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Ahora que los Juegos Olímpicos de Sochi  ya comenzaron, cada día dedico varias horas a entrevistar a activistas locales que son hostigados o detenidos por expresar críticas relativas a los Juegos. Hoy, mientras una activista me contaba por teléfono que fue detenida anoche, apareció un mensaje de Skype en la pantalla de mi computadora que decía “Tanya, ¿es cierto que las Pussy Riot acaban de ser detenidas en Sochi?”. Por un momento, creí que se trataba de una broma de mal gusto, pero diez minutos y dos llamadas telefónicas después, ese dato descabellado se había confirmado.

Esta tarde, aproximadamente a las 2 p.m., policías en el centro de Sochi detuvieron a las integrantes de Pussy Riot Nadezhda Tolokonnikova y Maria Alekhina, quienes cobraron notoriedad mundial luego de montar una actuación de índole política en la más importante catedral de Rusia, por la cual posteriormente permanecieron encarceladas casi dos años bajo imputaciones absurdas. La detención pareció más bien una redada, dado que intervinieron decenas de agentes de seguridad pública. Tolokonnikova y Alekhina fueron arrestadas junto con otros ocho activistas y periodistas que las acompañaban en Sochi. Entre el grupo se encontraba Semyon Simonov, representante en Sochi de la Red sobre Derecho y Migración, que en los últimos años se ha dedicado a la defensa de los derechos de migrantes que trabajaron arduamente en obras vinculadas con las Olimpíadas.

Cuando preguntaron cuál era el motivo de la detención, la policía les indicó que se debía a su presunta participación en un hurto ocurrido en el hotel donde Tolokonnikova y Alekhina se habían alojado la noche anterior. Es decir, una decena de personas, dos de ellas famosas internacionalmente, visitan la ciudad por unos pocos días y deciden involucrarse en un hecho trivial como un hurto en un hotel durante las Olimpíadas; realmente la acusación suena muy convincente, ¿no lo creen?

Pues parecería que sí fue bastante creíble para la policía de Sochi. Lo suficiente como para arrastrar a Tolokonnikova por el piso de la sede policial.

De hecho, Tolokonnikova y Alekhina han estado en Sochi tan sólo dos días, y esta es ya la tercera detención que sufren. Primero, fueron interceptadas ayer por policías cuando se trasladaban desde el aeropuerto, aparentemente para realizar un control de documentos, y quedaron demoradas durante varias horas. Luego, también ayer, guardias fronterizos las retuvieron durante varias horas en la vía pública supuestamente por haber cruzado una zona de frontera que no estaba señalizada. Cuando intentaron mostrar a los guardias fronterizos que no había un letrero, estos insistieron en que habían transgredido las normativas olímpicas sobre fronteras y debían ser trasladadas a un puesto de control. Y hoy, en la máxima expresión de creatividad oficial, se vincula a las integrantes de Pussy Riot con un hurto. Transcurridas poco más de tres horas, Tolokonnikova, Alekhina y todos sus compañeros fueron liberados sin ningún tipo de acusación.

Las Pussy Riot se trasladaron a Sochi para grabar una nueva canción, denominada “Putin te enseñará a amar a tu patria”, y tenían previsto organizar algún tipo de acción pública para la ocasión. Parece que las autoridades se encargan de que estén demasiado ocupadas como para poder concretar el plan. Sin embargo, esta detención absurda sin duda será mucho peor para la imagen de Rusia que cualquier actuación que podrían haber realizado las dos mujeres en Sochi.  

 

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