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Brasil: El presidente electo Lula debe priorizar los derechos humanos

Su gobierno debería revertir políticas perniciosas del presidente Bolsonaro

Former Brazilian president Luiz Inácio Lula da Silva votes in São Bernardo do Campo, São Paulo state, in the presidential runoff on October 30, 2022. © 2022 Rovena Rosa/Agência Brasil

(São Paulo) –El presidente electo de Brasil, Luiz Inácio Lula da Silva, debería priorizar la protección de los derechos humanos y revertir los retrocesos graves que se registraron durante la presidencia de Jair Bolsonaro, señaló hoy Human Rights Watch.

El expresidente Lula, como se lo conoce en Brasil, fue elegido para ocupar la presidencia con el 50,9% de los votos en la segunda vuelta electoral del 30 de octubre de 2022, mientras que el presidente Bolsonaro obtuvo el 49,1%, según datos del Tribunal Superior Electoral. Esta estrecha diferencia representa 2,1 millones de votos. La abstención se redujo del 21,3% en 2018 al 20,6% en 2022.

El presidente del Tribunal anunció a Lula oficialmente como ganador de la elección. Hasta las 11.00 p.m. hora de Brasilia, el presidente Bolsonaro no había hecho comentarios públicos sobre los resultados electorales.

Muchos gobiernos de todo el mundo, incluyendo Estados Unidos, la Unión Europea, Argentina, Ecuador y otros, reconocieron rápidamente el resultado electoral.

“La gestión del Presidente Bolsonaro fue desastrosa para los derechos humanos, tanto dentro de Brasil, como fuera”, apuntó Juanita Goebertus, directora para las Américas de Human Rights Watch. “El presidente electo Lula debería empezar a elaborar un plan para revertir las políticas perniciosas del presidente Bolsonaro en las áreas de seguridad pública, medioambiente y derechos de las mujeres, personas LGBT y comunidades indígenas, entre otros, y comenzar a implementar ese plan apenas asuma la presidencia el 1 de enero de 2023”.

En su primera declaración pública tras el triunfo electoral, el presidente electo Lula convocó a la unidad nacional y al diálogo entre el poder ejecutivo, el Congreso y el poder judicial. Expresó el compromiso de combatir el hambre, la pobreza, la violencia contra las mujeres y los pueblos indígenas, el racismo y la deforestación en la Amazonia.

El presidente electo Lula debería empeñarse en reparar el daño que el presidente Bolsonaro ha causado al sistema democrático y el Estado de derecho, y en fortalecer la independencia judicial, destacó Human Rights Watch. Debe asegurar la independencia del Ministerio Público, que en Brasil había estado protegida por la práctica de seleccionar a un fiscal general a partir de una lista de tres candidatos elegidos por fiscales de todo el país. El presidente Bolsonaro rompió con esa tradición al elegir a un fiscal que no integraba la lista. El fiscal general, que debería ser una figura independiente, ha recibido amplias críticas por haber presuntamente tomado decisiones que favorecieron al presidente Bolsonaro y haber debilitado la lucha contra la corrupción.

El presidente electo Lula debería promover la rendición de cuentas en todas las asignaciones presupuestarias del Congreso y terminar con el denominado “presupuesto secreto”, cuya creación tuvo el apoyo del presidente Bolsonaro, y que permitió reasignar miles de millones de dólares a proyectos de gastos del Congreso casi sin ninguna transparencia.

El presidente electo Lula debería impulsar un esfuerzo a nivel nacional parar revertir las pérdidas sustanciales en cuanto a aprendizaje que se produjeron durante la pandemia de Covid-19, en especial entre niños y niñas negros e indígenas y de hogares de bajos recursos. Esas pérdidas se agravaron debido a que el gobierno de Bolsonaro no respondió a la emergencia educativa. El presidente electo debería también promover la educación integral en sexualidad, a la cual se opuso la gestión de Bolsonaro.

También es importante que el presidente electo Lula aplique políticas que reduzcan la inseguridad alimentaria, la cual aumentó aproximadamente el 60 % entre 2018, el año previo a que Bolsonaro asumiera la presidencia, y el 2022, según datos de la Red Brasileña de Investigación en Soberanía y Seguridad Alimentaria y Nutricional. La Red indicó que cerca de 33 millones de personas están en situación de inseguridad alimentaria grave.

Como presidente, Lula debe abordar otros problemas crónicos de derechos humanos que se relegaron o agravaron durante el gobierno de Bolsonaro. Debe revertir el daño causado a las agencias del Estado responsables de proteger el medioambiente y los derechos indígenas, y fortalecer la aplicación de la ley para combatir la destrucción de la Amazonia y las amenazas y ataques contra quienes defienden la selva. Asimismo, su gobierno debería fijar objetivos más ambiciosos para el plan de acción climática de Brasil, en consonancia con lo establecido en el Acuerdo de París.

El presidente electo Lula debería despejar los obstáculos al acceso al aborto legal que instaló la gestión de Bolsonaro y promover los derechos sexuales y reproductivos en foros internacionales. Y debería formular un plan para reducir las muertes causadas por la policía en todo el país, en diálogo con la sociedad civil y las comunidades afectadas.

Revertir las políticas perniciosas de Bolsonaro será un paso muy importante, pero se requieren medidas adicionales para defender los derechos humanos, dijo Human Rights Watch. Estas incluyen actuar ante la violencia contra mujeres y personas LGBT, despenalizar el aborto, combatir la desigualdad y el racismo sistémico, establecer servicios comunitarios para las personas con discapacidad y mejorar las condiciones en los centros penitenciarios, entre otras medidas.

El presidente electo Lula debería adoptar políticas que aborden los derechos humanos sin ningún tipo de discriminación, y sin estigmatizar a quienes tengan opiniones políticas distintas, reducir la polarización en la sociedad y promover el debate público libre y abierto.

El presidente electo Lula también debería plantear propuestas en materia de política exterior que contribuyan a la defensa coherente de los derechos humanos a nivel mundial, con independencia de la ideología del gobierno en cuestión, destacó Human Rights Watch. Por ejemplo, su futuro gobierno debería condenar los abusos cometidos por gobiernos de la región, como en El Salvador, VenezuelaNicaragua y Cuba. Debería condenar los crímenes de lesa humanidad del gobierno chino contra uigures y otros musulmanes túrquicos, y los crímenes de lesa humanidad de apartheid y persecución contra miles de palestinos por parte de las autoridades israelíes. Asimismo, debería apoyar investigaciones exhaustivas e independientes de posibles crímenes de guerra en Ucrania.

La gestión de Lula también debería priorizar el fortalecimiento del sistema interamericano de derechos humanos.

“El presidente electo Lula debe liderar un gobierno que restablezca la defensa de los principios democráticos y el Estado derecho, luego de cuatro años de ataques incesantes contra autoridades judiciales y electorales, y contra periodistas, en particular mujeres periodistas, por parte del presidente Bolsonaro”, indicó Goebertus. “El presidente electo Lula debe colocar los derechos humanos como eje de sus políticas dentro del país y en el exterior, y defender los derechos de todas las personas, sin discriminación. Esto representaría un cambio abismal respecto de la administración de Bolsonaro”.

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