(Beirut) – Funcionarios gubernamentales de toda la región de Oriente Medio y Norte de África tienen como blanco a personas lesbianas, gays, bisexuales y transexuales (LGBT) por su actividad en línea en las redes sociales, señaló Human Rights Watch en un informe publicado hoy. Fuerzas de seguridad han tendido trampas a personas LGBT en redes sociales y aplicaciones de citas, las han sometido a extorsión y acoso en línea y a la revelación de su orientación sexual, y han recurrido a fotos digitales, chats e información similar obtenida de forma ilegítima para iniciar acciones judiciales, en violación de su derecho a la privacidad y otros derechos humanos.
El informe de 153 páginas “‘All This Terror Because of a Photo’: Digital Targeting and Its Offline Consequences for LGBT People in the Middle East and North Africa” (“‘Todo este terror por una foto’: La persecución digital y sus consecuencias fuera de Internet para las personas LGBT en Oriente Medio y el Norte de África”) examina el uso de ataques digitales por parte de las fuerzas de seguridad y sus consecuencias de largo alcance fuera de Internet –incluidas detenciones arbitrarias y tortura— en cinco países: Egipto, Irak, Jordania, Líbano y Túnez. Los hallazgos muestran cómo las fuerzas de seguridad emplean la persecución digital para reunir y crear pruebas que respalden los enjuiciamientos.
“Las autoridades de Egipto, Irak, Jordania, Líbano y Túnez han integrado la tecnología en su actuación policial contra las personas LGBT”, señaló Rasha Younes, investigadora principal sobre derechos LGBT de Human Rights Watch. “Aunque las plataformas digitales han permitido a las personas LGBT expresarse y amplificar sus voces, también se han convertido en herramientas para la represión estatal”.
Human Rights Watch entrevistó a 90 personas LGBT afectadas por la persecución digital y a 30 expertos, incluidos abogados y profesionales de los derechos digitales. Human Rights Watch también examinó pruebas en línea de ataques contra personas LGBT, incluidos vídeos, imágenes y amenazas digitales. La investigación contó con el apoyo de miembros de la Coalición por los Derechos Digitales y LGBT: en Egipto, Masaar y una organización de derechos LGBT de El Cairo cuyo nombre no se ha revelado por motivos de seguridad; en Irak, IraQueer y la Red Iraquí de Medios Sociales (INSM); en Jordania, Rainbow Street y Jordan Open Source Association (JOSA); en el Líbano, Helem y Social Media Exchange (SMEX); y en Túnez, Damj Association.
Human Rights Watch documentó 45 casos de detenciones arbitrarias de 40 personas LGBT en Egipto, Jordania, Líbano y Túnez. En todos los casos de detención, las fuerzas de seguridad registraron los teléfonos de las personas, por la fuerza o bajo amenaza de violencia, para recopilar –o incluso crear— información digital personal que permitiera su enjuiciamiento, reveló Human Rights Watch.
Al revisar los expedientes judiciales de 23 casos de personas LGBT procesadas sobre la base de pruebas digitales en virtud de leyes que penalizan las conductas homosexuales, la “incitación al libertinaje”, el “libertinaje”, la “prostitución” y la ciberdelincuencia en Egipto, Jordania, Líbano y Túnez, Human Rights Watch descubrió que la mayoría de los procesados fueron absueltos en apelación. En cinco casos, las personas fueron declaradas culpables y condenadas a penas de entre uno y tres años de prisión. Veintidós personas nunca fueron formalmente acusadas, pero permanecieron en prisión preventiva, en un caso durante 52 días en una comisaría del Líbano.
Las personas LGBT detenidas denunciaron numerosas violaciones de las garantías procesales, como que los funcionarios les confiscaran los teléfonos, negaron el acceso a un abogado y se les obligó a firmar confesiones bajo coacción. Los detenidos LGBT denunciaron que se les negaba comida y agua, representación familiar y legal y servicios médicos, así como agresiones verbales, físicas y sexuales. Algunos fueron recluidos en régimen de aislamiento. Las mujeres transgénero detenidas eran recluidas habitualmente en celdas de hombres, donde sufrían agresiones sexuales y otros malos tratos. En un caso, una mujer transgénero detenida en una comisaría de policía en Egipto dijo que había sufrido repetidas agresiones sexuales durante 13 meses.
Human Rights Watch documentó 20 casos de engaño en línea en Grindr y Facebook por parte de las fuerzas de seguridad, que crearon perfiles falsos para hacerse pasar por personas LGBT, en Egipto, Irak y Jordania; y 17 casos de extorsión en línea por parte de particulares en Grindr, Instagram y Facebook en Egipto, Irak, Jordania y Líbano, incluso por parte de bandas organizadas en Egipto y grupos armados en Irak. Las seis personas que denunciaron la extorsión a las autoridades fueron detenidas.
Human Rights Watch documentó 26 casos de acoso en línea, incluyendo la revelación de la identidad y la orientación sexual, en Facebook e Instagram en Jordania, Líbano y Túnez. Como consecuencia, personas LGBT denunciaron haber perdido sus empleos, sufrir violencia familiar, verse obligadas a cambiar de residencia y de número de teléfono y a borrar sus cuentas en redes sociales, huir del país y sufrir graves consecuencias para su salud mental. La mayoría denunció los abusos a la plataforma digital correspondiente, pero ninguna eliminó los contenidos.
Human Rights Watch señaló que la precariedad de la situación jurídica de las personas LGBT en Internet favorece su persecución. En ausencia de protección por parte de las leyes o de regulaciones suficientes de las plataformas digitales, tanto las fuerzas de seguridad como los particulares han podido atacarlos con impunidad.
En virtud de los Principios Rectores de las Naciones Unidas sobre las Empresas y los Derechos Humanos, las empresas de redes sociales tienen la responsabilidad de respetar los derechos humanos, incluidos los derechos a la no discriminación, la privacidad y la libertad de expresión. Las plataformas digitales, como Meta (Facebook, Instagram) y Grindr, no están haciendo lo suficiente para proteger a los usuarios vulnerables a los ataques digitales, señaló Human Rights Watch.
Las plataformas digitales deben invertir en la moderación de contenidos, especialmente en árabe, eliminando rápidamente los contenidos abusivos, así como los contenidos que puedan poner en peligro a sus usuarios. Las plataformas deben llevar a cabo una diligencia debida en materia de derechos humanos que incluya la identificación, prevención, cese, mitigación, remediación y rendición de cuentas de los impactos adversos potenciales y reales de los ataques digitales contra los derechos humanos.
Egipto, Irak, Jordania, Líbano y Túnez tienen la obligación, en virtud de la legislación internacional y regional sobre derechos humanos, de abordar las violaciones contra las personas LGBT. Los cinco gobiernos deben respetar y proteger los derechos de las personas LGBT en lugar de criminalizar su expresión y atacarlos en línea, señaló Human Rights Watch. Deben introducir y aplicar leyes que protejan a las personas contra la discriminación por motivos de orientación sexual e identidad de género, también en Internet.
“Los abusos en línea contra las personas LGBT tienen consecuencias fuera de Internet que repercuten en sus vidas y pueden ser perjudiciales para sus medios de subsistencia, su salud mental y su seguridad”, afirmó Younes. “Las autoridades de toda la región de Oriente Medio y Norte de África deben dejar de atacar a las personas LGBT, en línea y fuera de línea, y las empresas de redes sociales deben mitigar los impactos adversos de la persecución digital protegiendo mejor a las personas LGBT en Internet”.