Encarcelar a niños de 10 años suena extremo. Porque lo es.
Sin embargo, la idea es bastante común en Australia. La semana pasada, el Territorio del Norte de Australia aprobó una nueva ley que rebaja la edad de responsabilidad penal de los 12 a los 10 años. No es el único: los estados australianos de Nueva Gales del Sur, Queensland, Australia Meridional y Australia Occidental también sitúan la edad de responsabilidad penal a los 10 años.
Lamentablemente, la nueva medida del Territorio del Norte también supone un retroceso. Hace solo dos años, el gobierno anterior elevó la edad de 10 a 12 años.
Eso fue en respuesta a un informe de la Comisión Real de 2017 que encontró que los centros de detención juvenil en el Territorio del Norte, "no eran adecuados para alojar, y mucho menos rehabilitar, a niños y jóvenes". Documentaron, entre otras cosas, que a los niños"se les niega el acceso a las necesidades humanas básicas como el agua, la comida y el uso de los baños".
Otro punto clave que hay que comprender es la composición de los niños encarcelados. Los niños de las Primeras Naciones están masivamente sobrerrepresentados en el sistema de justicia penal del Territorio del Norte, constituyendo el 94% de los niños detenidos.
Ahora, la edad de responsabilidad penal en el Territorio está retrocediendo de 12 a 10 años, pero incluso 12 años era horrible. Las normas internacionales recomiendan que la edad de responsabilidad penal no sea inferior a 14 años.
No se trata de un número elegido al azar. Se basa en los conocimientos científicos sobre el cerebro humano.
Un niño menor de esa edad aún está desarrollando el córtex prefrontal en el lóbulo frontal, que es la parte del cerebro situada detrás de la frente. Participa en el procesamiento cognitivo, como la planificación, la elaboración de estrategias y la organización de pensamientos y acciones.
Una de las principales funciones de esta parte del cerebro es ayudarte a comprender el riesgo y las posibles consecuencias de tus acciones. Es una de las últimas partes del cerebro que termina de desarrollarse, de hecho, no lo hace hasta los veinte años.
Es muy dudoso que un niño de 10 años, o incluso de 12, sea capaz de comprender completamente que algo que está haciendo está mal. Hacerles asumir la responsabilidad penal de sus actos a esa edad simplemente va en contra de la ciencia.
De acuerdo, dirá usted, pero incluso un niño de 10 años puede causar mucho daño con sus actos, y las autoridades tienen que hacer algo, ¿no?
Sí, pero hay otras opciones aparte de etiquetarlos como delincuentes y encarcelarlos en instalaciones horribles. Hay muchas alternativas a la detención e intervenciones en respuesta al comportamiento ilícito que serían mucho más apropiadas para su edad.
En lugar de aplicar políticas que violan los derechos de los niños, el gobierno del Territorio del Norte -y los gobiernos de otros lugares de Australia- deberían elevar la edad de responsabilidad penal a 14 años como mínimo e invertir más en estas alternativas.
Las autoridades no deberían encarcelar a niños de 10 años.