El aire limpio es un componente fundamental del derecho a un medio ambiente sano. Así lo afirma el experto de la ONU sobre derechos humanos y medio ambiente con motivo del Día Mundial del Medio Ambiente.
Los residentes de las comunas costeras chilenas de Quintero y Puchuncaví saben de primera fuente cómo la contaminación del aire puede afectar sus derechos a la salud y a un medio ambiente saludable. En agosto y septiembre de 2018, dos incidentes de contaminación del aire en la región causaron una crisis de salud pública que provocó que más de 300 personas buscaran tratamiento médico por exposición a sustancias tóxicas.
Cuando entrevisté a líderes de organizaciones de base en Quintero este año, alegaron haber sido abandonados por el Gobierno y hablaron de su esperanza de justicia ambiental. La región ha experimentado un desarrollo industrial intensivo en los últimos 50 años, y alberga refinerías, centrales eléctricas y fábricas. Debido a la fuerte contaminación generada por la actividad industrial en el área, comúnmente se la denomina “zona de sacrificio”.
Human Rights Watch presentó un memorial de amicus curiae en este caso, en el que instó a la Corte Suprema de Chile a tomar en cuenta lo dispuesto por el derecho internacional, las normas de derechos humanos y el medio ambiente, al considerar si se había vulnerado el derecho a un medio ambiente libre de contaminación, garantizado en la Constitución Política de Chile.
En muchos sentidos, la situación en Quintero y Puchuncaví es sintomática de muchas otras regiones del mundo con grave contaminación del aire. La ONU afirma que la contaminación del aire, tanto la atmosférica como en los hogares, contribuye a 7 millones de muertes prematuras cada año, incluidas las de aproximadamente 600.000 niños y niñas.
En este Día Mundial del Medio Ambiente, la decisión de la Corte Suprema de Chile infunde la esperanza de que otros tribunales en todo el mundo puedan encontrar en su derecho interno fundamentos para tutelar el derecho a un ambiente saludable.