(Nueva York) – Los funcionarios de la ciudad de Nueva York deben ordenar que se investigue plenamente la exhibición de una película en contra de la comunidad musulmana durante la capacitación de policías y adoptar las medidas pertinentes contra los responsables, señaló hoy Human Rights Watch.
El documental de 72 minutos, denominado “The Third Jihad: Radical Islam's Vision for America” (“La tercera yihad: La visión del islam radical sobre Estados Unidos”), se exhibió a por lo menos 1,489 policías en forma continua durante una serie de sesiones de entrenamiento antiterrorista que duraron entre tres meses y un año en 2010, según se indica en documentos policiales divulgados recientemente.
“La policía de la ciudad de Nueva York no sólo proyectó una película que resulta ofensiva para la comunidad musulmana durante el entrenamiento, sino que además sus autoridades mintieron de manera manifiesta sobre la magnitud del problema”, expresó Alison Parker, directora del programa de Estados Unidos de Human Rights Watch. “Es crucial que se lleve a cabo una investigación inmediata, con resultados concretos”.
Desde que la noticia adquirió difusión pública, hace un año, la policía de la ciudad de Nueva York ha proporcionado información falsa sobre la proyección de esta película, señaló Human Rights Watch. En el artículo de Village Voice donde se publicó por primera vez la noticia en enero de 2011, el vocero de la policía afirmó que la película solamente se había proyectado “unas pocas veces”. En marzo, el vocero respondió a noticias difundidas por WNYC a través de un mensaje de correo electrónico en el cual señaló que el video “se proyectó una sola vez mientras los oficiales completaban documentación administrativa”. Diversos documentos policiales, obtenidos por Brennan Center for Justice a partir de pedidos presentados conforme a la Ley sobre Libertad de Información de Nueva York tras insistir durante nueve meses, muestran que estas declaraciones no son ciertas.
El vocero del departamento de policía también señaló a los medios de comunicación el año pasado que la aparición del comisionado de Policía Raymond Kelly en el filme se tomó de grabaciones anteriores y que Kelly no había tenido participación directa en la producción de la película. No obstante, luego de que New York Times obtuviera recientemente información del productor del documental que confirmaba que Kelly había sido entrevistado específicamente para la película, el vocero admitió este hecho.
En declaraciones a los medios, funcionarios de la unidad de capacitación policial de Nueva York señalaron que habían obtenido la película a través del Departamento de Seguridad Nacional de Estados Unidos. El vocero de la policía manifestó que ningún alto funcionario policial había aprobado la proyección de la película y que la decisión había sido tomada por un sargento que fue posteriormente sancionado. El incidente se produce luego de que el año pasado las autoridades de la ciudad admitieran que la policía de Nueva York estaba llevando a cabo una vigilancia intensiva de los barrios donde viven estadounidenses que pertenecen a la comunidad musulmana, así como de mezquitas y grupos de estudiantes musulmanes en la ciudad.
La película utiliza grabaciones de actos atroces supuestamente extraídas de sitios web de grupos islamistas radicales, intercaladas con entrevistas y fragmentos grabados en Estados Unidos, y en ella se afirma que el objetivo de “gran parte de los líderes musulmanes en Estados Unidos” es “infiltrarse y dominar” el país. El documental fue producido por Clarion Fund, una organización con sede en Nueva York que anteriormente realizó otras películas sobre terrorismo islamista y el programa nuclear de Irán.
Hasta el momento, las autoridades de la ciudad han respondido condenando con firmeza este hecho, pero no han sido igualmente enérgicas en cuanto a adoptar medidas, afirmó Human Rights Watch. El alcalde Michael Bloomberg indicó a los medios de comunicación el 24 de enero de 2012 que quien proyectó la grabación a los policías durante la capacitación “había actuado según un criterio profundamente errado”. Afirmó desconocer quién era responsable, pero añadió: “vamos a averiguarlo”.
En una declaración del 25 de enero, el comisionado Kelly se disculpó ante la comunidad musulmana, “quienes considerarán que la filmación resulta provocativa y que su proyección en las instalaciones del departamento [de policía], pese a no haber sido autorizada, es inaceptable”. Aparentemente, ningún funcionario habría mencionado que esté previsto adoptar medidas disciplinarias contra los responsables de la difusión de la película ni qué acciones piensan realizar las autoridades de la ciudad para remediar la situación.
“El problema aquí no es solo que la policía difunda una película ofensiva”, manifestó Parker. “La falta de medidas disciplinarias muestra una preocupante indiferencia por los derechos de los musulmanes que viven en la ciudad y refuerza el temor de que exista un trato persecutorio dirigido específicamente contra la comunidad musulmana. La ciudad debe demostrar que la policía no actuará de manera discriminatoria”.