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El secuestro masivo de madereros, aparentemente cometido ayer por las FARC en el departamento del Chocó, ha mostrado una vez mas el desprecio de este grupo hacia los derechos de los colombianos por quienes dice luchar, dijo Human Rights Watch hoy.

Human Rights Watch recalcó que el derecho internacional humanitario prohíbe ataques contra civiles, incluyendo secuestros. Sin embargo, la distinción entre civiles y combatientes es un principio jurídico básico que no ha sido entendido ni aceptado por las FARC.

“Las FARC no dudan en amenazar, secuestrar, ‘desaparecer’ y matar, sin importar si sus victimas son civiles o combatientes,” dijo José Miguel Vivanco, Director para las Américas de Human Rights Watch. “Este secuestro pareciera ser otro nuevo y terrible ejemplo de su extrema brutalidad.”

Según funcionarios departamentales, las FARC habían estado en combates con grupos paramilitares en la zona durante varios días. Al parecer, los guerrilleros acusaron al grupo de 35 madereros secuestrados de ser colaboradores de los paramilitares.

Conforme al derecho internacional humanitario, el simple hecho de alimentar a un combatiente, distribuir propaganda o participar en actividades políticas en apoyo de un grupo armado no convierte a un civil en combatiente. Para que un civil pierda su calidad de tal, debe participar directamente en las hostilidades.

Además de secuestrar a civiles, las FARC continuamente violan las leyes de la guerra al emplear otras tácticas como reclutar a menores para que sean combatientes, atacar deliberadamente a civiles y usar armas, tales como minas antipersonales y bombas de cilindros de gas, de manera indiscriminada.

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