(Nueva York) – El gobierno de Nepal, presionado por China, ha detenido arbitrariamente a cientos de tibetanos y restringido su derecho a manifestarse contra la represión de marzo de 2008 en el Tíbet, señaló Human Rights Watch en un informe hecho público hoy. Human Rights Watch instó a Nepal a que respete los derechos de los tibetanos a la libertad de expresión y de asamblea, y apeló a China para que cese su campaña de presión sobre Nepal.
“Por encargo de China, el gobierno de Nepal está apretando las tuercas a los tibetanos que protestan pacíficamente”, señaló Brad Adams, director para Asia de Human Rights Watch. “¿Cómo puede justificar un gobierno que llegó al poder gracias a una oleada de protestas públicas la represión de manifestaciones pacíficas de tibetanos?”, agregó.
El informe de 60 páginas, “Appeasing China: Restricting the Rights of Tibetans in Nepal” (Apaciguando a China: Restricción de los derechos de los tibetanos en Nepal) documenta numerosas violaciones de los derechos humanos por parte de las autoridades nepalíes, especialmente de la policía, contra los tibetanos involucrados en manifestaciones pacíficas en Katmandú, entre ellas:
- uso excesivo e innecesario de la fuerza;
- arresto arbitrario;
- ataques sexuales a mujeres durante la detención;
- detención arbitraria y provisional;
- golpizas durante la detención;
- amenazas ilegales de deportación de tibetanos a China;
- restricciones de la libertad de movimiento en el Valle de Katmandú;
- hostigamiento de periodistas tibetanos y extranjeros; y
- hostigamiento de activistas de derechos humanos nepalíes, tibetanos y extranjeros.
Durante la preparación del informe, Human Rights Watch presenció directamente las protestas y los arrestos, las condiciones de detención y el trato en los hospitales. Human Rights Watch llevó a cabo visitas periódicas de seguimiento en las áreas tibetanas de Katmandú, entrevistó a más de 90 manifestantes tibetanos y realizó entrevistas con testigos presenciales de las protestas no tibetanas, miembros de la comunidad tibetana, líderes religiosos, personal médico y agentes de policía nepalíes, y funcionarios de las Naciones Unidas en Nepal.
Nepal, que tiene frontera con la región tibetana de China y acoge a aproximadamente 20,000 exiliados, refugiados y solicitantes de asilo tibetanos, ha sido escenario de numerosas protestas desde el 10 de marzo, “Día del Levantamiento Nacional del Tíbet” y aniversario de la rebelión tibetana de 1959 contra el dominio de China. Las protestas en Katmandú se intensificaron en reacción a la represión violenta de las protestas en el Tíbet y las provincias vecinas por parte del gobierno chino .
Las autoridades nepalíes han realizado al menos 8,350 arrestos de tibetanos entre el 10 de marzo y el 18 de julio (muchas personas han sido detenidas más de una vez). Aunque ha disminuido la frecuencia de las protestas desde mayo, se han seguido organizando regularmente manifestaciones. A muy pocos de los arrestados se le ha informado de la razón de su detención y casi todos han sido puestos en libertad sin cargos.
Human Rights Watch señaló que la policía nepalí ha hecho un uso innecesario o excesivo de la fuerza para llevar a cabo los arrestos, en ocasiones con la intención aparente de dispersar acumulaciones de manifestantes pacíficos. La policía ha golpeado a los manifestantes con bastones en la cabeza y en el cuerpo, les ha propinado patadas y puñetazos, y ha atacado sexualmente a mujeres tibetanas durante la detención. La policía ha golpeado duramente a los detenidos, especialmente en la comisaría de Boudha en Katmandú. Muchos detenidos, incluidos los que sufrieron heridas durante la detención, han recibido escasa o ninguna atención médica. Al parecer, la policía también ha empleado amenazas de violencia, intimidación sexual y deportación a China para impedir protestas en el futuro.
“Katmandú lleva décadas acogiendo a exiliados tibetanos”, señaló Adams. “Esta situación se ha visto amenazada ya que las autoridades nepalíes han cedido a la presión del gobierno chino”, agregó.
China ha desempeñado un papel importante, aunque a veces oculto, en la represión de las manifestanciones tibetanas por parte del gobierno nepalí. El embajador chino en Nepal, Zheng Xianglin, ha ejercido públicamente la influencia de China sobre el gobierno nepalí mediante enérgicas y frecuentes declaraciones, pidiendo el arresto de los manifestantes e instando al gobierno a que adopte firmes medidas. Por ejemplo, el 12 de mayo, Xianglin señaló: “Queremos que las autoridades nepalíes impongan duras sanciones penales contra las personas implicadas en actividades contra China en Nepal”.
El número inusual de declaraciones de los dirigentes nepalíes reiterando la prohibición de las actividades “contra China” sugiere un aumento de la presión de Beijing.
“China lleva tiempo afirmando que la piedra angular de su política exterior es la ‘no injerencia’ en las cuestiones internas de otros países. Sin embargo, ha pedido directamente a las autoridades nepalíes que repriman las protestas pacíficas”, señaló Adams. “Los intentos de Beijing de exportar su persecución de los tibetanos a través de su frontera con Nepal deben cesar inmediatamente y encontrarse con la fuerte resistencia del gobierno nepalí”, agregó.
Casi todos los manifestantes tibetanos entrevistados por Human Rights Watch dijeron que habían sido amenazadas con la deportación a China por las autoridades nepalíes. Esta amenaza se emplea durante el arresto y contra los detenidos con el objetivo aparente de sembrar el miedo dentro de la comunidad tibetana y desalentar las protestas en el futuro. El uso generalizado de esta amenaza sugiere que se trata de una política del gobierno nepalí.
“El gobierno de Nepal utiliza la amenaza de detención y deportación a China para silenciar las protestas pacíficas”, señaló Adams.
Human Rights Watch instó al gobierno de Nepal a que respete los derechos fundamentales de los tibetanos a reunirse pacíficamente y expresar sus opiniones, y ponga fin al arresto arbitrario, al hostigamiento y al maltrato de quienes lo hacen. Human Rights Watch también instó al gobierno chino a que cese sus presiones públicas y privadas sobre el gobierno nepalí para que viole los derechos de los tibetanos.
Algunas declaraciones de los manifestantes tibetanos:
“Estaba protestando pacíficamente cuando la policía me golpeó en la cabeza y me caí al suelo. Entonces tres policías me golpearon con bastones en los pies y en las piernas antes de salir corriendo, y un transeunte me ayudó a llegar a casa. Tengo los dos pies fracturados. El médico me dijo que mi pie izquierdo nunca volverá a estar igual”.
– Tibetano de 25 años de edad, Katmandú, 19 de marzo de 2008
“Estamos protestando porque queremos decir la verdad sobre nuestro país y queremos justicia de la ONU y derechos humanos. Queremos mostrar a otros países la situación real en el Tíbet. Ese es nuestro objetivo”.
– Nun de Swyambu, Katmandú, 29 de marzo de 2008
“La policía se llevó a mi amigo e intenté sujetarme a él. Entonces la policía intentó pegarme con un bastón y levanté los brazos y por eso ahora tengo el brazo lesionado. Después me caí al suelo y la policía me golpeó y ahora tengo este gran moratón en la espalda. Mi amigo me levantó porque no podía caminar y entonces la policía me metió en la camioneta”.
– Manifestante de 25 años de edad