(Nueva York) – Las autoridades de Guinea Ecuatorial deberían poner fin a la persecución de un opositor político que ha sido encarcelado y de sus allegados, señalaron hoy Human Rights Watch, Physicians for Human Rights y EG Justice.
El médico Wenceslao Mansogo Alo, quien además de defensor de derechos humanos es uno de los líderes de la oposición política y fue condenado el 7 de mayo de 2012 a tres años de prisión tras un proceso judicial impulsado por motivos políticos, fue trasladado a una celda apartada con condiciones de higiene deplorables en la cárcel central de Bata el 18 de mayo, sin que mediara ninguna explicación. Según información obtenida por Human Rights Watch, las condiciones de su reclusión son ahora significativamente más deficientes, respecto de cuando se encontraba detenido con otros internos. A su vez, uno de los abogados de Mansogo, Ponciano Mbomio Nvó, fue suspendido en el ejercicio de su matrícula profesional por un período de dos años después de haber criticado al gobierno durante los alegatos finales en el marco de esta causa.
“En primer lugar, el Dr. Mansogo no merece estar en prisión, y ahora las autoridades gubernamentales agravan la situación encerrándolo en una celda que se asemeja a un calabozo”, afirmó Daniel Bekele, director para África de Human Rights Watch. “El hostigamiento contra Mansogo debe cesar, y las autoridades deberían asegurar que reciba un trato acorde con estándares básicos de derechos humanos”.
El informe sobre derechos humanos en Guinea Ecuatorial difundido por el Departamento de Estado de los Estados Unidos el 24 de mayo señaló que si bien el gobierno había efectuado reformas en la prisión de Bata y otros dos establecimientos penitenciarios, las condiciones “seguían siendo inadecuadas”. Entre otros problemas, el informe describió “condiciones de hacinamiento y falta de higiene en las celdas, y ausencia mayoritaria de acceso por parte de presos y personas detenidas a atención médica, oportunidades de ejercicio físico o colchones. Las medidas de saneamiento, ventilación, iluminación y acceso a agua potable eran inadecuadas. Existían altos niveles de enfermedades como paludismo y VIH/SIDA”.
El informe del Departamento de Estado contempla eventos ocurridos durante 2011 y, por ende, no menciona el caso de Mansogo, que se inició con su detención el 9 de febrero de 2012.
Diversas organizaciones de derechos humanos, entre ellas Amnesty International, EG Justice, Human Rights Watch y Physicians for Human Rights, han repudiado la detención y la condena de Mansogo, a las cuales vincularon con motivaciones políticas. Todas estas organizaciones han exigido su liberación. Los gobiernos de España y Estados Unidos también han expresado su preocupación a través de declaraciones y han instado a que se respeten plenamente los derechos de Mansogo. Los abogados de Mansogo tienen plazo hasta el 28 de mayo para notificar su intención de apelar su condena y la pena impuesta.
“La injusta condena de Mansogo constituye un ataque no sólo contra un defensor de derechos humanos, sino además contra todos sus pacientes”, afirmó Hans Hogrefe, director en Washington de Physicians for Human Rights. “La persecución de profesionales médicos se ve potenciada por el perjuicio que esto supone para comunidades enteras”.
Human Rights Watch, Physicians for Human Rights y EG Justice manifestaron su preocupación por las represalias contra Mbomio. El colegio de abogados de Guinea Ecuatorial había anticipado su intención de suspender la matrícula de Mbomio y finalmente tomó esta determinación el 27 de abril. La resolución se comunicó formalmente a Mbomio el 21 de mayo.
En la decisión, se indicó que Mbomio había ignorado las normas de la asociación al pronunciar “opiniones, juicios y críticas contra el gobierno y sus instituciones” en los alegatos finales del juicio contra Mansogo. La asociación acusó a Mbomio de procurar “imponer la ley de jungla” al no comparecer durante una audiencia convocada por la asociación y enviar en cambio una respuesta escrita donde se criticaba a las autoridades del colegio de abogados, todos ellos jueces designados por el Presidente del país.
El poder judicial de Guinea Ecuatorial carece de independencia. Diversos abogados que han trabajado en casos con fuertes implicancias para los derechos humanos o la seguridad nacional afirmaron que muchas veces los jueces indican a los abogados que deben consultar sus decisiones con la presidencia.
No es habitual que se disponga la absolución o liberación de acusados en la instancia de apelación, especialmente cuando se trata de opositores del gobierno. En el pasado, el presidente Teodoro Obiang Nguema Mbasogo habría concedido amnistías a algunos presos. Por ejemplo, en junio de 2011, liberó a 22 presos políticos en ocasión de su cumpleaños número 69. El presidente Obiang, que actualmente es el mandatario que más años ha permanecido en el poder en todo el mundo y quien designó recientemente al mayor de sus hijos, pese a su controvertida reputación, como uno de los dos vicepresidentes del país, cumplirá 70 años el 5 de junio. La constitución fue reformada luego del referéndum llevado a cabo en noviembre de 2011, y solamente contempla un único cargo de vicepresidente.
Mbomio presentó una denuncia ante la Unión Internacional de Abogados, en la cual solicitó la anulación de la orden de suspensión dispuesta por la asociación de abogados de Guinea Ecuatorial. Si bien espera poder seguir ejerciendo la abogacía en Guinea Ecuatorial hasta que se resuelva este asunto, se desconoce si efectivamente podrá continuar dicha práctica. En 2008, Mbomio ya había sido suspendido durante un año en circunstancias similares.
“Ponciano Mbomio tiene derecho a la libertad de expresión, tanto dentro como fuera del tribunal”, expresó Joseph Kraus, director de programas y desarrollo de EG Justice, una organización de derechos humanos con sede en Estados Unidos que fue fundada por un exiliado de Guinea Ecuatorial. “La decisión de castigarlo por su enérgica defensa del Dr. Mansogo durante el juicio, además de ser incompatible con la legislación de Guinea Ecuatorial, vulnera los estándares internacionales y debería ser revocada sin demora para que pueda continuar su importante labor”.
Condiciones de detención de Mansogo
Mansogo ocupa actualmente una celda en el segundo piso, aislado de los demás internos, que se encuentran alojados en el primer piso del establecimiento. Mientras que a los presos del primer piso se les permite salir a un patio durante el día y sus celdas no permanecen cerradas, se accede a la segunda planta mediante una puerta que las autoridades de la prisión abren dos veces por día para permitir el ingreso de la esposa de Mansogo, quien le trae alimentos. Otros presos que ocupan el segundo piso permanecen en celdas que se mantienen abiertas y se les permite pasar tiempo en un pasillo común. No obstante, Mansogo permanece en una celda cerrada. No tiene contacto con otros presos y tampoco se le permite salir para respirar aire fresco o practicar ejercicio físico.
Su celda tiene una superficie de tan sólo 4 por 3 metros y una ventana minúscula que no permite que ingrese suficiente luz natural ni una adecuada ventilación para paliar el agobiante calor tropical. Las condiciones de higiene son sumamente deficientes, especialmente en las rudimentarias instalaciones de los baños. Según información obtenida por Human Rights Watch, pese a que Mansogo ha intentado limpiar la celda, esta aún conserva su aspecto inmundo y un fuerte hedor.
Uno de los abogados de Mansogo, Elías Nzo Ondo, indicó que los funcionarios de la prisión no ofrecieron ninguna explicación que justificara su traslado a otra celda cuando hizo averiguaciones. Simplemente le dijeron que el traslado se efectuó siguiendo “órden de superioridad”.
El abogado contó que era difícil mantener contacto con su cliente. El 22 de mayo, las autoridades de la prisión le indicaron varias veces que regresara más tarde, pero insistió en ver a su cliente y consiguió que lo dejaran entrar. Igualmente, los guardias irrumpieron varias veces durante su visita y le dijeron que debía retirarse. Indicó que en una visita anterior no se le había permitido ingresar en un primer momento y tuvo que insistir para poder ver a su cliente. Durante una visita a la prisión efectuada el 24 de mayo, uno de los guardias interrumpió la reunión con su cliente en varias ocasiones y le ordenó que se retirara.
La esposa de Mansogo contó a Human Rights Watch que el 21 de mayo, por primera vez, las autoridades de la prisión comenzaron a hacerle controlesal llegar al establecimiento, y que ese mismo día los guardias también inspeccionarona sus pertenenciasantes de que saliera, que incluyó un control de todos los papeles que llevaba consigo. Si bien en las visitas posteriores estas inspecciones se efectuaron una única vez y fueron menos minuciosas, dijo que los controles que le hacían eran más rigurosos que los aplicados a otros visitantes.
A su vez, los artículos personales que los funcionarios de la prisión confiscaron a Mansogo el 17 de abril, incluida una computadora portátil y varios libros, no han sido restituidos hasta el momento, pese al pedido de su abogado. Mansogo tiene en su nueva celda un ventilador eléctrico y un televisor que le llevó su mujer. Sin embargo, el servicio de electricidad es esporádico y el único canal de televisión que se transmite en Guinea Ecuatorial es gestionado por el gobierno.