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Grecia: Niños migrantes son encerrados en condiciones deplorables

Es necesario poner fin a la detención injustificada de niños vulnerables no acompañados

Unaccompanied children line up for an evening meal at a detention facility run by the Greek police.   © 2015 Kelly Lynn Lunde

 (Atenas) – La policía griega confina a niños no acompañados en celdas pequeñas, hacinadas e insalubres durante semanas e incluso meses, una medida que emplean de manera habitual, dijo Human Rights Watch en un nuevo informe publicado hoy.

El informe de 27 páginas, “‘Why Are You Keeping Me Here?’: Unaccompanied Children Detained in Greece” (“‘¿Por qué me mantienen encerrado aquí?’: niños no acompañados son detenidos en Grecia”), documenta la detención arbitraria y prolongada de niños, en violación del derecho internacional y griego. Los niños son retenidos en condiciones antihigiénicas, a veces con adultos con los que no guardan ninguna relación, en comisarías policiales y centros de detención donde apenas tienen acceso a cuidados y servicios básicos. El informe se llevó a cabo a partir de entrevistas a 42 menores que estaban o habían estado detenidos, así como visitas a dos comisarías y dos centros de detención en la Grecia continental.

“Grecia dice que tiene que detener a los niños para su propia protección, pero mantenerlos encerrados en celdas hacinadas y sucias es lo último que necesitan estos niños”, dijo Rebecca Riddell, becaria de NYU para la división de Europa y Asia Central de Human Rights Watch. “Estamos hablando de niños que están solos y que han huido de sus países de origen, a menudo para escapar de la violencia. Grecia y la Unión Europea deberían mejorar sus servicios a estos niños vulnerables que necesitan y merecen atención y cuidados”.

Las autoridades griegas registraron a más de 3.300 niños no acompañados que habían solicitado asilo y a otros niños migrantes que llegaron a Grecia en los primeros siete meses de 2016. A pesar de que los niños no acompañados deberían ser trasladados a un lugar de acogida seguro, Grecia sufre una falta crónica de espacio, por lo que retiene a los menores en la denominada “custodia protectora” mientras espera a que se abran espacios en el sobrecargado sistema de refugios.

La legislación griega establece que los niños no acompañados pueden ser detenidos durante 25 días a la espera de ser trasladados a un refugio, y hasta 45 días en algunos casos muy limitados. Human Rights Watch descubrió que, a menudo, los niños son retenidos incluso más tiempo que estos períodos ya de por sí excesivos, con una estancia promedio de 40 días. “Javed S.”, un joven de 16 años de Afganistán que había permanecido bajo custodia policial durante 52 días, dijo que la situación era muy mala. “Me siento solo aquí, lejos de mi familia, mis amigos (…) Necesito salir de este infierno”, señaló. En los primeros seis meses de 2016 la policía griega detuvo a 161 niños no acompañados.

Los niños afrontan condiciones extremadamente precarias. En algunos casos, fueron obligados a vivir y dormir en celdas hacinadas, sucias e infestadas de insectos, a veces sin colchones, y privados de instalaciones de saneamiento adecuadas, higiene y privacidad. Algunos compartían celda con adultos, incluso cuando esto incrementa el riesgo de abuso y violencia sexual y viola el derecho internacional y nacional, que exige la separación entre niños y adultos en la detención.

“Juro por Dios que duermo al lado de ratas”, nos dijo un joven argelino de 15 años detenido en el centro de Amygdaleza. Otro adolescente, “Nawaz S.”, de 17 años, dijo que compartía celda con adultos con los que no guardaba ninguna relación. “No me sentía seguro porque los otros [en la celda] estaban consumiendo drogas (…) Cuando se peleaban naturalmente tenía miedo y no podía dormir”.

Los niños también sufren malos tratos por parte de la policía. A pesar de que la mayoría de los menores entrevistados no denunciaron abusos, cuatro dijeron haber sido abofeteados o humillados por agentes de la policía.

Los niños bajo custodia policial a menudo tienen poco o ningún acceso a asesoramiento, información o asistencia jurídica. Sólo uno de los cuatro centros que Human Rights Watch visitó ofrecía acceso a atención psicológica. Ninguno de los niños a los que entrevistamos estando detenidos había tenido acceso a un intérprete para poder hablar con la policía, y sólo una de las cuatro instalaciones ofrecía algún tipo de acceso a libros y juegos.

Muchos habían huido de la violencia y el conflicto armado en sus países de origen, como Siria, Afganistán e Irak. “Wasim T.”, un niño kurdo de Irak de 16 años, encerrado en una comisaría de la policía, dijo que había escapado después de que combatientes del Estado Islámico (el grupo extremista también conocido como ISIS) capturaran su ciudad de Mosul y ejecutaran a su padre. Los niños viajaron por su cuenta hasta Europa o se separaron de sus familias durante el trayecto.
 

La falta de prestación de alojamiento a niños migrantes no acompañados por parte de Grecia es un problema crónico. Las autoridades griegas han reconocido la cuestión, pero hasta ahora han tomado pocas medidas para abordar adecuadamente la falta de centros de acogida.


El problema se ha agravado después de las numerosas llegadas por mar de migrantes a las islas griegas – en los primeros siete meses de 2016 desembarcaron más de 160.000 –, y tras los cierres de las fronteras del norte. Como consecuencia, los solicitantes de asilo y los migrantes se encuentran atrapados en Grecia. Según el Centro Nacional para la Solidaridad Social, Grecia cuenta sólo con 800 plazas para niños no acompañados en los refugios. Hasta el 11 de agosto de 2016, todas las instalaciones estaban completas y tenían pendientes 1.472 solicitudes de ingreso.

El plan de reubicación de emergencia de la UE, adoptado en septiembre de 2015 con el objetivo de trasladar a más de 66.400 solicitantes de asilo de Grecia a otros países de la UE, no supone un gran alivio. Hasta el 2 de septiembre, sólo 49 niños no acompañados habían sido reubicados. Durante una visita a Grecia en agosto, el Comisionado de Naciones Unidas para los Refugiados, Filippo Grandi, enfatizó la necesidad de que los Estados miembros de la UE aceleren el traslado de solicitantes de asilo en Grecia mediante la reunificación familiar y el programa de reubicación. Los Estados miembros de la UE rechazaron una petición por parte de Grecia en junio para que todos los niños no acompañados tuvieran derecho a ser reubicados, independientemente de su nacionalidad.

Según el derecho internacional, varias directivas vinculantes europeas y la legislación nacional, la detención de niños no acompañados sólo puede ser utilizada como una medida de último recurso, en circunstancias excepcionales y durante el período más breve posible. El Comité de la ONU de los Derechos del Niño ha asegurado que los niños no deberían ser detenidos sólo por su condición de migrantes o por no ir acompañados.

El gobierno griego debería asegurarse de que hay alternativas suficientes y adecuadas a la detención, y poner fin a la retención injustificada de menores no acompañados. La Comisión Europea debería destinar fondos de emergencia a la reubicación de niños no acompañados en Grecia. Grecia y otros Estados miembros de la UE deberían intensificar sus esfuerzos para transferir a menores no acompañados de Grecia, tanto bajo el plan de reubicación de la UE como a través de la reunificación con miembros familiares que vivan en otros países de la UE.

“Las autoridades griegas afrontan verdaderos desafíos debido al significativo número de llegadas, pero éstos no absuelven a Grecia de su obligación de proteger a los niños que huyen de la violencia, han sobrevivido a viajes traumáticos y están completamente solos”, dijo Riddell. “Si los Estados miembros de la UE se toman en serio su deber de proteger a los menores vulnerables, deberían trasladarlos con urgencia desde Grecia a otros países miembros”.

Testimonios del informe:
“Es duro cuando pienso en la cantidad de días que llevo aquí dentro. No hay nada que hacer. Lo único que hacemos es pensar, hablar entre nosotros y dormir. No hay televisión ni libros y la pared está negra de la suciedad (…) El agua está demasiado fría así que no nos podemos duchar”. – “Wasim T.”, un joven kurdo de 16 años entrevistado en una comisaría de policía en Filiates, dijo haber huido de Mosul después de que su padre fuera ejecutado por el ISIS.

“Acababa de despertarme. No tuve tiempo ni siquiera de lavarme la cara, así que estaba andando medio dormido cuando el agente de policía se acercó y me dio una bofetada tan fuerte que me quedé [temporalmente] ciego”. – “Roda A.”, un joven sirio de 17 años entrevistado en el centro de detención de Paranesti, dijo que un agente de la policía le golpeó mientras lo llevaba apresuradamente a una cita médica.

“Simplemente estábamos bromeando en la celda. La policía me sacó, me sentó en una silla y me esposó las manos por detrás de la espalda (…) Él tenía todo el poder. Podía hacer cualquier cosa conmigo. Todos nosotros estamos solos aquí. No tenemos a nadie”. – “Adi S.”, un joven pakistaní de 17 años entrevistado en el centro de detención de Amygdaleza, dijo que un agente de policía lo asustó y humilló delante de otros detenidos.

“No me sentía seguro porque los otros [en la celda] estaban consumiendo drogas (…) Los policías estaban dormidos o haciendo lo que quisiesen. Cada pocas horas se desataban peleas. Los agentes se limitaban a venir y mirar las peleas y luego se iban (…) Cuando había peleas naturalmente tenía miedo y no podía dormir”. – “Nawaz S.”, un joven pakistaní de 17 años entrevistado en el centro de detención de Amygdaleza, dijo que fue trasladado allí tras haber permanecido detenido durante dos meses en una abarrotada celda de una comisaría de policía junto con adultos.

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