(Ginebra) – El Convenio Minamata de las Naciones Unidas sobre el Mercurio, que entró en vigor el 16 de agosto de 2017, podría beneficiar a millones de personas afectadas por el mercurio tóxico, dijo hoy Human Rights Watch. En virtud del tratado, los gobiernos están obligados a proteger a sus ciudadanos de los efectos nocivos del mercurio y a imponer controles a industrias contaminantes, como la minería de oro artesanal y a pequeña escala y las centrales eléctricas de carbón.
El mercurio, un metal líquido brillante, ataca el sistema nervioso central, puede causar discapacidad permanente y es muy nocivo para los niños. En dosis más altas puede ser letal.
“Millones de niños y adultos en todo el mundo están expuestos al mercurio diariamente”, dijo Juliane Kippenberg, directora adjunta de derechos de los niños de Human Rights Watch. “El Convenio de Minamata fortalece las obligaciones de los gobiernos de proteger los derechos de las personas a la salud y a un medio ambiente saludable, libre de esta sustancia tóxica”.
El Convenio de Minamata fue adoptado en 2013 en Japón. El Convenio debe su nombre a la ciudad japonesa de Minamata, donde una gran empresa química vertió mercurio en la bahía desde 1932 hasta 1968. Japón reconoció oficialmente que, como resultado, más de 2.955 personas sufrieron intoxicación por mercurio, pero posteriormente indemnizó a unas 60.000 personas. Se cree que el número real de víctimas podría ser aún mayor.
Human Rights Watch ha documentado la exposición al mercurio de niños y adultos que trabajan en minas de oro artesanales y a pequeña escala en Ghana, Malí, Nigeria, Tanzania, Filipinas y Papúa Nueva Guinea. El mercurio se mezcla en el mineral para atraer las partículas de oro. A continuación, la amalgama resultante de mercurio y oro se calienta sobre un fuego, para quemar el mercurio y recuperar el oro puro.
Aunque el mercurio es particularmente dañino para los niños, algunos menores trabajan regularmente con mercurio desde edades tempranas, inconscientes de los riesgos para la salud. Los niños también están expuestos al humo tóxico de mercurio cuando sus padres o hermanos mayores queman la amalgama en sus hogares. “Michelle”, una niña filipina de 15 años, dijo a Human Rights Watch que había comenzado a procesar oro con mercurio a los 8 años y que un año después empezó a sufrir espasmos, un síntoma típico de la intoxicación por mercurio. Nunca buscó atención médica ni recibió un diagnóstico.
El Convenio de Minamata obliga a los países miembros a promover métodos de procesamiento de oro sin mercurio; adoptar medidas especiales para proteger de la exposición a las poblaciones vulnerables, incluidos los niños y las mujeres en edad de procrear, y eliminar las prácticas particularmente perjudiciales en el procesamiento de oro, como la quema de la amalgama de mercurio-oro en zonas residenciales. Los países miembros se comprometen a mejorar los servicios de atención de salud para las poblaciones afectadas por la exposición al mercurio. El tratado también regula otras industrias importantes, como el uso de mercurio en los productos y procesos de fabricación, y las emisiones de las centrales eléctricas de carbón.
En la actualidad, 74 países han ratificado el Convenio de Minamata, incluyendo importantes países productores y donantes de oro, entre ellos Perú, Brasil, Ghana, Canadá, Estados Unidos y Suiza. El 18 de mayo, la Unión Europea y siete países miembros de la UE ratificaron el convenio, con lo que el número total de ratificaciones superó los 50, lo que provocó la entrada en vigor del tratado el 16 de agosto. La primera Conferencia de las Partes tendrá lugar del 24 al 29 de septiembre en Ginebra, Suiza.
El Fondo para el Medio Ambiente Mundial, un fondo conformado por múltiples donantes, ha sido designado en el tratado para proporcionar apoyo financiero a los gobiernos de los países en desarrollo que tratan de tomar medidas sobre el mercurio y ya ha comenzado a financiar programas.
“Ahora que el Convenio de Mercurio está en vigor, los gobiernos tienen que pasar a la acción y poner en práctica el tratado”, dijo Kippenberg. “Las personas que sufren de intoxicación por mercurio necesitan urgentemente protección y tratamiento”.