Hay muchas razones por las que tu familia es como es y, francamente, no es asunto mío cuáles sean esas razones. Depende de ti, no de mí. Es algo personal.
Y ningún gobierno ni ningún político deberían decirnos a ti o a mí que tengamos hijos o no. Ni las autoridades deberían atacar o estigmatizar a la gente por tener o no tener hijos.
Se trata de conceptos básicos de libertad individual, privacidad y no discriminación, ampliamente entendidos en todo el mundo, aunque al parecer no por las autoridades rusas.
Un nuevo proyecto de ley, que pasó su primera votación en la Duma Estatal de Rusia la semana pasada, pretende prohibir la “propaganda” sobre los llamados estilos de vida sin hijos.
Según la ley, se censuraría de forma generalizada todo lo que sugiriera que no tener hijos está bien. Tanto si se habla en serio como en broma, no se puede insinuar que no tener hijos es aceptable. La prohibición abarcaría los medios de comunicación, la publicidad, la edición, el cine e Internet. A los individuos, organizaciones y empresas que incumplan la nueva ley les esperarán fuertes multas.
Si quieres saber cómo funcionaría esta censura en la práctica y cuáles serían sus repercusiones, fíjate en la prohibición de la "propaganda gay" en Rusia. Desde hace más de una década, esta ley prohíbe toda información pública, representación o actividad en apoyo del colectivo LGBT, es decir, lesbianas, gays, bisexuales y transexuales.
Para evitar sanciones, las editoriales rusas han estado retirando libros con contenido sobre personas LGBT. Las librerías y bibliotecas se han visto sometidas a una enorme presión. A principios de este año, por ejemplo, un tribunal de la ciudad de Nizhni Nóvgorod multó a una cadena de librerías con 500.000 rublos (unos 5.155 dólares estadounidenses) por vender una novela que incluía imágenes de relaciones homosexuales.
Los tribunales rusos también han ido multando cada vez más a canales de televisión y servicios de streaming en los que aparecen personas LGBT.
Y, por supuesto, no se trata sólo de la censura y las multas en sí mismas. También se trata del estigma que crean. Al borrar de la vista pública las representaciones de personas LGBT, la sociedad recibe el mensaje de que las personas LGBT son inaceptables. No es de extrañar que la ley haya contribuido a marcar el comienzo de "una década de violencia" y crímenes de odio contra las personas LGBT en Rusia.
La recién anunciada prohibición de la "propaganda" sobre los llamados estilos de vida sin niños conlleva problemas y riesgos similares.
Ambas medidas forman parte de lo que las autoridades rusas dicen que es una defensa de los "valores tradicionales" y los "valores familiares", pero, por supuesto, ellos deciden lo que es "tradicional" y lo que no lo es. Como ya hemos comentado en el Boletín Informativo, la palabra "tradición" se utiliza con excesiva frecuencia para intentar justificar abusos contra los derechos humanos.
En lugar de introducir otra ola de censura masiva y convertir a más personas en chivos expiatorios y blancos del odio, las autoridades rusas deberían dejar a la gente en paz.
A quien se ama y si se tiene hijos o no, son cosas que no incumben a ningún gobierno, y las autoridades deberían mantenerse al margen.