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Israel, Líbano, los bancos y las leyes de la guerra

Boletín informativo, 24 de octubre de 2024

Sitio dañado de una de las sucursales de Al-Qard al-Hassan, institución financiera vinculada a Hezbolá, tras los ataques aéreos israelíes del 20 de octubre de 2024, en Chiyah, Líbano. © 2024 Mohamed Azakir/Reuters

Hoy vamos a examinar las violaciones de las leyes de la guerra. 

Hemos tenido que hacerlo con bastante frecuencia en los últimos meses, al hablar de las hostilidades en Israel y Gaza y en el Líbano. Los lectores habituales del Boletín Informativo estarán ya familiarizados con al menos uno de los fundamentos del Derecho Internacional Humanitario: que todas las partes beligerantes deben distinguir entre objetivos militares, que son legítimos, y objetivos civiles, que no lo son.

Los ataques deliberados contra civiles y estructuras civiles son crímenes de guerra.

Esto nos lleva a los ataques perpetrados el domingo por Israel contra Al Qard al Hassan, la institución financiera libanesa afiliada a Hezbolá. El ejército israelí atacó casi 30 de sus oficinas en el sur de Líbano, los suburbios del sur de Beirut y el valle de la Bekaa, según informan los medios de comunicación.

Las autoridades israelíes han alegado que el grupo financiero financia a Hezbolá, que mantiene un conflicto armado con Israel. Sin embargo, no han afirmado que el grupo participe directamente en las hostilidades. 

Se trata de una reveladora admisión de una importante diferencia.

Un banco es un objeto civil, no militar. Por lo tanto, no es un objetivo militar legítimo según las leyes de la guerra.

Sí, la asociación financiera al-Qard al-Hassan tiene vínculos con Hezbolá y sus partidarios. También ha sido sancionada por Estados Unidos. Pero sus servicios financieros no suponen una contribución efectiva a la acción militar, por lo que, en lo que respecta a las leyes de la guerra, es un objeto civil.

Gran parte de lo que hace el grupo financiero, por cierto, se denominaría microcrédito. Al parecer, tiene cientos de miles de clientes que reciben préstamos sin intereses, normalmente de hasta 5.000 dólares. Los clientes proceden de zonas del Líbano de población predominantemente chiíta, donde es difícil encontrar otras opciones para este tipo de pequeños préstamos, sobre todo en la reciente recesión económica del país.

Que estas asociaciones financieras y bancos sean considerados objetos civiles en virtud de las leyes de guerra tiene mucho sentido. Imagínense si no lo fueran: si cualquier banco utilizado por cualquier militar, cualquier soldado, cualquier rebelde fuera considerado un objetivo militar legítimo. El caos y el daño se extenderían exponencialmente, a los empleados civiles del banco, a sus clientes civiles y a otros.

Las leyes de la guerra existen por una razón, y los ataques de Israel contra la asociación financiera al-Qard al-Hassan fueron crímenes de guerra.

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