Tanto Cuba como Estados Unidos han impuesto duras restricciones sobre los viajes que provocan la separación forzada de familias cubanas, señaló Human Rights Watch en un informe publicado hoy.
Sobre la base de entrevistas con docenas de cubanos y cubanoamericanos, el informe documenta el terrible costo humano de estas restricciones, que han arrancado a niños pequeños lejos de sus padres y han impedido a adultos cuidar de sus familiares enfermos-lo cual en algunos casos incluye a padres con enfermedades terminales.
"Las restricciones estadounidenses y cubanas sobre los viajes reflejan un profundo desprecio por el bienestar de las familias", señaló José Miguel Vivanco, Director para las Américas de Human Rights Watch. "Ambos países están sacrificando la libertad de circulación para promover políticas que no van a ningún sitio", agregó.
En el informe de 69 páginas, "Familias Deshechas: El Costo Humano de las Restricciones de Estados Unidos y Cuba para Viajar", se muestra cómo las políticas sobre viajes de ambos países vulneran el derecho internacionalmente reconocido a la libertad de circulación, que incluye el derecho a entrar y salir del propio país. En el caso de los padres y los hijos forzados a residir en diferentes países, las políticas también violan la prohibición internacional de la separación de las familias contra su voluntad.
Como se documenta en el informe de Human Rights Watch, Cuba se niega con frecuencia a conceder a sus ciudadanos permiso para salir del país y suele negar el permiso para regresar a algunos que han salido. Cuba niega también frecuentemente a los ciudadanos que realizan un viaje autorizado el derecho a llevar a sus hijos con ellos al extranjero, como medio para garantizar el regreso de los padres. Dado el temor generalizado a la separación familiar forzosa, las restricciones para viajar ofrecen al gobierno cubano un poderoso instrumento para castigar a los desertores y silenciar a los críticos.
Las restricciones de Cuba para viajar causan una carga emocional incalculable a los familiares. Un médico cubano que vive ahora en Brasil, por ejemplo, nunca ha podido conocer a su hijo de seis años. Su ex esposa y su hijo están en Cuba, pero como violó las restricciones cubanas para viajar al negarse a regresar de un viaje autorizado al extranjero en el año 2000, el gobierno cubano le prohibió visitar la isla para ver a su hijo.
Una madre cubana en México, que estuvo separada de sus hijos durante tres años en circunstancias similares, dijo a Human Rights Watch que sintió como si el gobierno cubano le hubiera "arrancado una parte de [su] vida".
El informe también documenta el impacto de las restricciones para viajar por motivos familiares, que fueron promulgadas por el gobierno del Presidente Bush en junio de 2004. De acuerdo con las nuevas reglas, se puede visitar a familiares en Cuba sólo una vez cada tres años y sólo si estos familiares se ajustan a la restringida definición de "familia" del gobierno de Bush, que excluye a tíos, tías, sobrinos, sobrinas y primos.
Una mujer cubanoamericana en Miami se vio obligada a interrumpir sus viajes frecuentes para cuidar de su padre enfermo, un viudo en fase avanzada de Alzheimer y a quien no le quedaban familiares próximos en Cuba. No pudo ayudarlo o reconfortarlo cuando cayó en una depresión, dejó de comer y finalmente murió.
Un sargento del Ejército de Estados Unidos, a quien le negaron la posibilidad de visitar a sus dos hijos en Cuba durante un permiso de dos semanas del servicio activo en Irak, tuvo que regresar al frente sintiendo que no había podido "cumplir [con] su obligación [de] padre".
"Durante décadas, el gobierno cubano ha negado sistemáticamente los derechos fundamentales de sus ciudadanos", señaló Vivanco. "La prohibición sobre los viajes del gobierno de Bush, en lugar de promover la libertad en Cuba, ha socavado la libertad fundamental de cientos de miles de cubanos y cubanoamericanos que viven en Estados Unidos", agregó.
Human Rights Watch instó al gobierno cubano a que anule las restricciones para viajar que violan el derecho a la libertad de circulación. En particular, el gobierno debe reformar su Código Penal para eliminar los crímenes de salida ilegal y entrada ilegal (artículos 215, 216 y 217). También debe poner fin a todas las políticas y los reglamentos que contribuyen a separar a familias, entre ellos la restricción que impide regresar a Cuba durante cinco años a quienes han salido sin permiso o han permanecido en el extranjero más tiempo del autorizado.
Asimismo, Human Rights Watch apeló al gobierno estadounidense para que elimine las restricciones para viajar que limitan la posibilidad de cubanos y cubanoamericanos de visitar la isla. Como mínimo, al menos hasta que se eliminen las restricciones, el gobierno de Estados Unidos debe establecer excepciones humanitarias que posibiliten la obtención de permisos para visitar a familiares en Cuba que sufran graves condiciones médicas o de emergencia.