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Líderes de la UE se desentienden de responsabilidad por refugiados

Los esfuerzos se centran en externalizar el asilo, controlar las fronteras y detener la llegada de personas

Hassan and his wife Sheri, both Iraqi Kurds, walk along train tracks in Röszke, Hungary after crossing the border with Serbia. September 3, 2015. © 2015 Daniel Etter for Human Rights Watch

(Bruselas) – Los líderes de la Unión Europea que se reunieron el 23 de septiembre de 2015 se concentraron en cómo contener la afluencia de solicitantes de asilo, en vez de definir estrategias para responder de manera responsable y humana a la crisis en sus fronteras.

“Al escuchar las declaraciones de líderes de la UE, uno podría incluso llegar a creer que no existe ninguna crisis de refugiados”, expresó Judith Sunderland, directora asociada para Europa y Asia Central de Human Rights Watch. “En lugar de impulsar acciones colectivas valerosas para cumplir plenamente las obligaciones de la UE ante los refugiados, la agenda se ha centrado en reforzar las fronteras, intentar impedir que las personas lleguen aquí y enviar de regreso a las que lo consiguen”.

Tras el encuentro de siete horas, se elaboró una declaración de dos páginas que da el visto bueno a la implementación plena del Sistema Europeo Común de Asilo, un conjunto de normas vinculantes que aseguran la armonización de procedimientos, índices de reconocimiento y condiciones de acogida. Sin embargo, la realidad es que, en la UE, los solicitantes de asilo quedan a merced de una especie de lotería de garantías, debido a disparidades sustanciales en cuanto a estándares y condiciones, observó Human Rights Watch.

En vez de resolver estos temas, la declaración propone “orientaciones” para las “decisiones operativas” de próximos encuentros, y se enfoca particularmente en reforzar las fronteras exteriores, limitar la cantidad de llegadas y agilizar los retornos. Sugiere intensificar la colaboración con países africanos para abordar la inmigración irregular y fortalecer los controles en las fronteras exteriores de la UE con recursos adicionales de Frontex, la agencia de gestión de las fronteras exteriores de la UE, y Europol, la agencia europea de aplicación de la ley, así como EASO, la Oficina Europea de Apoyo al Asilo.

La declaración también contempla mayor asistencia a los países de los Balcanes occidentales, que actualmente se han convertido en una importante ruta de tránsito para solicitantes de asilo e inmigrantes, a fin de ayudarlos a manejar la afluencia de refugiados. La Comisión Europea ha propuesto, con amplio apoyo, una lista de países “seguros” de toda la UE para facilitar el retorno expeditivo de solicitantes de asilo con origen en países de los Balcanes occidentales. Sin embargo, no ha considerado la posibilidad de proponer una lista de países inseguros, como Siria e Irak, que simplificaría y agilizaría los procedimientos para el reconocimiento de las necesidades de protección de personas de estos países. Hungría ha declarado a Serbia como “tercer país seguro” para solicitantes de asilo que provienen de fuera de la región, a pesar de que no ha podido responder a la actual afluencia de personas, ni siquiera en forma provisoria.

Los líderes de la UE se pronunciaron a favor de aumentar la asistencia a la agencia de refugiados de las Naciones Unidas (ACNUR), el Programa Mundial de Alimentos y otras organizaciones de asistencia, así como la ayuda a países que reciben a numerosos refugiados sirios. El acuerdo contiene un compromiso de aportar € 1.000 millones a agencias de la ONU y organizaciones humanitarias.

“Acrecentar la ayuda para que mejoren las condiciones de vida de los refugiados fuera de la UE es una medida valiosa, y estas agencias necesitan recibir los fondos lo antes posible”, comentó Sunderland. “Pero esto no sustituye la obligación de asegurarse de que quienes llegan a la UE sean tratados humanamente y reciban la protección que necesitan, ni la de ampliar las vías de acceso seguras y legales a la UE”.

La cumbre extraordinaria de jefes de Estado de la UE se celebró inmediatamente después de una controvertida reunión de ministros de interior, que tuvo lugar el 22 de septiembre, y en la cual se aprobó por mayoría cualificada un plan de reubicación impulsado por la Comisión Europea, para transferir a otros 120.000 solicitantes de asilo que están en Italia y Grecia, además de los 40.000 que ya se había acordado. El plan se aprobó pese a la oposición de Hungría, Eslovaquia, la República Checa y Rumania.

El Reino Unido ejerció su prerrogativa de no participar (opt-out), contemplada en los tratados de la ONU, mientras que Irlanda y Dinamarca,  aún teniendo la misma posibilidad, aceptaron recibir a algunos solicitantes de asilo. Eslovaquia ha anunciado que tiene intención de cuestionar la decisión en el Tribunal de Justicia de la Unión Europea. Si se implementa rápidamente y de un modo que respete los derechos de los solicitantes de asilo, el plan de reubicación podría ser un primer paso importante para una respuesta eficaz, señaló Human Rights Watch.

Previamente ese mismo día, la Comisión Europea anunció que se habían iniciado 40 procedimientos de infracción a normas de asilo de la UE relativas a procedimientos, requisitos para el estatus de refugiados y condiciones de acogida. Esto hizo que ascendiera a 75 la cantidad de procedimientos de este tipo contra un total de 23 Estados Miembros. Tales medidas podrían luego dar origen a acciones legales en el Tribunal de Justicia de la UE y cuantiosas multas.

“Que 23 de los 28 países de la UE no estén actuando correctamente con los solicitantes de asilo desvirtúa completamente el Sistema Europeo Común de Asilo”, señaló Sunderland. “Es crucial que la Comisión Europea tome medidas enérgicas contra los países que no respeten la normativa de la UE”.

 

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