El atentado con bombas en una fiesta en Ituango, Colombia, constituye un ataque injustificable contra civiles, y los responsables deben ser juzgados y sancionados, señaló hoy Human Rights Watch.
El 14 de agosto de 2008, una bomba explotó en una concurrida calle mientras cientos de residentes de Ituango, en el estado de Antioquia, al noroeste de Colombia, celebraban las tradicionales “Fiestas de la ituanguinidad” del pueblo. De acuerdo con los informes de los medios, siete personas murieron, entre ellas varios menores, y alrededor de 52 resultaron heridas.
“Es un ataque brutal e inhumano, absolutamente injustificado, que debe ser universalmente condenado”, manifestó José Miguel Vivanco, director para las Américas de Human Rights Watch.
Las autoridades han atribuido la bomba al Frente 18 de la guerrilla de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC). Si bien los motivos del ataque aún no están claros, se ha informado que la Defensoría del Pueblo de Colombia había advertido previamente, a través de su Sistema de Alerta Temprana, que los civiles de Ituango corrían peligro debido a las actividades de la FARC y de los narcotraficantes de la región.
Human Rights Watch señaló que las FARC regularmente cometen ataques contra civiles. En varios informes, Human Rights Watch ha documentado las prácticas sistemáticas de las FARC de reclutar a niños soldados, usar minas antipersonales, y secuestrar y asesinar a civiles.
“Las FARC han mostrado continuamente una clara indiferencia hacia la vida de los civiles y hacia el cumplimiento del derecho humanitario y los derechos humanos”, agregó Vivanco.