(Ciudad de México) - Las autoridades mexicanas deberían llevar a cabo una investigación exhaustiva e imparcial sobre el reciente hallazgo por parte de familiares de personas desaparecidas de cientos de fragmentos óseos y prendas de vestir, señaló hoy Human Rights Watch.
El 5 de marzo de 2025, un grupo de voluntarios que buscan a personas desaparecidas informó del hallazgo de cientos de zapatos, prendas de vestir, restos humanos calcinados y tres hornos subterráneos en un rancho en las afueras de la ciudad de Guadalajara, estado de Jalisco. La fiscalía del estado de Jalisco y la Guardia Nacional habían inspeccionado el lugar seis meses antes, en septiembre de 2024. En aquel momento, detuvieron a diez personas, rescataron a dos y recuperaron un cadáver, pero no encontraron más restos humanos.
“Es desolador que los familiares de las víctimas, utilizando picos y palas, se vean obligados a hacer el trabajo que las autoridades dijeron haber realizado casi seis meses antes”, señaló Juanita Goebertus, directora de la División de las Américas de Human Rights Watch. “Este descubrimiento debería ser una señal para la presidenta Claudia Sheinbaum sobre la necesidad de emprender un esfuerzo, a nivel nacional, para profesionalizar la investigación de delitos por parte de las fiscalías estatales”.
Tras el reciente descubrimiento, el fiscal general del estado de Jalisco dijo que, en septiembre, la fiscalía y la Guardia Nacional habían inspeccionado “ciertas partes” del rancho, pero que no habían encontrado los restos humanos, los hornos, ni las prendas de vestir porque “es un predio bastante grande”. Miembros del grupo de búsqueda inspeccionaron el lugar tras recibir mensajes anónimos que afirmaban que allí se habían enterrado los restos de personas desaparecidas.
Este hallazgo en Jalisco pone de manifiesto las graves deficiencias sistémicas en la investigación de homicidios y desapariciones en México, señaló Human Rights Watch.
En un informe publicado en febrero, Human Rights Watch concluyó que las autoridades mexicanas no investigan eficazmente la mayoría de los homicidios debido a una serie de problemas sistémicos, como recursos y capacitación insuficientes, elevadas cargas de trabajo y coordinación ineficaz entre las autoridades. Entre 2010 y 2022, las fiscalías estatales abrieron unas 300.000 investigaciones por homicidio doloso, pero solo identificaron formalmente a un sospechoso en el 17 % de los casos. Lo más probable es que el número real de homicidios sea mayor. Más de 94.000 personas han sido reportadas como desaparecidas desde 2007 y nunca han sido encontradas.
El 11 de marzo, el fiscal general federal anunció que su oficina evaluaría si las autoridades federales debían hacerse cargo de la investigación y afirmó que “no es creíble que una situación de esta naturaleza no hubiera sido conocida por las autoridades locales de ese municipio y del estado”.
Desde el descubrimiento, el grupo de búsqueda y la fiscalía estatal han publicado cientos de fotos, vídeos y descripciones de los objetos personales encontrados en el lugar para que los familiares de personas desaparecidas puedan intentar identificar a sus seres queridos.
“El nivel de descuido mostrado por las autoridades mexicanas en esta investigación es escandaloso, pero lamentablemente no es inusual”, dijo Goebertus. “Este caso debería servir como una llamada de atención sobre la necesidad de hacer reformas urgentes para mejorar las investigaciones penales en México”.