitarios. El anuncio se produjo tras una reunión con el Vicepresidente de la Comisión Europea, Antonio Tajani.

Sin embargo, hasta la fecha el indulto no se ha hecho realidad. Había fuerte expectativa de que el Presidente otorgara el indulto para su cumpleaños, a principios de junio. Otra fecha en que Obiang suele otorgar indultos es el 3 de agosto, que marca el aniversario del golpe de estado que lo llevó al poder. Se prevé que este año estará realizando un viaje a Washington cuando se cumpla esa fecha, ya que la Cumbre de Líderes de Estados Unidos y África comienza al día siguiente.
 

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