(Kiev) – Fuerzas rusas han disparado contra vehículos civiles en tres incidentes distintos en las regiones ucranianas de Kiev y Chernígov, que dejaron un saldo de seis civiles muertos y tres heridos, informó hoy Human Rights Watch. En un caso, sacaron por la fuerza a un hombre de una camioneta y lo ejecutaron en forma sumaria.
“Los soldados rusos en los puestos de control abrieron fuego contra vehículos que pasaban, sin ningún esfuerzo aparente por constatar si los ocupantes eran civiles”, expresó Belkis Wille, investigadora sénior sobre crisis y conflicto de Human Rights Watch. “La obligación de distinguir entre civiles y combatientes es una constante, al igual que la prohibición de atacar a los civiles, ya sea en sus domicilios, en la vía pública o en sus automóviles”.
Human Rights Watch entrevistó a nueve testigos que estuvieron presentes en alguno de los tres incidentes, incluidos dos que fueron heridos en estos ataques. Los investigadores visitaron los lugares donde ocurrieron los tres incidentes y examinaron los cuatro automóviles que recibieron los disparos. Según los testigos, no había fuerzas ucranianas en las proximidades en ese momento.
La gran cantidad de vehículos civiles que hay actualmente averiados en caminos de las regiones de Kiev y Chernígov que presentan impactos de bala, marcas de quemaduras y otros signos de destrucción sugieren que las fuerzas rusas también han dañado a otros civiles en actos ilícitos similares. Las fuerzas rusas deben respetar a los civiles que intentan huir de las hostilidades y facilitar la entrega de asistencia humanitaria imparcial para los civiles en los territorios que controlan.
Dos de los incidentes se produjeron en Hostomel, una localidad aproximadamente 20 kilómetros al noroeste de Kiev. Las fuerzas rusas intentaron asegurar la zona durante el primer día de la invasión, el 24 de febrero de 2022, y tomar el control del aeropuerto militar de la localidad. Luego las fuerzas rusas ocuparon la zona durante gran parte de marzo, y se retiraron de la región de Kiev el 31 de marzo.
El 28 de febrero, las fuerzas rusas abrieron fuego contra dos vehículos que transportaban a nueve civiles que intentaban salir de la zona. El 3 de marzo, dispararon contra un vehículo en el que viajaban cuatro hombres que se dirigían a negociar la entrega de ayuda humanitaria. El tercer incidente se produjo en la localidad de Nova Basan, región de Chernígov, 70 kilómetros al este del centro de Kiev, cuando fuerzas rusas dispararon contra una camioneta civil en la que se desplazaban dos hombres e hirieron a uno de ellos. Los soldados sacaron por la fuerza al otro hombre de la camioneta y los ejecutaron en forma sumaria, mientras que el hombre herido logró escapar.
Conforme al derecho internacional humanitario, o el derecho de guerra, los civiles nunca pueden ser blanco deliberado de ataques. Las partes de un conflicto armado deben tomar todas las precauciones posibles para reducir al mínimo el riesgo para los civiles y los bienes de carácter civil, y no deben perpetrar ataques que no distingan entre combatientes y civiles. Quienes ordenen o cometan de manera deliberada este tipo de ataques, o quienes los alienten o faciliten, incurrirán en crímenes de guerra. Los comandantes de fuerzas que conocían o deberían haber conocido sobre tales crímenes pero no intentaron impedirlos o castigar a los responsables son penalmente responsables por crímenes de guerra en razón de su responsabilidad de mando.
Rusia debería realizar investigaciones imparciales, exhaustivas y transparentes sobre estos asesinatos y resarcir a las víctimas de ataques ilegítimos.
“Estos incidentes son demostrativos de que las fuerzas rusas no cumplen con su obligación de distinguir siempre a los civiles y de minimizar los daños que se les cause”, explicó Wille. “Las fuerzas militares rusas tienen la obligación de investigar estos incidentes, actuar para que los responsables rindan cuentas y asegurar que cesen este tipo de asesinatos”.