(Nueva York) – Numerosas escuelas en Estados Unidos ponen en riesgo la seguridad y la salud de estudiantes transgénero al impedirles el acceso a baños, vestidores y otras instalaciones que sean acordes con su identidad de género, señaló Human Rights Watch en un informe difundido hoy. A fines de agosto de 2016, se bloqueó la implementación de las directivas federales que exigían a las escuelas brindar este tipo de acceso hasta tanto se conozca el resultado de una demanda que cuestiona la medida del gobierno federal, y esto ha expuesto a los estudiantes transgénero a políticas discriminatorias en el momento en que se inicia el año lectivo.
El informe de 23 páginas, “Quedar afuera: Restricciones al acceso de jóvenes transgénero a baños y vestidores en escuelas de EE. UU.”, analiza el modo en que los jóvenes transgénero se ven perjudicados por normas que les prohíben usar baños y vestidores que coincidan con su identidad de género. Los estudiantes transgénero describieron cómo estas normas han facilitado el hostigamiento verbal y físico, y han afectado negativamente su salud física y psíquica, su desempeño académico y su participación en la escuela.
“Más allá de cuestiones políticas, las escuelas deberían asegurar que los derechos de jóvenes transgénero se respeten y se protejan dentro del predio escolar”, observó Ryan Thoreson, asociado del programa de derechos de lesbianas, gais, bisexuales y personas transgénero (LGBT) de Human Rights Watch. “Pero las escuelas no lo están haciendo si los alumnos transgénero deben preocuparse, día tras día, por algo tan elemental como encontrar un baño seguro y accesible”.
Human Rights Watch mantuvo entrevistas y conversaciones exhaustivas con 74 estudiantes transgénero y más de 50 padres, docentes, directivos y proveedores de servicios que trabajan con jóvenes transgénero en Alabama, Pennsylvania, Dakota del Sur, Texas y Utah. Los cinco estados analizados no cuentan con leyes como la HB2 de Carolina del Norte, que prohíbe que las personas transgénero en el estado accedan a instalaciones públicas acordes con su identidad de género. Sin embargo, Human Rights Watch comprobó que, ante la falta de garantías estatales para los estudiantes transgénero, numerosas escuelas y distritos escolares en cada uno de esos estados han establecido restricciones similares que ponen en riesgo a esos alumnos.
Willow I. (los nombres usados son seudónimos), una joven transgénero de 14 años de Texas, contó que su escuela le exigía usar los vestidores de varones, incluso después de haber sido agredida allí por un grupo de jugadores de fútbol. “Tuve que desnudarme hasta quedarme en ropa interior frente a varios jóvenes que me decían groserías”, dijo Willow.
Tanya H., madre de un varón transgénero de 9 años, dijo que su hijo era obligado a usar el baño de niñas y era hostigado por sus compañeros. Cuando su hijo renunció a ir al baño y mencionó la posibilidad de suicidio, decidió inscribirlo en una nueva escuela en la cual era reconocido como varón, y esto tuvo un efecto notoriamente favorable en su bienestar psíquico. “Está mucho más contento”, indicó Tanya. “Está haciendo amigos, que lo conocen como un varón”.
Si bien todos los alumnos deberían tener acceso a opciones acordes con su identidad de género, algunos estudiantes manifestaron su deseo de usar alternativas “para todos los géneros”—como por ejemplo, un baño para el personal docente o de enfermería—ya que no se identificaban como varón ni como mujer, o porque sufrían acoso en instalaciones para uno u otro género. En lo posible, las escuelas deberían ofrecer estas alternativas a aquellos estudiantes que lo prefieran.
Numerosos estudiantes que usan opciones para todos los géneros dijeron a Human Rights Watch que tuvieron dificultades para acceder a estas o que fueron cuestionados por docentes que no habían sido capacitados en cuestiones transgénero. Silas G., un joven transgénero de 15 años de Dakota del Sur, dijo “Mi maestro no dejaba de interrogarme ‘¿para qué vas a la enfermería, para qué vas a la enfermería, para qué vas a la enfermería?’ Y también algunas personas se enojaron conmigo porque usaba el baño del personal docente”.
Los funcionarios y el personal a nivel federal, estatal y local deberían adoptar medidas específicas para asegurar que los alumnos transgénero puedan acceder con comodidad a instalaciones en sus escuelas, señaló Human Rights Watch. Tanto el gobierno federal como las autoridades de los estados deberían sancionar leyes que prohíban la discriminación por motivos de identidad de género en contextos educativos, así como en lugares públicos como tiendas, centros de esparcimiento y establecimientos de servicio.
A nivel local, los directores de escuelas deberían emitir directrices que estipulen claramente que los alumnos deberían poder usar instalaciones acordes con su identidad de género, poner a disposición opciones para todos los géneros cuando esto sea posible y capacitar a docentes para que tengan presentes las necesidades de estudiantes transgénero.
“Los estudiantes transgénero van a la escuela a aprender como cualquier otro alumno”, señaló Thoreson. “Los fuertes sentimientos que pueda provocar esta cuestión no deberían impedir que las escuelas hagan todo lo posible para garantizar que todos los alumnos tengan acceso a instalaciones que puedan usar de manera segura, confiable y cómoda”.
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