En los últimos 75 años ha habido nueve Secretarios Generales de las Naciones Unidas, procedentes de todos los rincones del mundo. Pero han tenido una cosa en común: todos han sido hombres.
“Lograr la igualdad entre los géneros y empoderar a todas las mujeres y las niñas”. Ese es el quinto Objetivo de Desarrollo Sostenible (ODS) de la ONU. “Poner fin a todas las formas de discriminación contra todas las mujeres y niñas en todo el mundo”. Esa es la primera meta del Objetivo Cinco. La ONU es responsable de ayudar a todos los países a alcanzar esa meta para 2030.
Ese esfuerzo debería comenzar en la propia sede de la ONU.
Es hora de elegir al próximo “SG”. António Guterres, veterano diplomático, ex alto comisionado de la ONU para los refugiados y ex primer ministro de Portugal, lleva en el cargo desde 2017 y busca un segundo mandato. El proceso de selección del SG cambió en 2015, volviéndose más transparente e inclusivo. Campañas como 1 para 7 mil millones, de la que forma parte Human Rights Watch, reivindican más reformas.
Varios países –China, Alemania y el Reino Unido— respaldaron un segundo mandato de Guterres antes de que surgieran más candidatos o candidatas. En 2015, los presidentes de la Asamblea General y del Consejo de Seguridad pidieron a los Estados miembros que propusieran a mujeres; este año no lo hicieron. Pero debido a los cambios de 2015, es más probable que puedan presentarse candidatas para competir con el titular. Una mujer que trabaja para la ONU, Arora Akanksha, anunció su candidatura en febrero, llamando nuevamente la atención sobre la ausencia de mujeres en el cargo. En 2016, se presentaron siete mujeres y seis hombres.
Human Rights Watch hace un llamado a la competencia y diversidad de género en el grupo de candidatos. Tanto Guterres como el presidente de la Asamblea General expresaron su apoyo a un proceso de selección transparente este año. Todos los Estados miembros de la ONU comprometidos con la equidad de género deberían considerar la posibilidad de presentar y apoyar a candidatas fuertes, un enfoque que apoya la campaña 1 para 7 mil millones. Con un grupo de candidatos diversos, los Estados miembros deberían seleccionar a la persona más cualificada.
Nos enfrentamos a una crisis de los derechos de la mujer. La pandemia de Covid-19 afecta de manera desproporcionada a las mujeres; la ONU predice que empujará a 47 millones más de mujeres y niñas a la pobreza, y provocará 13 millones de matrimonios infantiles más en los próximos 10 años. Necesitamos que el Objetivo 5 de los ODS sea una realidad, y la capacidad de la ONU para ayudar a sacar al mundo de esta crisis se verá mermada mientras falte la equidad de género, desde la base a la cima.