(Jerusalén) - Hamas debe repudiar los ataques ilegales con cohetes lanzados contra centros de población israelí y hacer rendir cuentas a los responsables, dijo Human Rights Watch en un nuevo informe publicado hoy. Hamas y otros grupos armados palestinos han lanzado desde hace varios años miles de cohetes contra ciudades y pueblos israelíes, incluyendo cientos durante las tres semanas de la ofensiva de Israel en Gaza en diciembre de 2008 y enero de 2009. Los resultados de una investigación de las Naciones Unidas sobre violaciones graves a las leyes de la guerra por ambas partes en el conflicto de Gaza, dirigida por el juez Richard Goldstone, serán presentados al Consejo de Derechos Humanos de la ONU en septiembre.
El informe de 31 páginas, "Los cohetes de Gaza: Daños a civiles por ataques con cohetes por parte de los grupos armados palestinos", documenta desde noviembre de 2008 los ataques de Hamas y otros grupos armados palestinos que mataron a tres civiles israelíes e hirieron gravemente a decenas de otros, dañaron propiedades y obligaron a los residentes a abandonar sus hogares. Los cohetes impactaron ilegalmente las zonas pobladas hasta 40 kilómetros adentro de Israel, colocando aproximadamente a 800,000 civiles israelíes en situación de riesgo. Durante este período, los cohetes que fallaron sus objetivos en Israel mataron a dos niñas e hirieron a otros en Gaza. Los grupos armados palestinos que lanzaron cohetes desde zonas densamente pobladas también pusieron ilegalmente a civiles de Gaza en peligro de contraataques de Israel.
"Los ataques con cohetes de Hamas contra civiles israelíes son ilegales e injustificables, y equivalen a crímenes de guerra", dijo Iain Levine, director de programas de Human Rights Watch. "Como la autoridad gubernamental en Gaza, Hamas debe renunciar públicamente a los ataques con cohetes contra centros civiles israelíes y sancionar a los responsables, incluyendo a los miembros de su propio brazo armado".
"Los cohetes de Gaza" se centra en los acontecimientos después del 4 de noviembre de 2008, cuando los grupos armados palestinos reanudaron el lanzamiento de cohetes después de una incursión militar israelí en Gaza. Basado en entrevistas con testigos de los lanzamientos y ataques con cohetes, investigaciones sobre el terreno en sitios de ataque en Israel y Gaza, y publicaciones de la prensa y otros documentos, el informe detalla los casos de civiles israelíes y palestinos muertos o heridos por ataques con cohetes en diciembre de 2008 y enero de 2009. Si bien Human Rights Watch no encontró ninguna práctica clara de que grupos armados palestinos utilizaran deliberadamente a civiles como escudo para protegerse de los lanzamientos de cohetes de contraataque, descubrió que con frecuencia violó su otra obligación en virtud de las leyes de la guerra de tomar todas las precauciones posibles para evitar poner en peligro a la población civil cuando lanzaron cohetes desde zonas densamente pobladas.
"Las fuerzas de Hamas violaron las leyes de la guerra, tanto por el lanzamiento de cohetes deliberada o indiscriminadamente en las ciudades israelíes y por lanzarlos desde las zonas pobladas y poniendo en peligro a la población civil de Gaza", dijo Levine.
Hamas ha limitado considerablemente los ataques con cohetes en los últimos meses, pero no ha renunciado a los ataques que, deliberada o indiscriminadamente se enfocan a los civiles - graves violaciones de las leyes de la guerra - o llevado ante la justicia a los responsables de iniciar este tipo de ataques o de poner en peligro a civiles palestinos por el lanzamiento de cohetes desde zonas densamente pobladas en Gaza. El brazo armado de Hamas se atribuyó la responsabilidad de los tres civiles israelíes muertos documentados en el informe. Durante la ofensiva israelí en diciembre y enero, el brazo armado de Hamas y la Yihad Islámica afirmaron que habían disparado 820 cohetes contra Israel.
Los cohetes Qassam, de fabricación local y los cohetes Grad, de diseño soviético, utilizados por Hamas y otros grupos armados no pueden ser lanzados con exactitud. En virtud de las leyes de la guerra, estas armas son indiscriminadas cuando se usan contra objetivos en zonas densamente pobladas. La ausencia de las fuerzas militares israelíes en las zonas afectadas por los cohetes, así como las declaraciones de los dirigentes de los grupos armados palestinos, indican que los grupos armados tuvieron el propósito deliberado de atacar a civiles israelíes y estructuras civiles. Por ejemplo, Abu Obeida, un portavoz de las Brigadas Qassam de Hamas, dijo en un video publicado el 5 de enero de 2009 que "continuar la incursión solo nos hará aumentar nuestra gama de cohetes [...]. Vamos a duplicar el número de israelíes bajo ataque".
En virtud de la legislación de la guerra, las personas que voluntariamente autorizan o llevan a cabo ataques deliberados o indiscriminados contra civiles están cometiendo crímenes de guerra.
Una sirena del sistema de alerta temprana israelí, que apenas da a los civiles alrededor de 10 a 45 segundos para encontrar cobertura en refugios preparados, dependiendo de su distancia del sitio de lanzamiento en Gaza, sin duda ha limitado el número de víctimas civiles en Israel. Sin embargo, los constantes ataques han cobrado, a lo largo de meses e incluso años, un costo psicológico en la población en las zonas cercanas a Gaza. Las leyes de la guerra prohíben los ataques cuya finalidad principal sea el aterrorizar a la población civil. Debido a los ataques con cohetes, miles de personas se han alejado de las zonas que han sido objeto frecuente de los mismos, como el municipio Sderot.
Los grupos armados palestinos han afirmado que los ataques con cohetes son represalias apropiadas por las operaciones militares israelíes y el actual bloqueo económico de Gaza, y son una respuesta legítima al control de Israel sobre Gaza. Human Rights Watch también ha documentado numerosas violaciones a las leyes de la guerra por las fuerzas israelíes en Gaza, pero las violaciones de una parte en un conflicto nunca justifican las violaciones de la otra. Los ataques contra civiles nunca están permitidos en el marco de las leyes de la guerra, que requieren que las fuerzas armadas se enfoquen solo a objetivos militares y que tomen todas las precauciones posibles para evitar el daño a civiles, independientemente de las razones para recurrir al conflicto armado.
Del mismo modo, aunque las operaciones militares israelíes causaron en total mucho más daño a las vidas y bienes de los civiles - matando a varios cientos de civiles con ataques aéreos, artillería, tanques y otros ataques - que las operaciones de los grupos armados palestinos, las violaciones a las leyes de la guerra no se determinan por el número de víctimas civiles, sino por si cada una de las partes se abstiene de realizar ataques deliberados o indiscriminados en contra de los civiles y toma todas las precauciones posibles para reducir al mínimo la pérdida de civiles.
"Human Rights Watch se ha comprometido a documentar las peores violaciones de las leyes de la guerra cometidas por todas las partes en los conflictos armados a través del mundo", dijo Levine. "Publicamos este informe porque los civiles nunca deben ser objeto de ataques, independientemente de la fuerza relativa del atacante".
El uso de armas poco sofisticadas no justifica la falta de respeto a las leyes de la guerra, del mismo modo que el uso de un adversario de armas sofisticadas no da un pase a sus adversarios para hacer caso omiso de esas leyes, dijo Human Rights Watch. Estas disparidades existen en muchas guerras, y si proporcionaran una justificación para hacer caso omiso de las leyes de la guerra, el costo de los conflictos armados aumentaría drásticamente. La pérdida de vidas civiles en los conflictos armados pueden reducirse al mínimo sólo si cada una de las partes reconoce su obligación jurídica de acatar las leyes de la guerra, independientemente de las armas a su disposición.
"Los cohetes de Gaza" es el quinto de una serie de informes que Human Rights Watch ha publicado sobre la ofensiva israelí lanzada el 27 de diciembre de 2008. Dos informes más serán publicados próximamente.
