(Jerusalén) - Hamas y la Autoridad Nacional Palestina (ANP) deben investigar los recientes ataques brutales contra defensores de los derechos humanos en Gaza y Cisjordania, y hacer rendir cuentas a los responsables, Human Rights Watch señaló hoy.
En Gaza, Mahmud Abu Rahma, director de Relaciones Internacionales del Centro para los Derechos Humanos Al Mezan, un grupo defensor de los derechos de los palestinos, fue apuñalado varias veces la noche del 13 de enero de 2012 por asaltantes enmascarados, después de otro episodio sucedido el 3 de enero cuando fue golpeado por un grupo de hombres no identificados. Los ataques ocurrieron luego de que criticara públicamente a Hamas y la impunidad que gozan los grupos armados en Gaza. Al Mezan había informado previamente a Hamas de amenazas de muerte en su contra.
En Cisjordania, un miembro de la agencia de Seguridad Preventiva de la Autoridad Palestina golpeó el 9 de enero a Yazan Sawafta, un abogado e investigador de la Comisión Independiente de Derechos Humanos, según un comunicado del grupo. Sawafta cubría una manifestación de familiares de presos detenidos por la Autoridad Palestina.
"Hamas y la Autoridad Palestina no deberían quedarse de brazos cruzados mientras que los defensores de los derechos humanos están siendo apuñalados y golpeados en las calles, en algunos casos por los propios funcionarios de estos grupos", dijo Sarah Leah Whitson, directora para Medio Oriente de Human Rights Watch. "Los líderes palestinos deben asegurarse de que Abu Rahma y Sawafta no sean víctimas de la misma impunidad que estos dos hombres han documentado de una manera tan valiente".
Abu Rahma, quien lleva 15 años trabajando en cuestiones de derechos humanos en Gaza, dijo a Human Rights Watch que cuando regresaba a casa de su oficina cerca de las 23:15 horas del 13 de enero, tres hombres enmascarados se le acercaron en la planta baja del edificio donde vive en Tel el-Hawa, al sur de la ciudad de Gaza, y comenzaron a apuñalarlo. Sufrió cuatro heridas de arma blanca en la pierna derecha, dos en el hombro izquierdo y la mano izquierda, dos en la espalda y contusiones en lugares donde su ropa le ayudó a prevenir más cortadas de cuchillo.
"Me llamaron ateo y colaborador mientras me atacaban", dijo Abu Rahma a Human Rights Watch. No pudo identificar a sus atacantes. Su familia llamó a un médico, quien lo atendió en su casa alrededor de las 3 am. "El médico quería que fuera al hospital, pero nos pareció que no era seguro salir", dijo.
En el ataque del 3 de enero, tres hombres lo golpearon en la espalda y lo empujaron al suelo mientras caminaba hacia el ascensor del edificio donde reside.
En un comunicado, el Centro de Derechos Humanos Al Mezan dijo que había informado a las autoridades de Hamás de los detalles de los ataques contra Abu Rahma y los instó a investigarlos. Abu Rahma dijo a Human Rights Watch que miembros de la policía de la unidad central de la ciudad de Gaza y de la unidad de policía de Al Rimal, un barrio al sur de la ciudad de Gaza, lo habían interrogado después del ataque del 13 de enero y le dijeron que habían iniciado una investigación.
Abu Rahma recibió amenazas de muerte tras la publicación de su artículo el 31 de diciembre de 2011 en Ma'an, un sitio web de noticias palestino, donde criticaba a las autoridades en Gaza, así como a la Autoridad Palestina en Cisjordania, por no investigar las denuncias de abusos, como torturas y detenciones arbitrarias, para que los responsables rindan cuentas. El artículo también criticó a Hamas por no poner límite a las acciones de grupos armados en Gaza que han herido a civiles palestinos. Por ejemplo, el artículo describe cómo los miembros de un grupo armado negaron la solicitud de un palestino para que reubicaran un sitio de entrenamiento militar lejos de su casa. El hombre y su hijo murieron en un ataque aéreo israelí contra las instalaciones de entrenamiento el 9 de diciembre.
"El fracaso de Hamás para proteger a Abu Rahma, quien ha sido una voz líder de los derechos humanos en Gaza, envía un mensaje escalofriante a otros defensores de los derechos humanos", dijo Whitson. "Hamás necesita investigar los ataques en su contra rápida y exhaustivamente, y sancionar debidamente a los culpables".
El ataque del 9 de enero en Cisjordania ocurrió cuando Sawafta cubría una protesta de familiares de detenidos bajo custodia de la Autoridad Palestina en el norte de la ciudad cisjordana de Nablús. Sawafta es un abogado e investigador de campo para la Comisión Independiente de Derechos Humanos, el ombudsman oficial de los derechos palestinos, que tiene oficinas en Gaza y Cisjordania.
En la protesta de Nablús, habló con los medios de comunicación acerca de las detenciones arbitrarias de palestinos a manos de los organismos de seguridad palestinos en base a su afiliación política, según un comunicado de la Defensoría del Pueblo. Después de que la protesta terminó, miembros del Servicio de Seguridad Preventiva de la AP exigieron a Sawafta su tarjeta de identidad y cámara, afirma el comunicado. Sawafta dijo al funcionario de seguridad que estaba observando la protesta para la Defensoría del Pueblo.
El funcionario de seguridad se retiró y regresó diez minutos más tarde con otros dos miembros del Servicio de Seguridad Preventiva, y atacaron físicamente a Sawafta mientras lo amenazaban con acusarlo por cargos no especificados. Los otros funcionarios de seguridad no hicieron nada para detener el ataque, que únicamente terminó cuando los agentes de otros cuerpos de seguridad finalmente intervinieron. Representantes de la Defensoría del Pueblo dijeron que habían identificado al oficial de Seguridad Preventiva que atacó a Sawafta y le confiscó sus documentos de identidad y cámara, mismos que no han sido devueltos, y presentaron una queja ante la AP por el ataque.
"Los gobiernos occidentales que otorgan financiamiento a las fuerzas de seguridad de la Autoridad Palestina deben asegurarse de que no abusen de su propio pueblo", dijo Whitson. "La impunidad bien documentada de las fuerzas de seguridad por los abusos socava la confianza del público en la Autoridad Palestina".
Human Rights Watch ha documentado abusos constantes, entre los que se encuentran detenciones arbitrarias y torturas, que cometen entre sí los funcionarios de Hamas y la Autoridad Palestina, y contra los críticos y manifestantes internos. En otros casos, los grupos armados de Gaza dispararon cohetes que no alcanzaron los objetivos programados en Israel, causando daño a civiles palestinos, y han colocado a civiles en peligro de sufrir ataques israelíes mediante la localización de objetivos militares cerca de áreas pobladas en Gaza.
Human Rights Watch tiene conocimiento de un puñado de casos en los que las autoridades de Hamas sancionaron a los funcionarios de la policía por los abusos contra civiles en Gaza. Pero no ha encontrado ningún caso donde se haya enjuiciado a miembros de grupos armados o del servicio de seguridad interna de Hamas, que ha sido acusado de torturar a los detenidos y de muertes ocurridas bajo custodia debido a los abusos llevado a cabo. Tampoco Human Rights Watch está enterado de ninguna condena penal para algún funcionario de seguridad de la AP por los abusos en Cisjordania, a pesar de numerosas alegaciones creíbles de tortura y muerte bajo custodia.