En marzo de 2025, Muhammad Arshad, trabajador migrante paquistaní en Arabia Saudí, murió al caer mientras trabajaba en la construcción del estadio Aramco de Al Khobar, que será sede de la Copa Mundial de la FIFA 2034 y de la Copa Confederación Asiática de Fútbol 2027. La muerte de Arshad y la pérdida de sus ingresos dejan a su familia, incluidos sus tres hijos menores de ocho años, sin su único sustento.
Mientras conmemoramos el Día Mundial contra el Trabajo Infantil, la adjudicación por parte de la FIFA de megaeventos deportivos a Arabia Saudí enmascara una dura realidad que afecta a muchas familias como la de Arshad: Cuando los trabajadores migrantes mueren en Arabia Saudí, ya no pueden enviar dinero a su país. Esto y la falta de indemnizaciones por las muertes pueden provocar graves crisis económicas a las familias.
Los trabajadores migrantes de Arabia Saudí, procedentes en su mayoría del sur de Asia y África, se enfrentan a discapacidades, enfermedades, muertes y otros abusos laborales como el robo de salarios durante la construcción de las instalaciones de la FIFA. Human Rights Watch ha denunciado que Arabia Saudí no protege adecuadamente a los trabajadores migrantes frente a abusos como el trabajo forzoso, las exorbitantes tarifas de contratación, el robo de salarios y las muertes terribles. La mayoría de las muertes se atribuyen a "causas naturales", un eufemismo que oculta la exposición al calor extremo y las peligrosas condiciones del lugar de trabajo, y que hace que las familias no tengan derecho a indemnización.
La pérdida del sostén de la familia obliga a las familias a tomar decisiones difíciles, como sacar a los niños de las aulas y enviarlos a trabajar. Aunque algunos gobiernos de los países de origen de los emigrantes proporcionan ayuda crítica, como becas, a los hijos de los trabajadores fallecidos, a menudo no es suficiente.
La viuda de un trabajador de Bangladesh dijo a Human Rights Watch: "Para llegar a fin de mes, he puesto a trabajar a mi hijo de 14 años, y el poco dinero que gana lo utilizamos para nuestros gastos diarios".
El patrón es escalofriantemente familiar. Miles de muertes inexplicables de trabajadores en vísperas del Mundial de Fútbol de 2022 en Qatar ponen en peligro a los hijos de los trabajadores migrantes. Aunque la FIFA concluyó que "tiene la responsabilidad" de indemnizar a las familias de esos trabajadores fallecidos, éstas siguen esperando.
La FIFA debe tomar medidas para cumplir sus obligaciones en materia de derechos humanos y minimizar el riesgo de que los hijos de los trabajadores migrantes se vean abocados al trabajo infantil. La FIFA debe utilizar su influencia para reforzar significativamente la protección de los trabajadores con el fin de evitar su muerte en Arabia Saudí y en otros países. Debe pedir al gobierno saudí que garantice que todas las muertes de trabajadores se investigan y certifican adecuadamente. Por último, la FIFA debería indemnizar a las familias de los trabajadores fallecidos en la entrega de las infraestructuras de la Copa Mundial y ofrecer becas a sus hijos.